•◇•◇• THE RETURN •◇•◇• [Rubiusplay] [Karmaland]

•◇•◇• FINAL •◇•◇•

-- Bien...por donde empezar... --.

-- Tampoco me cuentes tu vida. No hay mucho tiempo. Hazme un resumen --.

-- Vale, vale. Soy de la hermandad oscura -- el más bajo se sorprendió pero lo dejó pasar para escuchar al alto -- Hace poco mis compañeros y yo nos enteramos que sin saberlo serviamos al dios este tocapelotas con un hechizo en el dedo meñique --.

-- ¿Y como tú ya no tienes meñique ya no tienes ese hecho? --.

-- Exacto. Me he retirado de la hermandad pero mis compañeros me empezaron a buscar para matarme siendo controlados por él. Fue cuando nos encontramos en la mina --.

-- Sabía que no era un oso -- dijo orgulloso haciendo sonreír al contrario.

-- Ya, bueno. El caso es que antes, mientras Mónica contaba la información sobre la gema, mis compañeros estaban siendo controlados por él y...bueno que más da. Fargan y Willy son mis compañeros --.

-- Era de esperar --.

-- El caso es que antes Fargan, siendo controlado, le ha dicho a Lolito que Merlon era un viejo de más de 100 años. Merlon nunca nos ha hablado de su vida. No sabemos ni su edad. Y el bicho ese aparecía cada 100 años. Quizás Lolito si tiene algo de razón y Merlon nos ha ocultado algo --.

-- Pensaba que eras más tonto -- "halagó" haciendo rodar los ojos divertido al castaño -- Sin embargo...me parece muy fuerte que hayas pasado por eso tú solo...ha tenido que ser duro --.

-- Auron...yo... -- intentó decir luego de un silencio el mitad oso siendo interrumpido.

-- ¿Que hacéis ahí? ¡Venid! ¡Nieves ha encontrado huellas! -- les gritó el alado.

Ambos miraron hacia los demás y fueron en su dirección encontrado a Nieves agachada inspeccionando unas huellas. -- Están húmedas. En un sitio como éste sólo pueden ser pisadas de humano y recientes además -- explicó la joven.

-- ¿Creéis que sean de Merlon? -- preguntó el castaño de flequillo y ropajes negros.

-- Solo hay una forma de averiguarlo -- dijo épicamente la azabache de tiara.

Y así, todos corrieron siguiendo las pisadas y con el mayor sigilo que pudieron hasta llegar a una cueva de la cual salía un verde resplandor.
Sin dudarlo, los héroes entraron con sigilo hasta esconderse entre las rocas y observar a un joven de cabellos oscuros y ojos rojos con la vestimenta azul del anciano que extendía sus brazos hacia una flor brillante.

-- ¿Merlon? -- preguntó el más pequeño y joven de todos los presentes con mancha azul en el rostro.

-- Sshh, cierra el pico, Alexby -- "susurró" el pelirrojo de barba y el musculoso amante del morado se dió un golpe en la frente por lo estúpidos que eran sus amigos.

-- Vaya, vaya, vaya. Veo que me habéis descubierto con las manos en la masa -- comentó el joven -- Podéis salir de vuestro escondite -- dijo con simpleza y los héroes hicieron caso, dándose cuenta que el joven de ojos rojos era un niño de tan solo 8 años -- Hola, encantado de conoceros. Mi nombre es Dark god o Dios oscuro, lo que prefiráis. A quién conocisteis era a mi hijo, Merlon. Él era el único cuerpo que podía poseer para materializarme y poder romper esta piedrita insignificante -- dijo señalando a la flor ya abierta mostrando la gema.

-- ¿Como sabías del paradero de esta flor o siquiera de su existencia? -- preguntó el musculoso.

-- Me alegra que lo preguntes -- dijo con una sonrisa socarrona -- Soy un dios joven. Sólo he vivido por unos...¿3 siglos? ¡Mis antecesores no pudieron explicarme cómo romper esta maldita piedra porque ellos fueron encarcelados en esas gemas! Yo soy el último de ellos y nunca había podido encontrarla. ¡No podía entrar a bibliotecas o a cualquier parte porque los malditos aldeanos lo llenaban todo de agua bendita! Por eso os llamé. Sabía que acudiriais para un favor de un viejo amigo y encontraríamos la información que necesitaba --.

-- ¿Cómo has llegado hasta aquí sin saber nada respecto a la brújula? -- preguntó ahora la azabache de tiara que se mantuvo todo el rato en posición esperando a atacar.

-- La brújula la tenía yo -- dijo mostrándola divertido -- Siempre me llevaba al mismo lugar pero nunca encontraba lo que buscaba hasta que, gracias a vosotros, supe que debía entrar al nether. Y ahora, di me disculpais, voy a romper esa gema -- dijo para girarse dispuesto a tomar el cristal verde.

-- Ni se te ocurra -- mencionó la azabache. Sus compañeros se colocaron en posición de ataque, dispuestos a luchar para proteger el pueblo.

-- ¿Qué vais a hacer? ¿Matarme a espadazos? No os servirán -- dijo riendose de ellos.

-- No -- dijo la azabache -- Nieves --.

La mencionada se acercó al niño que aún reía y este se giró hacia ella secándose las lágrimas de risa con una gran sonrisa de superioridad. La joven sonrió, cogió aire y sopló, congelando el cuerpo completo del infante. La pelirroja levantó su brazo y le dió un leve golpe al ahora bloque de hielo para que este se rompiera el mil pedazos.
La joven se giró y les dedicó a sus compañeros estupefactos y a su novia orgullosa una dulce sonrisa.

-- Recordadme no molestar nunca a Nieves -- dijo el alado.

-- Oye, Rubius -- llamó el de nuevo castaño con mecha rubia y ojos marrones llegando al lado del mencionado.

Los héroes se encargaron de usar la gema para encerrar los pedazos que quedaron del dios oscuro y llevaron la gema al museo del pueblo. No podían deshacerse de ella pues, después de todo, ahí estaba Merlon.
Estaban en la fiesta de inauguración de la exposición de la gema verde. Les dijeron a los del museo que simplemente era una gema valiosa y, resultó que allí tenían el resto de las gemas.

-- H.hola Auron. ¿Q.que tal? --.

Rubén estaba nervioso. La última vez que hablaron fue en busca de la gema y se le estaba a punto de declarar. Además de que el más bajo estaba guapísimo con traje.

-- La última vez que hablamos me ibas a decir algo pero el gilipollas te interrumpió -- dijo algo impaciente.

-- P.p.pues...no estaba preparado para esto tan pronto. Y.yo... em...tu...tú me...tu... -- intentó decir.

-- Me gustas -- dijo repentinamente y todo rojo.

-- ¿Q.q.que? -- preguntó estupefacto. No podía creer lo que había escuchado.

-- E.es lo que tú ibas a...Nha, ya no puedo más. Me gustas, Rubius. Me di cuenta gracias a Mónica y Luzu. No podía parar de pensar en tí y eres increíble, tío. Y sé que yo también te gustó porque se te nota, capullo, así que no le lo niegues -- el mitad oso no podía estar más sorprendido por lo que oía -- ¿A que esperas? ¡Bésame, calvo! -- gritó todo rojo para luego agarrar al más alto por el cuello de su traje, acercarlo a él y besarle apasionadamente.