Capítulo 2

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A causa de Daryl esa noche corrimos sin parar, hasta que él se desplomó en el suelo, me arrodillo a su lado, sacando el sudor de mi frente con el cuello de mi camiseta rosa, ahora muy manchada de sangre de muertos, aprecio mi corazón en los oídos, sintiéndome agitada mas no cansada.

-ya encontraremos una pista, estas calles no llevan a muchos sitios- intento ser amable cuando veo que su mirada decaer, ya sea por cansancio o decepción.

-llevan hasta donde sea si tienes un auto- responde cortante y no me animo a decirle más nada, así como no me animo a irme, atándome a él hasta encontrar un momento en el que irme no signifique estar sola.

Debió haber pasado una hora y media cuando veo a lo lejos un grupo de personas caminando por las vías del tren, se acercan apresuradamente cuando notan que los veo.

-Daryl- llamo su atención, pero no me responde- ¡Daryl! - le doy una patada en la pierna, haciéndolo voltear, igual no se inmuta.

-miren eso- habla un hombre con chaleco rodeándonos con otros de su grupo. El tipo se le acerca a Daryl y cuando lo hace este lo tira de un golpe, yo me limito a mantener la vista en los demás que ahora nos apuntan- ¡maldita sea, aguarden! - grita el señor.

-yo quiero el chaleco, me gustan las alas- dice uno de apariencia casi enferma.

-yo me quedo con la chica- habla uno alto. Empuño con fuerza la navaja al escucharlo.

-aguarden- habla el que está en el suelo, se limpia la sangre de la nariz y se echa a reír... raro- un arquero- dice levantándose- con su mujer, eso me inspira respeto, un hombre solo con un rifle pudo haber sido fotógrafo o entrenador de futbol antes de esto, pero el arquero lleva la arquería en la sangre ¿Qué tienes ahí, un peso de arrastre de 70 kg? Que me parta un rayo si no dispara 90 metros por segundo, agrégale una mujer que proteger y se vuelve imparable, estaba buscando un arma como esa, por supuesto me gustaría con más municiones y sin manchas de bulbo raquídeo- el enfermo se echa a reír.

- ¿te metiste en problemas compañero? - lo escucho reír a mi lado, casi sintiendo su desagradable aliento.

-si jalas ese gatillo, estos muchachos los llenaran de agujeros ¿eso quieres? Vamos amigo, suicidarse es una estupidez- insensible- ¿Por qué lastimarte cuando puedes lastimar a otros? - antisocial, el tipo sonríe mientras Daryl le apunta a la cara con la ballesta- me llamo Joe.

-Bájalo- hablo seria y él no me discute.

-Daryl, se presenta, ella es Sasi- suelto un suspiro cuando todos bajan sus armas.

-será mejor que sigamos, Daryl, Sasi- Joe nos sonríe y le hace una seña a los demás para seguir adelante, caminamos en medio de todos, apenas cruzamos miradas.

Siento las sucias miradas de los hombres en cada parte de mi cuerpo, ninguno dice nada, pero casi puedo escuchar sus pensamientos, mi ropa, aunque no tenga nada que ver, no me ayuda en esta situación, siento unos shorts y una camiseta rosa, cubierta por encima de apenas una camisa de cuadros verde que una vez perteneció a alguien de mi grupo... en mi cuerpo se vislumbran mis varios tatuajes, especialmente los de mis piernas, aunque apuesto que también fantasean con mi largo cabello pelirrojo.

Entre ellos conversan toda la noche, yo apenas puedo pegar el ojo cuando Daryl, sentado al lado mío me hace una seña para que descanse y aunque no confié mucho en él; entre la bola de animales que me rodean él sería el menos bestia.

En la mañana me despierto con una mano en mi hombro, por inercia la aparto con brusquedad antes de siquiera ver quien es, me relajo cuando veo la figura del cazador.

- ¿Qué? - susurro.

- ¿quieres quedarte aquí mientras cazo? - me siento en el suelo, mirando a los hombres durmiendo, no lo pienso mucho y me levanto a seguirlo.

