La esposa mimada

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Capítulo 51: Sufrir una pérdida

Liu Li la ignoró y la empujó al suelo del pasillo.

Fang Xinxin le dijo a Bai Qinghao: “Mis amigos definitivamente no son actores pagados.  Lo sabrás una vez que los veas.

"Si son tus amigos, no me importa conocerlos".  Bai Qinghao asintió levemente.

Fang Xinxin estaba un poco conmovido.

No fue fácil obtener una reunión con Bai Qinghao.  Le estaba dando mucha cara al acceder a hacerlo.  Ella lo siguió hasta la habitación del hospital de al lado.

Bai Chenxi notó que la mirada de Fang Xinxin no se volvió hacia él ni una sola vez en todo este tiempo.  Él frunció el ceño algo infeliz.

En el pasado, esta mujer gorda y fea solía declarar una y otra vez que le gustaba.

¿Por qué lo estaba ignorando ahora?

Tenía que estar haciéndolo a propósito, con la esperanza de ganarse su afecto a largo plazo.

Fang Manxue se quedó en el pasillo, mirando la puerta del hospital junto a la de Bai Chenxi.  Varios minutos después, Bai Qinghao salió con Fang Xinxin.  “CEO Bai, realmente no puedes confiar en los supuestos amigos de Fang Xinxin.  Definitivamente han sido comprados por ella para engañarte.  ¡Vino aquí para visitar a Bai Chenxi!

"¿Crees que soy tan fácil de engañar?"  Bai Qinghao frunció el ceño.  “Conocí a la persona.  No hay forma de que pudiera haber sido sobornado para actuar en nombre de Xinxin.  Además, Fang Xinxin no vino aquí para visitar a Bai Chenxi.  ¿Estás tratando de hacer que el Grupo Fang quiebre con tus acciones?

"Yo..." Fang Manxue inmediatamente se tapó la boca y se quedó en silencio.

Bai Qinghao era un hombre decisivo y siempre actuaba de acuerdo con sus pensamientos sin dudarlo.  No era de los que se retractaban de sus palabras.

Con su poder y estatus, un simple movimiento de sus pies podría provocar un terremoto en la bolsa de valores.

Destruir el Grupo Fang no fue una tarea difícil para él.

Sus torpes acciones ya le habían costado al Grupo Fang una pérdida de ochenta millones de dólares.  No podía permitirse el lujo de causar más problemas.

Fang Manxue miró a Fang Xinxin, como si dijera: "No tendrás tanta suerte la próxima vez". Pero ella no habló más y se quedó a un lado con tristeza.

Bai Qinghao y Fang Xinxin abandonaron el lugar con Liu Li siguiéndolos.

Tanto Fang Manxue como Bai Chenxi tenían curiosidad sobre la identidad del amigo de Fang Xinxin.  Pensar que incluso Bai Qinghao diría que la persona no podía ser comprada.

Sin embargo, antes de que pudieran entrar en la habitación, dos guardaespaldas vestidos de negro llegaron rápidamente allí.  Se colocaron frente a la puerta y dijeron: "Según la orden del jefe, los entrometidos no pueden entrar sin permiso".

Fang Manxue habló con una expresión arrogante.  “¿Cómo cuento como un entrometido?  Soy la prometida de Bai Qinghao…”

Bai Chenxi sonrió burlonamente a Fang Manxue.  Seguro que era desvergonzada.

Pero Fang Manxue no se sintió culpable al ver su burla.  Después de todo, la mayoría de la gente creía que ella era la futura dama de la familia Bai.  Solo los fantasmas sabían que la prometida real de Bai Qinghao era Fang Xinxin.

“Si desea visitar, necesitará el permiso del paciente”.  Los guardaespaldas dijeron inexpresivamente.

“Has estado provocando una conmoción, pero ese paciente no te ha prestado atención.  Está claro que no desea verte.