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15 𝚍𝚎 𝚊𝚋𝚛𝚒𝚕 2020
Me desperté porque sentí que Ornella estaba hablando con alguien. Al darme vuelta dormido, pude ver que estaba hablando con el pato, bostece.
— me despertaste, habla despacio loca.
— estoy hablando con nuestro hijo. Escúchame, tengo que hacer unas fotos, te dejó a Donald a vos.
— ¿por qué a m.. digo si amor, no hay drama.
Pase mi brazo por detrás de mi cabeza y noté que me quedó mirando.
— voy a juntarme con el bostero, pero lo llevó.
— ojo, lo cuidas.
Me lo pasó y se levantó, lo agarré con cuidado y lo dejé por ahí para poder cambiarme. Ornella se metió a bañar, me lavé los dientes por mientras.
— EL AGUA JULIÁN. –grita.
— bancame un ratito, un ratito.
Me tiró el pote de shampoo y la quedé mirando con miedo. Decidí salir del baño rápidamente.
Tomamos mates con Amira y Matías. Después Ornella se tuvo que ir y yo me quedé jugando con el pato.
— ¿te vas?. –pregunta Amira.
— si ¿ya querés qué me vaya?.
— sinceramente si. –sonríe.
— ¡ojo Amira! No te hagas la viva.
Agarré mis cosas, los saludé. Dejé al pato sobre el asiento del auto y empecé a manejar hasta la casa de mi amigo mientras escuchaba música. Tenía que pasarlo a buscarla y después íbamos a la casa de Enzo.
Empecé a tocar bocina.
— que pesado loco.
— dale Exequiel, apurate.
Agarré a Donald, cuándo subió se lo pase.
— ¿me estás jodiendo?. –me miro riendo.
— tenelo con cuidado bostero, que no le vaya a pasar nada.
— vamos hacer sopa de pato.
— cállate. –lo mire mal.
Se lo puso en la falda y yo empecé a manejar, empezamos hablar de su situación con Agustina. La morocha todavía no lo perdonaba, yo le estaba dando consejos, de tantas veces que la cague con Ornella.. tengo experiencias.
Abrí un poco las ventanas porque estaba caluroso.
— ¿podes creer qué anoche cojimos y después se fue?. –se pasa las manos por la cara. Todas iguales.
— vos la cagaste igual chango, es entendible.
Me miró rápido con cara de asustado, lo mire sin entender. Bajé mi mirada hacia sus piernas.
— ¿DÓNDE ESTÁ DONALD?.
— ¡SALIÓ VOLANDO POR VENTANA!.
Frene rápidamente y Exequiel se la dio con la butaca del auto. Yo le dije que se ponga el cinto.
Bajamos rápido y vimos al pato, ya no seguía viviendo.
— ¿¡por qué lo soltaste!?.
— ¿¡por qué abriste la ventana!?. –me mira. Tu chica te mata.
— PERO SI VOS LO MATASTE.
— tengo una idea, vamos a buscar otro, no se va a dar cuenta. Dale.
Me agarró del brazo, yo estaba en estado de shock, entonces el bostero manejaba. Ornella se entera y me mata, me mata.
— elegí Julián.
Quedé mirando a los patos, ninguno se parecía, no había uno igual.
— se va a enterar y me va a dejar porque asesine a nuestro hijo.
Elegí el más parecido y lo adoptamos. Lo agarré bien, terminamos yendo a mi casa, ya no quiero salir a ningún lado, quiero quedarme sentado con el pato, sin hacer nada.
— ¿tanto miedo le tenes a Ornella? Si no mata ni a una mosca. –se ríe.
— ya se, pero.. era nuestro hijo, lo amaba.
— ¡lo ama! Ella no va a enterarse de la verdad.
Iba a contestarle, pero mi celular empezó a sonar. Era una videollamada de Ornella, seguramente quiere ver cómo está el pato, y yo estoy nervioso.
— atende vos. –le pasé el celular.
— no, atendela vos. –me pasó el celular.
— si querés que te ayude con Agustina, atende. –le volví a pasar el celular.
— prometelo.
— te lo prometo bostero feo.
— soy hermoso nené.
Me puse más nervioso cuando llevo el celular a su oreja, dale bostero. Confío en que vas a mentir bien.
