Capítulo 54

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Detrás de la puerta veo una sombra, y mis manos empiezan a sudar, también mi corazón pierde el control

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Detrás de la puerta veo una sombra, y mis manos empiezan a sudar, también mi corazón pierde el control.

Dahey abre la puerta con una cara de cansancio y primero ve a mis pies hasta que recorre su mirada hasta mi cara, sus ojos se llenan de sorpresa y de alegría— ¡Mi niña...! —Exclama emocionada y se abalanza contra mí, me da un fuerte abrazo, después me toma de la cara y hace que nuestros ojos se encuentren para cerciorarse de que soy real.

— Pasa por favor, antes de que me ponga a llorar más, enfrente de toda la gente que vive por aquí — Dice, mientras ve que en el carruaje hay más gente —Hazlos pasar por favor.

Asiento y regreso al carruaje al dar la orden de que aquí nos quedaremos, y los presento antes de meternos a la casa.

Dahey, entra al final y sella todos los candados con los que se cierra la puerta. No recuerdo que tuviera tantos, pero mi memoria a veces falla.

—¿Ya comieron? Siéntense a comer, los veo muy hambrientos—Se burla Dahey. mientras saca todo lo necesario de la cocina para darnos de comer.

Nadie se atreve a negarse a una buena comida, los seis tomamos asiento: Lea, Lidia, los tres acompañantes y yo, eso sin contar a mi pequeña Idylla, la misma que aún no despierta de sus pequeñas siestas que hace durante el día.

Dahey, nos mira admirada, admira nuestro porte, y vestimenta, principalmente la mía, pues este tipo de ropa es algo muy cara para lo que ella pueda poseer.

— No tarda en llegar Felipe, y así nos contarás lo que has hecho en todo este tiempo de ausencia, temíamos que jamás regresaras— Cuenta con un toque melancólico que hace que también a mí me de tristeza.

En poco tiempo me volví como su hija y de un momento a otro tuve que huir, escapaba de Damen, también del cerdo del papá de Henry y al final, también de Henry.

Aquella noche en la que, otra vez tuve un avistamiento con la muerte, supe que no podría hacerle frente a Henry, que estaba siguiéndome, él llevaba a más personas, y a pesar de que se me enseñó un poco a defenderme en combate, no podía ganarles a todos ellos, por eso escapé.

Si no hubiera llegado Damen en ese momento, tal vez ya estaría muerta, pues la obsesión de Henry contra mí es totalmente diferente a la de Damen.

Lo supe desde el momento en el que mató para salvarme, mató a los pueblerinos que se pusieron en su contra y dieron búsqueda de mi cabeza, para matarme y liberar a Damen de esa obsesión perversa que está haciendo que su pueblo caiga en la decadencia, el también perdió a su gran amigo Bastián, que solo intentaba salvar a su pueblo.

Al poco rato despierta Idy, reclamando su comida y Dahey piensa que es hija de Lidia hasta que se acerca y nota el parecido que tenemos.

Sus ojos son lo único parecido que tiene a Damen, al verla te pierdes en esos hermosos ojos con un color resultado de la combinación de grises y verdes. Todo lo demás, es mi gemela, el tono de piel, tono de cabello y lo que queda con el tiempo lo iremos descubriendo hasta que deje de parecerse a nosotros.

Sed de PoderWhere stories live. Discover now