—Primero tendrás que hacer un hechizo de sangre, sé que sabes hacerlo pues entré muchas veces a tus sueños y tu abuela te enseñó a hacer de todo, es como si hubieras estado destinada para esto, desde un principio. Solo la sangre del monarca tiene que tocar las tierras del pueblo y recitar las palabras que te enseñó tu abuela para un hechizo de sangre—Sigo atenta sus palabras, no quiero olvidar nada. A pesar de que está diciendo muchas cosas que yo no he platicado con nadie.

—Después, sabes qué hacer, sacrificar a quien más amas— Dice como si le diera nostalgia — Haz todo como te estoy indicando, no repitas la misma historia. Me arrepiento todos los días por condenar a un pueblo entero solo por mis caprichos, fui reina, tuve una familia, pero siempre aspirá a más, eso fue lo que me llevó a hacer el catastrófico trato con "el", en ese momento me cegó el poder y confié en alguien que nunca me mostró su rostro, solo su sombra y por eso solo es "el". He intentado remediar mi error, pero no puedo salir del bosque, mucho menos tener contacto humano, a menos que ustedes me encontraran sin yo querer ser encontrada..

Regreso de mis memorias del pasado con la respiración entrecortada, recordando cómo todas las noches esta conversación me atormenta.

Hace que me debata entre hacerlo, o dejarlos a su suerte y escapar, todo este tiempo pensé en no hacerlo por el odio que les tengo, pero también es una buena oportunidad para reivindicarme.

Me doy más tiempo para pensarlo, hasta que mi inconsciente me recuerda que Cédric, Damen y Edward están peleando para mantener a salvo a todos.

Inconscientemente, busco una forma para herir mi mano y que salga sangre, no tengo un cuchillo para cortarla, veo una piedra medio afilada e intento rasgar mi mano con ella.

Con mucha fuerza, logro hacer un corte horizontal en la palma de mi mano, y cuando comienza a escurrir la sangre cierro mi puño para que escurra en todo el suelo del barranco.

— Seeh-Haah-Eeata, Atheyseytha — Recito, mientras recuerdo el extraño sueño en el que apareció mi abuela, y porque no tengo las memorias de este hechizo. La sangre se oscurece al mismo tiempo en el que caen las gotas y al estrellar con el piso se diluyen.

Cuando termino, voy por Idy y la tomo de donde la deje, con la conciencia aun diciéndome que no soy capaz de sacrificarla.

Me acerco a la punta del barranco, arrullando a Idy, cuando decido dar un último vistazo al lugar que fue mi hogar por mucho tiempo.

Entre los arbustos veo una sombra que se acerca y pienso en la primera reina, espero a que se acerque para poder verla mejor. Entonces la sombra se hace visible y me percato que no es ella, si no Henry, está cojeando y su cara está llena de sangre.

Se me acabó el tiempo.

Cuando nuestras miradas se encuentran, acelera el paso y yo retrocedo hasta quedar en la punta del barranco, un paso en falso y caeré.

—¡No te atrevas a hacerlo!

Grita algo más, pero ya no lo escucho.

«¿Has cambiado lo suficiente para hacer esto? Terminarás convirtiéndote en la villana de tu propia vida»

«Intentaste buscar la felicidad, pero aún no la encuentras ¿Realmente eso es lo que buscas?»

Llego a la orilla y un frio recorre todo mi cuerpo, mis ojos están sobre los de Henry, mientras que el viento me golpea fuertemente.

Decido cambiar el sacrificio.

Cierro mis ojos, intentando obtener las fuerzas suficientes, y con miedo, me giro, trago fuerte y hago lo que tengo que hacer.

Salto, y siento, siento miedo, que se convierte en libertad.

La libertad que siempre he anhelado.

— ¡Siempre quise dejar este lugar! —Grito al viento.

Al fin, después de tantas veces que pude morir, logré mi cometido. Ya no más sufrimiento para mí, ni para nadie.

Ya no siento el impacto, a pesar de que sigo viva cuando lo hago.

Moriré de la misma forma en la que nací, en soledad. No fui la mejor persona, ni tampoco tomé las mejores decisiones, pero, lo que anhelé toda la vida, finalmente llego a mí.

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