No nos alejamos demasiado del campamento, camino con cuidado y tomando distancia para no ahuyentar cualquier animal que Daryl pueda ver.

- ¿Cómo sigue tu mano? - me pregunta mirando algún rastro en el suelo.

-ya no me duele- no sigue la conversación, pero yo si- ¿Cuánto tiempo crees que estemos con ellos? - no me responde, veo como mira hacia delante y saca apunta con la ballesta, observo como el conejo se posiciona y Daryl dispara, en el momento que lo hace siento una punzada en mi oreja- ah- me quejo poniendo mi mano sobre esta, notando sangre, ambos volteamos y vemos al tipo enfermo detrás.

- ¿Qué diablos haces? - le reta Daryl.

-cazo el desayuno- siento el olor del aliento del tipo y me dan nauseas.

-es mío- camino delante de Daryl a coger el conejo.

-mi flecha fue la primera, el conejo me pertenece.

-estamos aquí desde el amanecer- saco las flechas del animal y se las entregó a mi compañero.

-las reglas de caza no valen nada aquí afuera, ese conejo que tienes en la mano, es mío.

- ¿disculpa? - le hablo.

-es mío, les guste o no, si fuera tú, belleza, lo entregaría ahora, antes que desees no haberte levantado de la cama- me acerco al tipo con el conejo en la mano, siento a Daryl detrás mío.

-esto, lo cazamos, no es tuyo- lo miro de arriba abajo, con la mejor mirada desafiante que tengo.

- ¿Qué, acaso no te están dando buen sexo estos días, perra? Tanto tiempo corriendo de aquí para allá y no te han dado nada, o incluso peor, la tiene pequeña.

-será mejor que cierres la boca, esa si huele a que tuvo una buena verga dentro- escucho el seguro del cuchillo de Daryl abrirse.

Al tipo le cambia la cara, da un paso atrás para levantar su mano, a punto de darme una cachetada cuando Joe aparece.

-tranquilos compañeros, veo que los humos están arriba, bajemos las armas- dice mirando hacia Daryl quien debe tener la suya en la mano- veamos si podemos aclarar cuál es el problema, dijiste que era tuyo- dice refiriéndose al conejo.

-ya lo creo- se acomoda su arco en la espalda.

-listo, pues ese bicho le pertenece a Len.

-dámelo- Len no aparta su vista de la mía y tampoco lo hago yo.

-no te voy a dar una mierda- el tipo es más alto que yo y más alto que Daryl, aunque muy raquítico.

-al parecer necesitan una explicación: hoy en día no se puede andar solo, sin embargo, sobrevive el más fuerte. Es una paradoja- paso a mirarlo a Joe, quien entre su grupo parece ser el más decente- así que establecí algunas reglas para evitar que esto se descontrolara a cada rato, para estimular la unión y evitar el estrés; solo debes decir que algo es tuyo, así marcas tu territorio, tu presa y tu cama en las noches, una palabra: "mío"

-eso no va a pasar- habla Daryl, poniéndose a mi lado.

-vamos a enseñarles, ¿cierto? - pide Len pereciendo niño en berrinche- las reglas dicen que tenemos que enseñarle.

-no sería justo castigarles por romper una regla que no sabían que existía- a Len parece que le hubieran dicho la mejor broma de su vida.

-ya no hay reglas- escucho a mi lado y le paso el conejo.

-si las hay, lo saben, por eso no los mate para quitarles sus cosas, en especial esa ballesta- Joe toma el conejo por la cabeza, le hace una seña a Daryl para tranquilizarlo y estampa una especie de pico debajo de las costillas del animal, cortándolo a la mitad, tirándole la cabeza a Len- "mío" es todo lo que tienes que decir, el rabo es mejor que nada- ambos se largan de vuelta al campamento.

-dos días cuanto mucho- me avisa mirando a la dirección por donde se fueron.

-bien- toco de nuevo mi oreja, la cual ya dejo de sangrar, limpio la sangre y toco la ya hecha cicatriz...





22-08-2022 <3

Un lindo fanfic de Daryl Dixon (PAUSADA)Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin