26: Peligro inminente

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...y la confianza que se otorgó.

Declan

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Declan.

Adara confía en mí lo suficiente para no ponerme a dormir durante el viaje a Paxton.

Apreciaba su confianza, me hace pensar que estamos yendo a alguna parte.

Mi cerebro no descansa, trabaja sin que yo lo quiera y calculo los minutos y horas que viajamos desde la cárcel hasta el centro de la ciudad.

A su perro más grande no le genero confianza, Contad, gruñó mucho cuando llegué con Adara al jet y comenzó a maldecir en voz baja para que ella no lo riñera.

Lanay es totalmente ilegible, a veces parece que le molesto mucho, otras veces parece encantada con mi cercanía a Adara y en otras es como si le importara una mierda.

He conocido a muchas personas con diferentes tipo de personalidades y hay muy pocas como las de Lanay, creo que la única que puede entenderla del todo es Adara.

Ambas son como dos imanes de cargas distintas que se atraen entre si.

Adara es fría pero sus sentimientos se pueden reflejar por cada poro de su cuerpo. Es demandante, controladora, se preocupa... se preocupa demasiado.

Lanay es todo lo contrario, parece que deja ver sus sentimientos a todos pero son... fingidos. Es falsa, casi como un robot. Puedo decir que se ve más auténtica cuando está entrenando o peleando con alguien, también cuando está frente a una computadora.

No confío mucho en ella.

Pero Adara y ella son inseparables, se conocen desde tanto tiempo que no podría creer que mi ángel rojo no sepa sus verdaderas intenciones.

El resto del equipo es indiferente, no cuestionan las ordenes de Adara, son tan obedientes y puedo ver como cada uno de ellos mira a mi ángel con tanta admiración y respeto.

No me sé sus historias, ni como llegaron a trabajar para ella pero debió haberles salvado la vida para que la miren con tanta gratitud.

No creo que se den cuenta que lo hacen, pero ese brillo está ahí.

Habíamos llegado a un especie de cuartel subterráneo, Adara no me había quitado la venda pero sentí el descenso y guiándome por la humedad y el sonido seco tras las paredes, estoy casi cien por ciento seguro que estamos bajo el suelo.

Era inmenso, casi como una gran casa subterránea, con habitaciones, una cocina pequeña y dos baños, el resto del lugar es una sala inmensa llena de planos, armas, municiones, tecnología y artefactos para la guerra que se avecina.

—¿Te gustó el viaje, lindo? —pregunta una morena de ojos oscuros y ahumados a mi lado, está desempacando varios planos y municiones.

—No fue desagradable —me encojo de hombros.

El Diablo Está Cerca (+21) Where stories live. Discover now