Sed de Poder

Capítulo 8

No me doy cuenta de que este evento ha terminado, hasta que el príncipe se levanta de su trono y exclama— Con esto, damos por terminada esta sesión, les agradezco mucho su presencia, mi amado pueblo.

¡Cambiar no es inhumano! — Exclama a todo el pueblo.

— ¡Cambiar no es inhumano! — Repiten.

Aun no entiendo por qué escogieron tan feo lema para este pueblo, bueno si a eso se le puede decir que es un lema. ¿Y por qué cambiar no es inhumano? no logro entender a qué se refieren.

Mientras la gente se va, el príncipe los despide dándole las gracias y la mano, al terminar se acerca a mí y me dice que, si podemos hablar, algo que se me hace muy extraño de su parte.

Vamos a la biblioteca por petición de él y ahí se queda sentado esperando, algo o alguien, no se aún. A los pocos minutos llega Cédric con dos botellas de vino.

— Pensé que te gustaría, se de muy buenas fuentes que es una de tus bebidas favoritas - Bromea con su sonrisa radiante.

— Ahh, con que eres un bromista, pues si es de mis bebidas preferidas — Contesto con el mismo tono.

— ¿Cómo te está yendo con tus nuevas tareas? ¿Ya te acostumbraste? — Pregunta como si le importara.

No entiendo qué es lo que está pasando, en la mañana me gritó, me hizo llorar y para acabar me pidió perdón. Esperaba todo, menos que en este momento se comporte como un caballero y se preocupe por mí, intenté ocultar la intriga que me provocan sus cambios de humor y platico de manera civilizada con él.

Primero le comento de las travesuras que me han hecho sus empleadas Aura y Aris, él solo me pone mucha atención, y me mira demasiado a los ojos, al inicio esto me pareció incómodo. También le conté que era muy feliz, porque cada día cocinaba mejor y le ofrezco mis más sinceras disculpas por lo de la mañana, de igual forma le digo que no entiendo porque la comida sabía tan mal, si estoy segura de que era de mis mejores creaciones, hasta que me interrumpió.

— Ya entendí porque la comida sabia tan horrible, no fuiste tú, fueron esas ¿arpías? ¿así les dices no? Algo le echaron cuando tú no te diste cuenta o algo le hicieron, pero estoy seguro de eso, y esta me la van a pagar—Masculla irritado.

— A quien le va a ir mal es a ellas, no se atuvieron a mi advertencia, y te pido que no les digas nada, no porque siempre haya sido tratada como una princesa no ¡sé defenderme!, déjamelo a mí por favor— Solicito enojada, ¡cómo no me di cuenta de que no fue mi error!, y lo peor es que sufrí por esto, por lo menos hice que el príncipe ya no me obligue a cocinar hasta que aprenda.

— Bueno ya olvida ese tema, ¿Qué tipos de libros lees y qué estás tramando, porqué me trajiste aquí? — Hablo intrigada por las respuestas que me va a dar el príncipe, y también intentando cambiar el rumbo de la conversación, recordé en el momento indicado que él me había dicho que le gusta mucho leer.

— Parece que vamos al grano, está bien, me gusta mucho leer, ve el tamaño de mi biblioteca, además siempre se me exigió y luego se convirtió en un gusto adquirido, pero me encantan las historias fantasiosas que tienen una mezcla de todo, sobre acción y también de romance, y te juro que si hablas de esto con alguien más te mando a cortar la cabeza frente a todo mi pueblo. Y bueno te traje aquí porque no me fueron suficientes las disculpas que te pedí en el jardín para sentirme bien.

— Está bien, no importa—Contesto restándole importancia, para que la conversación se corte— Oye, ¿Te importa, sí tomo más vino?, ya se acabó la primera botella— Espero diga que sí, porque esta bebida es una deliciosidad, sabe como a jugo de uva con toques de arándano y es agridulce, sin duda es la bebida perfecta, además de que tiene el ingrediente secreto que me hace olvidar mis penas.

— Claro, es todo tuyo, ¿te importaría que sigamos platicando mientras disfrutas de tu vino? —Escucho en su voz destellos de súplica, así que acepto con un simple asentimiento.

Platicamos y platicamos, conozco más a fondo al príncipe tinieblo, y me doy cuenta de que es del tipo de persona que esconde sus sentimientos para que no lo lastimen, y eso solo lo supe con esta larga charla, obviamente no me lo dijo directamente, pero es obvio con lo que me conto. Además de que el vino parece ilimitado, mientras más dure nuestra plática más me dan.

El mundo ya me da vueltas, y el príncipe me parece más atractivo de lo que ya es ¿raro no?, ¿Que secretos tendrá escondidos en lo recóndito de su corazón?, no puedo parar de reír cada que me dice algo.

— ¿Por qué yoo? ¿Que tengo queeee no tengan las demás? — Interrogo, ya no siendo capaz de coordinar mi boca con mi cerebro.

— Bueno, qué te digo, eres alguien perfecta para mí— Contesta con una enorme sonrisa, mientras se acerca a mi oído y susurra— Te lo diré, solo porqué sé que mañana no recordarás nada de lo que platicamos. Cuando te vi eras un desastre, alguien cómo tú, una mujer quiero decir, nunca se ve tan desarreglada y hermosa al mismo tiempo, no solo es tu físico también es tu intelecto, eres muy inteligente, al igual que fuerte emocionalmente, eso lo digo con lo poco que nos conocemos y si tú me dieras la oportunidad, yo te podría enseñar a amar.

— ¡Esooo es muy sabioo, tinieblo! ¡Además deee que erees guapo, inteligente!, ¿Quién lo diría? — Sigo estando muy borracha y arrastro aún más la lengua para hablar, no le tomo importancia a su comentario, ya no sé lo que estoy diciendo y mis ojos se están cerrando por sí solos.

— Oyeee, voy a dormirr, ¡Buenas noches! — Hipeo y cierro los ojos para dormirme.

Aun un poco despierta siento que alguien me toma en brazos, y me carga para después dejarme en una suave cama, estando ahí duermo plácidamente.

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