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CAPITULO 38

La noche de la cita había llegado, y Louis estaba tan nervioso como Harry, se le había ocurrido algo simple para la primera cita así que habían decidido ir a un restaurante italiano del que Niall le había hablado a Harry. Louis estaba poniéndose una chaqueta negra que iba a juego con su pantalón del mismo color y su camisa blanca cuando alguien golpeo la puerta, corrió hasta ella y vio a Liam y Zayn con un aspecto cansado entrar en su apartamento.

-Somos muy buenos amigos – le dijo Zayn a su amigo, que solo arqueo una ceja.

-Lo siento es solo que... no teníamos a quien más acudir – respondió Harry quien se acababa de asomar por el pasillo de su habitación.

-No me mal tiendas por favor Harry, solo quería molestar a Louis un momento- se explicó el moreno y Liam sonrío al sentir a su alfa en un aprieto.

-Claro... - respondió Harry aun un tanto dudoso, pero no dijo nada más.

-Vayan sin preocuparse Harry, Zayn y yo cuidaremos bien de este pequeño cachorro – aseguro Liam y el rizado por fin sonrío.

-Lo siento es que... es la primera vez que me separo de él desde que me lo entregaron en el hospital y bueno... me siento incomodo – admitió y Louis lo miro enternecido.

-Podemos llevarlo con nosotros si eso te hace sentir más cómodo – le ofreció Louis, pero el simplemente negó.

-No, está bien. Yo puedo hacer esto – dijo entonces el omega más para el que para los demás.

Louis y Harry se fueron un par de recomendaciones después por parte del omega hacia la pareja de alfas y decirles muchas veces que el número de teléfono de ambos y números de emergencias estaban sobre el refrigerador, aun así ambos se habían portado amables y dejaron que el omega se comportara como un papá paranoico que deja a su hijo con extraños.

Harry y Louis salieron de ahí treinta minutos después de lo previsto, encerrándose en un silencio sepulcral en el auto mientras se transportaban hacia el restaurante. Harry había intentado en más de una ocasión hablar, decir algo, pero las palabras se quedaban atascadas en su garganta y Louis se veía muy concentrado en la carretera frente a él. Para cuando llegaron al restaurante otros veinte minutos habían pasado y la pareja solo había soltado un par de comentarios acerca de la lluvia repentina de ese día y lo poco apropiado que habían sido los zapatos de Louis para el clima.

Cuando se adentraron al restaurante, ambos pidieron comida en seguida y el camarero se perdió de su vista enseguida, todo parecía irreal en esa noche, un buen lugar, una cita extraña y ambos enfundados en un ropa elegante, parecían una pareja de verdad buscando tener un momento agradable, pero en lugar de eso, sentían presión sobre sus hombros, sobre sus piernas y sobre su corazón.

-Y ¿Qué tal va todo? – pregunto distraídamente Louis, mientras Harry se tallaba las manos con ansiedad en el regazo.

-Pues bien... supongo. Lo único que hago es cuidar de James – respondió Harry mirando a la servilleta frente a él.

-Pero... ¿no estabas tomando un curso o algo así? – trato de indagar el alfa.

-Si pero, termino hace un par de semanas – después de eso, ambos guardaron silencio de nueva cuenta y perdieron su vista en las decoraciones del salón.

-¿Y cómo van tus clases? - pregunto solo para salir del silencio el rizado.

-Bien supongo, el nivel de exigencia es alto, pero lo voy sobrellevando - respondió el alfa y la comida llegó a la mesa, dejando a ambos chicos agradecidos.

-La pasta es... deliciosa - volvió a hablar Harry y Louis sonrió desde su lugar reflejando también incomodidad.

-Si es un buen lugar - respondió, estaba comenzando a frustrarse porque de verdad quería hacer sentir a Harry cómodo, pero estaba tan perdido que no sabía cómo comenzar una plática con él, se estaba dando cuenta de lo poco que qué sabía del rizado y lo nervioso que se había puesto él mismo, había tantas cosas que quería saber de él, y ahora que tenía la oportunidad, no sabía cómo continuar con esa cena que ya sentía, estaba fracasando monumentalmente.