💗: treinta y uno

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—Y entonces me besó y

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—Y entonces me besó y...

SooBin tuvo que cubrir sus oídos para prevenir la más que segura perforación de tímpanos que se iba a llevar con tremendo grito agudo que soltó Hyuna al escucharlo.

Era domingo, y ese día el rubiecito (no le habían mentido y el tinte salió con el baño) no iba a trabajar; siendo su único día libre lo aprovechaba para pasar con sus hermanos y con la pareja de hippies que siempre le visitaban.

Como era de esperar, Hyuna había llegado al pequeño departamento de los hermanos Choi como un potente torbellino exigiendo detalles gordos de todo lo que había pasado en la elegante fiesta.

El omega le había contado absolutamente todo; riendo cuando la pelinegra había tomado un cuchillo de la cocina mientras maldecía a la mujer que lo había hecho pasar el único momento desagradable que tuvo en la noche.

"La convertiré en miles de pedacitos para que mi perro tenga comida para un mes"

Y Hyuna ni siquiera tenía un perro.

La mañana pasó de manera veloz, los pequeños Choi estaban con Dawn en la vieja azotea viendo los cultivos que el pequeño Hueningkai tenía; mientras que ambos omegas permanecían tumbados en la sala de estar tirándose los chismecitos de la noche anterior.

—Noona, tu grito me ha dejado aturdido —confesó SooBin, haciendo una leve mueca de exageración.

La mayor bufó con aire ofendido. —Créeme que estoy más aturdida que tú —suspiró, codeando de manera juguetona al menor—. Con que beso, ¿Eh?

—S-sí —tartamudeó, enrojeciendo de manera furiosa cuando Hyuna le hizo cejitas—. ¡Yah!

—Oh, vamos SooBin —ella giró la cabeza para encararlo—. Necesito detalles.

—¡Es que no hay mucho que contar! —exclamó, se sentía muy nervioso—. Él dijo que lo deseaba y yo también, e-entonces me besó.

La mayor se levantó rápidamente, en un movimiento tan precipitado que asustó al rubiecito.

—Entoncessss —arrastró la palabra—. Tú le dijiste que lo querías —canturreó, SooBin se levantó para seguirla a la cocina mientras se quejaba—, míralo nomás, para la próxima te recomiendo que tengas más cuidado; la edad avanzada del sujeto es un factor de riesgo para que muera de infarto.

—¡Noona!

Hyuna rió; ah, como amaba ver aquellas mejillas gorditas cubiertas de rojo.

Ambos se encontraban en la cocina dispuestos a empezar a preparar el almuerzo, con música clásica (cortesía de Hyuna) de fondo.

Y de repente, la pelinegra adquirió seriedad.

A SooBin le daba miedo cuando su mayor tenía aquellos cambios tan repentinos.

Quiéreme Bonito | YeonbinWhere stories live. Discover now