Las tres sentencias.

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Entre llantos, el enemigo se esconde.

"Espero no bebas como un desquiciado, tienes un hígado por el que preocuparte." Escucho decir tras una risita, la bocina se había llenado de la alegría de Jimin, su prometido.

"Tengo que hacerle honor a mi futura profesión." Bromeo, tirándose a la cama como un adolescente enamorado, solo le faltaba patalear tras escuchar la voz de Jimin. "Pero tranquilo, te traeré todo el vino que haya por aquí, se lo mucho que te gusta."

"Gracioso." A través de la línea podía sentir como Jimin rodaba los ojos, le hizo sonreír más.

Estaba muy enamorado, tanto, que cada cosa hecha por Jimin le causaba un inmenso amor.

"Bueno, ahora déjame dormir, mañana tengo clases y tengo que terminar con esta escultura."

"Debiste de hacerme a mi en tu escultura, te hubieran dado una muy buena nota."

"No creo, todo el material se me hubiera acabado en tu enorme cabeza."

"Ja ja, cada mala broma es el descuento que te daré de mi sueldo cuando te tenga que mantener porque no lograste convertirte en un Da Vinci."

"Ja ja ja, déjame dormir Jungkook, CHAO." Y tras escuchar su estruendosa risilla escucho el pitido que daba la finalización de la llamada.

Jungkook tenía una enorme sonrisa en el rostro, sentía que sus mejillas dolerían en la mañana.

Estuvo tirado un par de minutos en su cama, jugando un juego de granja y cuando terminó su partida se levantó, había planeado ordenar todo su equipaje así le sería más sencillo mantenerse organizado. Se le hacía extraño tener una habitación para él solo ya que aún había cuatro camas desocupadas, suponía que los demás llegarían en el siguiente bus o que simplemente se entretuvieron en el camino y llegarían más tarde. Mientras tanto iba a darse una ducha para refrescarse del pesado viaje.

En todo el transcurso que le tomó refrescarse en la ducha, uno de sus compañeros ya se había instalado en la habitación, se sorprendió al verlo, pero era una cara conocida; el hermano de Jimin, Minho.

"Hey." Saludo Jungkook cerrando su sudadera mientras secaba su cabello.

"Hola." Sonrió al verle. Aunque Minho fuera medio hermano de Jimin, no se parecía nada a él, eran como dos personas distintas. " ¿Solo eres tú?"

"No ha llegado nadie más, seguro que los otros llegarán mañana en el otro bus."

"Oh."

Había conocido a Minho en un seminario, se sentaron lado a lado en aquel evento y como siempre suele suceder, intercambiaron una conversación para luego intercambiar sus nombres, aquel día Jungkook supo que el medio hermano de Jimin estudiaba con él, le pareció magnífico, de aquella forma Jimin volvería a ser cercano a él; era algo que muchas veces su prometido le había mencionado que deseaba. Después de conocer a Minho en aquel seminario se lo topó unas cuantas veces en su facultad, eran conocidos cercanos y a Jimin le parecía una maravilla. Gracias a su pequeña cercanía los hermanos volvieron a tener contacto, saliendo y planeando viajes, era como un buen cuento de hadas.

" ¿No irás a cenar?" Pregunto Minho.

"Nah." Negó con la cabeza mientras acomodaba su cama, estaba molido por el viaje y lo único que quería hacer era dormir. "Solo dormiré, estoy muy cansado y quiero tener un buen asiento mañana en la apertura del congreso."

"Bien." Asintió, levantándose de su cama y tomando su chaqueta. "Yo iré a cenar, me llevaré mi llave para no molestarte."

"Gracias." Le sonrió y se metió a su cama, listo para dormir.

Entre abejas y espinas ; kookmin au omegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora