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15 𝚍𝚎 𝚖𝚊𝚢𝚘 2022
Hace unos días Bianca está internada, estaba un poco mejor. Ahora Ami le estaba dando la teta, Julián estaba entrenando.
Yo esperó a que venga Julián para irme, así no dejo sola a Amira.
— Orne amor ¿me haces un favor?.
— si gordi ¿qué pasó?. –la mire.
— ¿no querés ir hasta casa y buscarme ropa? Me acabo de manchar y no traje nada.
— eeh ¿segura? Podemos decirle a Julián que te traiga.
— Julián sale en dos horas, pero si esperó.
Negué, agarré las llaves de Amira, les di un beso a ambas y caminé hasta el auto. Hace meses no voy a esa casa, nerviosa, no se, recuerdos, todo junto tengo en estos momentos.
Entré camino hasta la habitación de Amira, agarró uno de sus bolsos y guardo prendas de ropas de paso para que tenga.
Una vez que tengo las cosas salgo de la habitación, al darme vuelta para irme ya, me choque con un cuerpo.
— ¿qué haces vos acá?. –me mira.
Julián, Julián estaba en cuero, y una toalla alrededor de su cintura.
La puta madre Amira ¿no qué salía en dos horas?.
— vine, vine a buscar unas cosas para Amira. –desvíe mi mirada. Pensé que estabas entrenando.
— salí recién y vine a bañarme para ir al hospital. –se agarra el borde de la toalla.
— bueno, me voy.
Me quise ir, pero Julián me agarro del brazo llevándome hacía él.
— ¿la mochila no es tuya? La tiraste cuando te asusté. –se ríe.
Cierto, bueno los nervios me estaban ganando.
— ya sabía, gracias.
Tener el cuerpo desnudo de Julián junto a mi piel, encima que algunas gotitas caían de su pelo.. me estaba tentando.
Pero por otro lado pensaba en todo el daño que había causado, su engañó. En estos momentos mi orgullo estaba siendo mucho más grande que cualquier cosa.
— nos vemos. –lo empujé apenas.
Agarré la mochila y bajé rápidamente las escaleras. Al subirme al auto apoyé mi cabeza en el volante que boluda me siento.
Llegué al hospital, al entrar a la habitación estaba Bianca durmiendo en su cunita y Ami usando el celular.
— ¿sabías qué Julián estaba en tu casa?. –la mire.
— no, tenía entendido que entrenaba ¿por qué?. –deja el celular para mirarme.
— porque estaba en tu casa. –dejé las cosas sobre su pies. Pensé que sabías y me habías hecho ir apropósito.
Negó, agarró las cosas y se fue a cambiar, me quedó jugando con las manitos de Bian, era tan hermosa y chiquita, no podía entender cómo algo tan chiquito podía hacerme sentir tanto.
(...)
Estoy en casa tomando un vino con Juan, mañana se iba lamentablemente. Estos días no pudimos vernos tanto por el tema de Bianca, igual lo entendió perfectamente.
— ¿está mejor tu sobrina?. –me mira.
— si, por suerte si. –sonreí. Mañana si le dan los resultados bien le dan el alta.
Asintió. Nos acostamos en el sillón para mirar una película. Las imágenes de Julián en cuero del medio día estaban recorriendo en mi cabeza.
Pero me daba bronca, bronca porque tengo a tremendo bombón al lado y yo sigo maquinandome con mi ex, con el chabon que me hizo pija.
— ¿querés qué vayamos a comprar helado?. –me sonríe.
— no.. mejor disfrutemos acá.
Sonreí acariciando su pelo rubio. Se acercó a mí para finalmente juntar nuestros labios, me agarró la cintura subiendome encima de él, llevé mis manos hasta los botones de su camisa desabrochandolos.
Me alzó y le indiqué donde quedaba la habitación, entramos y me recostó sobre la cama. Me sacó la camisa junto al pantalón, pasó sus manos por todo mi cuerpo llevándome de besos.
Finalmente terminó entrando en mí, clavé mis uñas rápido, verlo encima mío moverse, los besos que me daba, las sonrisas. Dios. La que terminó arriba fui yo, moviendo mi cuerpo encima de él, sus manos en mi cintura. Mi mirada se desvió cuando mi celular en la mesa de luz empezó a sonar.
