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-- Tenemos que hablar -- mencionó mirando seriamente al castaño a quien le recorrió un escalofrío por todo el cuerpo ante tal mirada penetrante

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-- Tenemos que hablar -- mencionó mirando seriamente al castaño a quien le recorrió un escalofrío por todo el cuerpo ante tal mirada penetrante.

-- ¿...S.si...? -- preguntó apenas en un hilo de voz.

-- ¿Como le pido matrimonio al amor de mi vida? -- cuestionó la azabache con un ligero sonrojo mientras miraba el suelo a la par que caminaban.

-- ¿Hablas de Auron? -- preguntó el castaño sintiéndose incómodo al hacerse tal idea.

-- ¿Raúl? Iug, no. Hablo de Nieves -- el mitad oso no podía estar más sorprendido -- Empezamos a salir hace casi un año y, a pesar de ser poco tiempo, estoy muy segura de que quiero a Nieves en mi vida -- su sonrojo aumento.

Mónica no estaba para nada acostumbrada a mostrar sus sentimientos a gente que ni fuera su pareja o Raúl.

-- Bueno...en ese caso... -- dijo el de ojos avellana con su mano en la barbilla como si lo estuviera pensando bien -- Tengo experiencia en bodas pues he asistido a 3 y en 2 yo era la novia -- ante tal declaración Mónica se sorprendió un poco -- Y teniendo en cuenta como es Nives o...por lo menos como yo la conocía... -- dijo con un aura de tristeza.

-- Sigue siendo la misma, tranquilo. Me he encargado de que no se olvide de quien es -- dijo con una leve sonrisa  mientras colocaba una mano en el hombro del más alto para intentar darle apoyo.

-- Pues entonces creo que lo mejor sería invitarla a cenar. Pero no a un restaurante del pueblo, sinó a algún sitio natural. Como si fuerais de picnic -- comentó un tanto ilusionado por imaginarse tal escena.

-- Gracias Rubén -- le respondió com una sonrisa y mirada de gratitud -- Y ahora dime -- dijo volviendo a su tono de voz de superioridad -- ¡¿Estás casado?! -- exclamó mientras le agarraba de una oreja.

-- No no no. No llegué a casarme porque la ex de mi antiguo futuro marido conspiró en contra nuestra y explotó el lugar de ceremonia antes de que nos nombrasen recién casados -- explicó lo más rápido posible por el miedo a que la doncella le arrancara una oreja y quedase como un oso de peluche dueño de niña malcriada.

-- Bien -- respondió con sencillez para después soltar al contrarío, coger las llaves de la casa y entrar.

Rubén no se dió ni cuenta de que ya habían llegado al edificio. Sin embargo, él recordaba tener una isla, no su primera casa.
La azabache notó la duda en su cara y decidió darle lo que quería -- Tu isla sigue estando pero nosotras decidimos vivir aquí porque es más seguro y estaba amueblada. Seguramente tu casa de la isla esté llena de enredaderas a causa de la escasez de cuidados --.

Los dos ingresaron en la casa. Rubén aspiró el olor a madera y el perfume de mujer que infestada el lugar.

-- ¡Nieves, cariño, estoy en casa! -- exclamó con un tono de voz dulce. La nombrada hizo presencia en el salón y sin notar la existencia del mitad oso, fue corriendo a abrazar a su novia. -- Tenemos visita -- la pelinaranja la miró confusa hasta que esta hizo un movimiento de cabeza como si le indicara hacia alguna parte. La menor dirigió su mirada hacia el lugar y al fin se percató del castaño, cosa que hizo que se escondiera un poco tras la azabache que río levemente. -- Tranquila... no te hará nada. Sinó ya lo había echado a patadas -- dijo haciendo reír un poco al muñeco de nieve viviente.

Rubén, teniendo en cuenta lo hacía unos días en su primer encuentro, decidió que Mónica la intentase convencer en vez de que él la asuste.
Y funcionó. La pequeña se dejó ver y se acercó poco a poco. Le quedaba muy poco para llegar donde el castaño y por la vergüenza miró a su pareja pidiendo ayuda y esta se acercó para darle la mano.

-- Hola, Nieves -- dijo con un intentento de tono suave el de ojos avellana.

La nombrada tembló un poco por los nervios. Ella recordaba las aventuras que su novia le contó respecto al hombre frente a él y sabía que era buena persona. Pero en su mente se repetía que si se había olvidado de él sería por algo y eso le aterraba.
Abrió un poco la boca para saludar igualmente pero fue detenida por sus instintos y retrocedió.

Mónica miró con semblante triste al castaño pues no espera una reacción así de la más joven. Sabía que más tarde debía hablar con ella.
La doncella azabache le dijo al de ojos avellana que podía quedarse esa noche si lo deseaba y así lo hizo. Al día siguiente iría a su isla para comprobar el estado de esta.

 Al día siguiente iría a su isla para comprobar el estado de esta

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•◇•◇• THE RETURN •◇•◇• [Rubiusplay] [Karmaland]Where stories live. Discover now