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Capitulo 46

- ¡No te atrevas Tomlinson! - grito Harry frente al volante del coche con las manos arriba evitando que el alfa lo tocara.

-Solo quiero ayudarte - insistió el alfa respirando profundamente y cerrando los ojos. Esta era ya la cuarta lección de manejo del omega y aun cuando al principio se habían comportado tranquilos y reservados, diciendo monosílabos, el calor de las peleas constantes les había hecho de algún modo extraño y poco ortodoxo tener más confianza entre ellos, pues Harry solía ser taciturno con él la mayor parte del tiempo, pero se transformaba cuando estaba frente al volante y se volvió iracundo al más mínimo intento del alfa por llamarle la atención, alegando que si él no lo hacía bien, era porque Louis era un pésimo maestro.

- ¡No ayudas en nada! ¡Eres un pésimo instructor! - le recrimino Harry apuntando con el dedo índice.

- ¡Es que no me escuchas, te pones tan nervioso que no escuchas las indicaciones! - respondió Louis ya irritado.

- ¡Porque me las gritas! - Harry ya estaba con el labio temblando del sentimiento y del coraje.

- ¡Por qué no pisabas el freno! ¡Harry estabas yendo hacia atrás! - Grito Louis mirándolo a los ojos iracundamente.

-Es todo, me voy a bajar del coche - dijo en voz baja el rizado mientras abría la puerta y comenzaba a caminar. Después de la primera vez que se gritaron y James terminó llorando, el rizado había decidido que lo mejor era que el cachorro se quedará con Niall, y aunque al principio no le gustaba mucho idea a Louis, después de meditar que podría estar a solas con el rizado, había accedido.

- ¡Harry espera! - grito Louis saliendo del coche a tropezones - ¡Vuelve aquí!

- ¡No quiero! - grito de nuevo el omega ya al punto del llanto, era la peor pelea que habían tenido desde que habían comenzado.

Todo había pasado muy rápido, el alfa le había dicho que pisara el freno, pero Harry se había congelado por completo y el coche estaba yendo sin control hacia atrás al intentar subir una pendiente, lo que lo había obligado al alfa a usar el freno de mano.

- ¡Harry por favor! No quise gritarte, es solo que... me asuste ¿ok?, trate de hablarte y no escuchabas, te congelaste - Harry paró de golpe y lo miró con odio.

- ¡Porque tú me gritaste! ¡Olvídalo! le diré a Niall que me enseñe - dijo por impulso y Louis sintió hervir la sangre, eso no lo permitiría jamás.

- ¡Eso no! - grito de nuevo y Harry también comenzó a despedir un olor amargo.

- ¡¿Por qué estás tan molesto con Niall?! Él es solo un buen amigo y es más paciente que tú - le dijo, lo último más como un susurro.

-No. Yo te enseñaré - repitió el alfa y Harry se indignó más.

- ¡No puedes solo decir una orden y esperar que la acate como si fuera un perro! - exclamó el rizado y Louis lo miró con los ojos entornados.

-Él no Harry. Si no quieres que yo te enseñe contratare a alguien - continuó Louis.

- ¡No! ¡Debes dejar esta interacción pasiva agresiva con Niall! Él no ha hecho más que apoyarme - Harry estaba llevando la discusión hacia otro lado, se sentía cansado, de lo mal que solían llevarse, y el colmo había sido lo del restaurante, no importaba si Louis había sido amable, porque el motivo no era diferente.

- ¡Él intento apartarte de mí! - Grito sofocado Louis y Harry lo miró con los ojos entornados.

-El no hizo eso, solo me apoyó. Quería qué tomara la mejor decisión para mí, sin dejar ninguna opción fuera - sus ojos ahora estaban cristalizados y Louis vio su reflejo en ellos.

-Yo solo quiero que estés bien Harry. Eso es todo - Concluyó el alfa y se cruzó de brazos, conteniendo el aliento. Harry lo miró y dejó salir un suspiro de su boca, aún olía a tristeza, pero ya se veía más calmado.

-Yo estoy bien Louis, ¿y tú? - hablo con la voz un poco rota y los ojos rojos.

-A veces no lo sé. Sé que la rubia y tú solo son amigos, pero nuestra historia no ha sido buena y él... estuvo para ti cuando yo no lo hice - admitió el alfa y Harry sonrió sin ganas de medio lado.

-Así es, lo estuvo. Pero como un amigo Louis, nunca hemos tenido otras intenciones - Louis asintió no muy convencido y dejó caer los brazos a cada lado.

-Sé que no tengo derecho a estar celoso Harry, y que tampoco tenía porque interrumpir una velada privada con un amigo - dijo haciendo alusión a la noche que llegó de sorpresa al restaurante - Pero no puedo evitarlo, yo... no sé cómo manejar a veces lo que siento. Lo que tú me haces sentir. ¡Dios, ni siquiera me consideraba un alfa celoso! Nunca lo había sido, pero no tolero la idea de que alguien más quiera cortejarte, no me importa si es un alfa o un beta - las palabras de Louis sonaban con fuerza y convicción, Harry nunca pensó que el alfa admitiría algo así frente a él, porque nunca sintió que pudiera llegar a tener relevancia en su vida, no más que las de ser el padre de su hijo.

-No me disgustan tus celos por completo -admitió sin mirarlo con los ojos en el suelo y las mejillas rojas - ¡Pero basta de ser así con Nini! Él solo es un buen amigo.

- ¿Nini? - cuestionó el alfa con el corazón saltando en su pecho por las palabras anteriores del omega.

-Es como le digo de cariño - acepto poniéndose completamente rojo.

-Está bien Hazz, intentare ser más razonable con él ¿Podemos volver al auto? - preguntó mientras extendía una mano hacia él y Harry sonrió de verdad, no solo porque hacía mucho tiempo que no le llamaba así, sino porque por primera vez, había pedido su mano, y aunque parecía que se había dejado guiar por el piloto automático yendo directamente hacia él, y entrelazando sus manos.

-No puedo evitar sentirme amenazado por Niall, el ha sido mejor para ti de lo que yo he sido, pero... Voy a trabajar duro para ser alguien digno de ti Harry. Lo prometo - Louis beso sus nudillos y Harry volvió a tener sus mejillas de rojo, logrando una sonrisa tierna llena de alegría de parte de su alfa, quien ya lo guiaba al interior del auto.

No lo miro en todo el trayecto al departamento de Niall, y tampoco soltó su mano en ningún momento, hasta que tuvo que bajarse por su cachorro y aunque por un momento pensó que el alfa se bajaría con él, se quedó en el auto esperando. Para cuando volvió el alfa ya estaba terminando un cigarrillo así que se dirigió de nueva cuenta hacia él para que le ayudará a abrir la puerta trasera y así acomodar al cachorro en su silla, para cuando ambos estuvieron de nueva cuenta en la cabina principal Louis tomó de nuevo su mano y la sostuvo hasta llegar a casa.

Esa noche ambos durmieron con una sonrisa, pensando que lo que tenían quizás si podía llegar a algo bueno, sintiendo que, en verdad, habían subido un escalón para acercarse más entre ellos.