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20 𝚍𝚎 𝚓𝚞𝚕𝚒𝚘 2015
Cómo las anteriores noches, estaba subiendo por la ventana de Ornella.
— ya se te hizo costumbre. –se cruza de brazos.
— ¿por qué no fuiste al colegio?. –la agarré de la cintura.
— porque mis papás fueron hasta capital y me quedé con Sofía.
Apa.. no hay nadie.
— ¿no vuelven todavía?.
— no, vuelven mañana temprano. –se ríe. Sofi duerme, no hagas tanto ruido.
— miremos una película. –me tire a la cama.
— sentite cómo en casa.
Se acostó al lado mío, nos quedamos eligiendo la película que íbamos a mirar, todavía no sabemos, pero yo me estoy aburriendo.
— ¿mañana vas a la escuela?. –la mire.
— supongo que si. –se ríe. Tenemos matemáticas encima, re choto.
— pero vamos a estar juntos, deja a la otra tarada y sentate conmigo.
El odio es mutuo ahora que me doy cuenta.
— Selena se llama gil. –me pega despacio. Ojo.
Se acostó en mi pecho y yo comencé a hacerle mimos en el pelo, ella me estaba haciendo caricias por debajo de la remera.
Levantó su cabeza y yo terminé uniendo nuestros labios. Me dejó sorprendido cuando ella llevó mi cuerpo encima del suyo, dejándome arriba, los besos se volvieron más intensos.
Lo bueno es que ahora no va a poder salir corriendo, va a tener que echarme.. ¿será capaz?.
— cerra la puerta con llave. –me dice susurrando. Sofía entra siempre sin golpear.
Me levanté para cerrarla, pero en el momento se abrió haciendo que choque con toda mi nariz la puerta, llevé mis manos rápidamente.
— TUVE UNA PESADILLA. –grita.
— SOFI. –va corriendo Ornella.
— mierda. –susurre.
Ornella la abrazó tipo para que no me vea y yo me fui para el baño, bueno supongo que era el baño. Si, era el baño.
Me lavé la nariz que me estaba sangrando, muchísimo me sangraba, pendeja del orto, me caes mal.
— ¿estás bien?. –entra. Ya la volví a dormir.
— me sangra, pero bien. –sonreí.
Se acercó para parar el sangrando también, no les miento, me sangraba muchísimo.
— te hizo pingo, hasta tus labios. –me mira.
— eso se puede curar con un beso.
— no, tenes sangre todavía.
Ya entiendo porque Sofía salió así tan asquerosa.
26 𝚍𝚎 𝚗𝚘𝚟𝚒𝚎𝚖𝚋𝚛𝚎 2024
— ¿entonces me perdonas?.
Estamos acostados en el yate mirando el atardecer.
— no se, porque vos siempre mentís Julián y yo te re doy la confianza para que me digas las cosas. –me miro. A mí también me duele todo lo que pasó, no me puedo hacer la boluda.
— ya se mi amor, sé que te lo prometí muchas veces.. pero está vez, enserio no vuelve a pasar. –la abracé. Desde pendejito me encantas Ornella, el sentimiento sigue.
— si, pero lo de Tania.. lo de Agustina.
— ¿enserio?. –me reí. Con Tania no paso nada, la chabona estaba obsesionada conmigo y te enredó a vos en sus mentiras aprovechando que vos te fuiste a Tucumán y estabas lejos.
Y vos también aprovechaste hija de puta:)
— lo de Agustina entonces. –se cruza de brazos.
— a ella la conocí cuando vos y yo no estábamos juntos, y fue buena piba, pero vos volviste y me moviste todo nuevamente. –le di un beso en la mejilla. Aparte a vos te encanta tener a todos de la CORREA.
Se quedó recalculando sin entender.
— mentira, a vos no te tengo así Juli y tampoco quiero. –se hace la boluda. Porque somos grandes ya.
— igual, siempre tuviste a Correa de todos.
— ¿qué?. –me mira. No se de que hablas.
Me reí con bronca.
— que vos me cagaste Ornella en cambio yo no. –la mire. Y me enteré años después.
— pero.. yo pensé que habías estado con Tania y yo te deje ese día entonces no cuenta.
— pero a la semana volviste conmigo.
— y a las dos semanas me dijiste que te ibas a vivir a Buenos Aires. –se ríe.
Cuando sacamos cosas del pasado, siempre terminamos en lo mismo.
