Sed de Poder

Capítulo 6

Damen

Piel de porcelana,ventanas al alma

Sus labios, como pétalos perfumados

Eso es ella ,una chica tormenta

Un ser perfecto que me atormenta

Me atormenta dia y noche.

Anoto mis pensamientos más profundos en mi diario, que me fue regalado por mis padres, días antes de que fallecieran. Solo tenía diez años cuando quedé huérfano, pero a mis padres no les importó ni siquiera que tenían un hijo que dejarían sin familia, cuando decidieron abandonarme e irse a intentar romper la maldición que atormenta a nuestro pueblo desde hace miles de años, por supuesto que no lo lograron y murieron en vano.

Además del diario, en el que escribo mi día a día sin tapujos, me dejaron un reino que gobernar, sin saber cómo, lo único que me alegra es aún tener a Cédric, él fue el único que me entendió y comprendió, además de que siempre me ha ayudado sin obtener nada a cambio, más que su debido pago.

Ya pasaron catorce años desde la muerte de mis padres.

Escribo un simple poema para mi musa contestona, recordando cómo fue el día que quedé flechado y caí rendido a sus pies.

Aún recuerdo ese día como si fuera ayer, esa vez amanecí más enojado de lo normal, ya que unos condes no querían pagarme lo que me debían, además de que no me habían contestado la carta de advertencia, si de por sí mi temperamento es muy volátil, ahora con más razón me tenían muy enojado con su falta de educación.

Llegó el día que les había dicho a esos condes que iría a recoger todo lo que me debían, por lo que tuve que pararme temprano, ya que era un viaje demasiado largo. Verdaderamente no necesitaba el dinero, pero ser buena persona, solo ocasionaría que perdieran el respeto hacia mí.

Hice lo típico que hago como rutina diaria: me levanté, me di un baño relajante y después me puse una ropa digna de un príncipe como yo, mis pantalones blancos y una camisa azul, mi capa que tanto amo, que fue heredada por mi padre, además de que me puse un perfume que había mandado a hacer especialmente para mí, de un aroma amaderado con tonos cítricos, huele delicioso.

Ya estando listo para este viaje, le hablé a Cédric para que pidiera el carruaje, además de que también pedí que me preparan algo para comer mientras viajo.

— ¿Está todo listo? Cédric, pedí que todo fuera lo más rápido posible, y también quiero que me acompañes, por lo mismo, si necesitas llevar algo, ve a buscarlo y hazlo rápido.

— Sí, claro que lo acompaño, si me permite voy a mi cuarto y traigo las cosas que necesito, ¡y regreso de inmediato!

A los pocos minutos ya estaba todo listo y mi consejero aún no regresaba, ¿Que le habrá pasado?, por lo mismo, solamente subí las escaleras y en medio del pasillo y le grité que, si no estaba en el carruaje en cinco minutos, lo dejaría, con su debido castigo por su tardanza.