💗: cuatro

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La mesa se encontraba en completo silencio

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La mesa se encontraba en completo silencio. Hace aproximadamente diez minutos habían terminado de cenar, más ninguno hacía el amago de levantarse. De cierta manera, los tres sabían que había una conversación importante que tenía que ser llevada a cabo.

Soobin se aclaró la garganta con delicadeza, intentando por todos los medios posibles destensar un poco el ambiente.

—¿NingNing? —llamó con dulzura, el pequeño le observó a través de su flequillo—. ¿Podemos hablar, cariño?

Al pequeño se le llenaron los ojos de lágrimas y le fue casi imposible el no hipar. Quería ser fuerte y demostrar que estaba bien, pero al ver las manos maltratadas de su hermano y su apariencia descuidada hacía que le doliera su pechito. Y se culpaba, sabía que todo lo que Soobin hacía era por ellos, y no era tan egoísta como para pedirle a su hermana que también abandonara su sueño, es por eso que él había decidido renunciar al suyo.

Había tomado aquella decisión solito, porque sabía que al omega no le gustaría. Sin embargo, él quería ayudar a sobrevivir y lo único que su pequeña mente pudo pensar fue en "si ya no bailo Binie Hyung no pagará en el programa y con la beca que cubre mis estudios no tendrá un gasto extra" era un buen plan que tenía que funcionar.

Agachó la cabeza cuando fue consciente de la mirada de sus hermanos.

—P-por favor... no te m-molestes B-binie h-hyung —hipó con el rostro entristecido.

El corazón del omega dolió, pero aun así le regaló una cálida sonrisa. —¿Por qué me molestaría con un niño tan encantador como tú? —alargó una de sus manos para acariciar la suave cabellera de su hermano.

—P-porque dejé la d-danza —susurró quedito, más concentrado en la sopa de pollo sin terminar.

—¡¿Qué hiciste qué?! —se exaltó su hermana, levantándose bruscamente de la silla.

—Bahiyyih, por favor —pidió Soobin con súplica.

—No me pidas que me calme oppa —respondió la omega—. No es justo que tú trabajes tanto y que hayas dejado de lado tus propios intereses para que venga este niño malagradecido a botarlo todo por la borda —dijo furiosa.

El pequeño cuerpo de HueningKai dio leves espasmos. —L-lo siento —sollozaba—. Y-yo no quería d-decepcionarlos... s-solo pensé que era lo m-mejor...

—¡No lo fue! —exclamó su hermana—. Lo único que podemos hacer por oppa es seguir haciendo lo que nos gusta y tú vienes y renuncias —lo observó con decepción—. Eso no lo haría un Choi...

—¡Bahiyyih basta! —exclamó Soobin —. Aunque HueningKai se equivocó debes recordar que solo es un niño de siete años —frunció el ceño en molestia—. No tienes que ser tan dura con él. Nos necesita y tú solo le juzgas y no le escuchas.

La menor apretó los labios con molestia y sin decir una palabra más corrió escaleras arriba para poder encerrarse en su habitación.

Soobin suspiró sintiéndose culpable por el tono que usó con su hermana, pero era la única manera de detener las palabras que tanto estaban lastimando a su pequeño. Observó a su hermano de reojo e hizo una mueca al ver las pomposas mejillas sonrosadas y cubiertas de lágrimas.

Quiéreme Bonito | YeonbinWhere stories live. Discover now