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Estoy tratando de llamar a Ornella, pero no me contesta. No entiendo porque mierda me dejó, sino hice absolutamente nada, me estaba portando bien.
— VOY A SALIR. –grita Amira.
— no, ¿donde vas?. –la mire.
— voy a tomar un helado con Luca.
— ni empedo nena, no.
— ¿qué te pasa? Mamá me dejó salir, somos amigos solamente. –se queja. Julián, dale.
— te estoy diciendo que no Amira, no rompas la pija, anda a tu pieza.
— UH FLACO, NUNCA ME DEJAS HACER NADA.
Se fue corriendo arriba y yo suspire, tiene doce años recién. Pendeja.
Agarré el celular nuevamente, pero sentí un golpeé, me fije por la ventana.
— NI PARA SALTAR DE LA VENTANA SERVIS AMIRA, VENI PARA ACÁ.
Salí corriendo a buscarla, estaba corriendo mientras renjeaba encima, tan igual a mí. En eso me cruzó a Tiziano.
— ¿dónde vas corriendo?. –se ríe.
— mi hermana, es una culiada. –suspire. ¿Podes decirme qué mierda le dijo Tania a Ornella? ¡me dejó!.
— Tania anda diciendo que pasaron la noche juntos. –me mira. ¿No es verdad?.
¿Qué? Ni empedo.. baile con ella un tema solamente, pero jamás me la curti, no lo haría tampoco. Que bronca, mina de mierda ¿cómo va a inventar algo así? Dios.
Volví a mi casa, llamé a Ornella. ¡me atendió!.
— no me dejas jugar a mi jueguito Julián. –se queja.
— ¿Sofía? ¿Qué haces con el celular de Ornella?.
— se fue con Joaquín, dijo que no volvía hasta mañana, va yo la tengo que cubrir mejor di.. NO, YO NO TE LO PODÍA DECIR.
— ¿quién mierda es Joaquín?.
— no es nadie, no es nadie, chau.
Me cortó y yo me tiré a la cama sin poder creerlo, yo sabía que iba a pasar eso. Allá era obvio que iba a conocer a alguien y se iba a "enamorar" que bronca.
— ¿hiciste las maletas? Mañana viajamos para Buenos Aires. –entra mi papá.
— ahora lo hago. –dije sin mirarlo. Espérame.
— dale hijo, rápido, ¿viste a Amira?.
— se escapó para irse con el pendejo de Luca.
Asentí, se fue de la habitación. Guardé mi ropa mientras pensaba que mierda estaba pasando entré Ornella y ese tucumano, me voy a morir. No podía llamarla, era obvio que le dejó el celular a Sofía.
— JULIÁN SOS UN BUCHON DE MIERDA. –entra Amira.
— chau Amira, chau. –la saqué.
— FORRO, TE ODIO.
Me puse los auriculares. Le dicen algo, se lo cree, yo no entendía a que se refería anoche. Yo no le fallaría, es el amor de mi vida, no quiero estar con otra persona que no sea ella.
— ¿estás bien hijo?. –entra mamá.
— sólo me peleé con Ornella, ya no estamos juntos. –suspire. Pero si, estoy bien.
— ay ¿enserio?. –se tapa la boca sorprendida. Hijo.. asi es el amor adolescente, van a estar mejor, vas a ver que si.
— no creo ma, pero no pasa nada.
— Ami te quiere decir eso.
Amira apareció atrás.
— te quedaría pedir perdón por escaparme y por gritarte forro, yo no te odio.
— veni. –la abracé. No pasa nada, pero no seas boluda, hace caso Ami.
Asiente, bajamos a comer, yo no tenía hambre.
Eran las cinco de la mañana, no me podía dormir, no podía. Agarré el celular y empecé a llamar a Ornella nuevamente.
— ¿qué pasa? Basta Julián.
— ¿dónde estabas?.
— estaba con mis primos Juli, me cagaste llamando, basta.
— que mentirosa que sos. –me reí. Yo no hice nada Ornella ¿podes entender eso? ¡nada! No se con que cuento te fueron, pero no te hice nada.
— después hablamos Juli, estoy ocupada, voy a dormir, recién llego y me duele todo.
Cerré los ojos tratando de no pensar que era por eso. Termine cortando.
Primera vez que iba a dormirme con lágrimas en los ojos.
