Detrás de la puerta veo una sombra, y mis manos empiezan a sudar, también mi corazón pierde el control.
Dahey abre la puerta con una cara de cansancio y primero ve a mis pies hasta que recorre su mirada hasta mi cara, sus ojos se llenan de sorpresa y de alegría— ¡Mi niña...! —Exclama emocionada y se abalanza contra mí, me da un fuerte abrazo, después me toma de la cara y hace que nuestros ojos se encuentren para cerciorarse de que soy real.
— Pasa por favor, antes de que me ponga a llorar más, enfrente de toda la gente que vive por aquí — Dice, mientras ve que en el carruaje hay más gente —Hazlos pasar por favor.
Asiento y regreso al carruaje al dar la orden de que aquí nos quedaremos, y los presento antes de meternos a la casa.
Dahey, entra al final y sella todos los candados con los que se cierra la puerta. No recuerdo que tuviera tantos, pero mi memoria a veces falla.
—¿Ya comieron? Siéntense a comer, los veo muy hambrientos—Se burla Dahey. mientras saca todo lo necesario de la cocina para darnos de comer.
Nadie se atreve a negarse a una buena comida, los seis tomamos asiento: Lea, Lidia, los tres acompañantes y yo, eso sin contar a mi pequeña Idylla, la misma que aún no despierta de sus pequeñas siestas que hace durante el día.
Dahey, nos mira admirada, admira nuestro porte, y vestimenta, principalmente la mía, pues este tipo de ropa es algo muy cara para lo que ella pueda poseer.
— No tarda en llegar Felipe, y así nos contarás lo que has hecho en todo este tiempo de ausencia, temíamos que jamás regresaras— Cuenta con un toque melancólico que hace que también a mí me de tristeza.
En poco tiempo me volví como su hija y de un momento a otro tuve que huir, escapaba de Damen, también del cerdo del papá de Henry y al final, también de Henry.
Aquella noche en la que, otra vez tuve un avistamiento con la muerte, supe que no podría hacerle frente a Henry, que estaba siguiéndome, él llevaba a más personas, y a pesar de que se me enseñó un poco a defenderme en combate, no podía ganarles a todos ellos, por eso escapé.
Si no hubiera llegado Damen en ese momento, tal vez ya estaría muerta, pues la obsesión de Henry contra mí es totalmente diferente a la de Damen.
Lo supe desde el momento en el que mató para salvarme, mató a los pueblerinos que se pusieron en su contra y dieron búsqueda de mi cabeza, para matarme y liberar a Damen de esa obsesión perversa que está haciendo que su pueblo caiga en la decadencia, el también perdió a su gran amigo Bastián, que solo intentaba salvar a su pueblo.
Al poco rato despierta Idy, reclamando su comida y Dahey piensa que es hija de Lidia hasta que se acerca y nota el parecido que tenemos.
Sus ojos son lo único parecido que tiene a Damen, al verla te pierdes en esos hermosos ojos con un color resultado de la combinación de grises y verdes. Todo lo demás, es mi gemela, el tono de piel, tono de cabello y lo que queda con el tiempo lo iremos descubriendo hasta que deje de parecerse a nosotros.
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Sed de Poder
FantasyKaia Morana Morringan es hija de la grande casa Sallow, la cual está en quiebra. Su vida dará un drástico giro cuando el destino haga cruzar su camino con el Príncipe Damen de Atheya, quien se enamora perdidamente de ella desde el momento que la con...