Capítulo 48

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Damen cumplió su palabra y no sale del cuarto, al igual que yo

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Damen cumplió su palabra y no sale del cuarto, al igual que yo.

Adelantó el trabajo de dos meses para poder acompañarme en este suplicio final.

Mes 8:

Todos los días viene el doctor a revisarme, ya no hago ni el intento de ver mi reflejo en el espejo, sé que estoy destruida.

Me falta la respiración, todo lo que como lo saco a los minutos y muchas veces me he desmayado después de vomitar, Damen me ha regresado a mi camita y rápidamente llamado al doctor, por eso, ahora las visitas son diariamente.

No había hecho cuentas, pero esta hermosura nacerá muy cerca de mi cumpleaños.

Estoy emocionada, al fin este sufrimiento terminará y podré ver a mi bebé

Damen todo el día habla con ambas, es muy tierno de su parte, el odio que le tuve hace unos meses está desapareciendo.

Damen está escribiendo algo en su diario, y me da risa, la cara con la que está escribiendo.

— ¿Qué nombre le ponemos? — Pregunto, sacándolo de su concentración.

—Alamiria—Dice a secas —Así se llamaba mi abuela.

— Alamiria... ¿Y si es hombre? — Digo en modo de broma, obviamente no dejaré que le pongan tan horripilante nombre a mi creación.

— Damen, obviamente — Contesta serio.

Nos miramos por unos momentos a los ojos y parece que se está burlando de mí, esperando el momento en el que reproche por los nombres, finalmente cedo — Yo escogeré el nombre — Ordeno tranquilamente.

— Yo lo haré — Dice, retándome.

— Te encanta pelear, que tenga dos nombres, uno lo escoges tú y el otro yo. Pero que conste que el que escoja yo, será su primer nombre.

— A sus órdenes, mi reina— Dice graciosamente.

— Tengo hambre— Cambio de tema abruptamente.

— Ordenaré algo ¿Lo que sea? —Dice preocupado.

— Que contenga el azúcar suficiente para tener energía todo el día.

Damen, sale del cuarto rápidamente y regresa al instante, desde la alcoba se escucha cómo les grita a los sirvientes del castillo que necesita "La comida más deliciosa del mundo ".

Al llegar la comida, prácticamente la degluto, mi hambre es voraz y arrasadora, no me doy tiempo ni de disfrutar.

Pero, así como todo entra, a los segundos ya todo quiere salir. —¡Damen, llévame rápido al baño! — Grito.

Instintivamente me agarra en brazos y me lleva cargando hasta el baño, después de ponerme frente a la letrina, me baja y sale como ya nos habíamos puesto de acuerdo.

Sed de PoderWhere stories live. Discover now