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El albino no respondía, solamente se mantenía en silencio mirando fijamente la pared, pensativo, dejando con suma intriga y nerviosismo al castaño de orejas peludas

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El albino no respondía, solamente se mantenía en silencio mirando fijamente la pared, pensativo, dejando con suma intriga y nerviosismo al castaño de orejas peludas.

-- No se lo cuentes a Vegetta, por favor -- rogó el de ojos avellana mientras agarraba el brazo del contrario involuntariamente para que este prestara atención y supiera que hablaba muy en serio.

-- Tranquilo, no se lo diré -- respondió el de mecha luego de un silencio y de asimilar todo. -- Siento mucho el comportamiento de ese día -- habló mientras observaba con una leve sonrisa al castaño para después mirar al techo con el ceño fruncido -- Ese día Mónica y yo tuvimos una gran discusión en la que se jugaba la casa y las pertenencias. Me decía que cuando me iba de viaje tardaba muchísimo en volver y que cuando lo hacía no le prestaba atención ni a ella ni a nadie en general. Me decía que si seguía así algún día de esos haría una locura por tanto estrés que conllevaba tanto soportarla como mis negocios con otros pueblos a los que viajaba. Ese día salí de mi casa hecho una furia y con dolor de cabeza. Iba tan centrado en mi camino que me daba igual con quien me encontrase. Ni siquiera sabía que eras tú. Perdóname -- explicó aún sin mirar al contrarío -- Ahora me doy cuenta de que Mónica solo me advirtió de lo que acabó pasando --

Rubén observaba y escuchaba atento al mayor. No esperaba que antes de marcharse hubiera estado sufriendo por estrés. En ese momento lo veía tan escasas veces que no podía percatarse de ello.

-- Y oye... -- él castaño lo observó atento -- ¿Entonces te gustaba? -- preguntó pícaro con una sonrisa ladina y mirando de reojo como las mejillas del mitad oso se enrojecían para que después este le cogiera su almohada de la cama y se lo lanzara en la cara al mayor causando risa en ambos -- Ahora en serio -- dijo quitándose la almohada y bajando la cantidad de risas -- Comete la comida si no quieres morirte -- dijo con un tono divertido mientras se levantaba y se disponía a salir de la habitación cuando una llamada entrante le detuvo.

Raúl sacó decidido su teléfono móvil con el primer objetivo de saber quién llamaría siendo todos los del pueblo básicamente vecinos mientras Rubén le miraba atento también con la curiosidad de quién sería.
Cuando el albino leyó el nombre del contacto sonrió ampliamente mientras le brillaban levemente los ojos, cosa que hizo que el castaño se sintiera incómodo.

El de mecha respondió la llamada colocando el aparato en su oreja mientras salía de la habitación para al fin saludar a la persona -- ¡Reborn! ¡Que alegría escucharte, capullo! -- logró oír desde el otro lado el mitad oso generando que sus puños se cerrasen con mucha fuerza sin darse cuenta.

El de mecha respondió la llamada colocando el aparato en su oreja mientras salía de la habitación para al fin saludar a la persona -- ¡Reborn! ¡Que alegría escucharte, capullo! -- logró oír desde el otro lado el mitad oso generando que sus puños s...

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-- Bueno, ya eres libre -- dijo el albino mientras se encontraba apoyado en el marcó de la puerta de entrada a su propia casa.

-- Si...lo soy... -- respondió un poco incómodo.

Rubén no quería irse. Solo pasó allí dos días pero desde aquella vez que mantuvieron una conversación antes de que el de mecha recibiera una llamada hablaron bastante y pasaban buenos ratos. Hasta el castaño le ganó al parchís haciendo que Mónica casi lanzara la mesa por haber perdido.
Fueron pocos días y tenía miedo de que si se iba ya no volvería a ver tanto al albino pues seguramente los dos irían por libre para buscar la gema.

Ambos se quedaron allí parados de pie, incómodos y mirando hacia otra parte hasta que cierta azabache apareció intentando hacerse paso ente Raúl y la puerta -- ¡¡DEJADME PASAR, JODER!! -- exclamó mientras era aplastada al intentar salir de la casa.

-- ¿A dónde vas? -- preguntó el de ojos marrones al volver a la realidad.

-- Voy -- hizo una pausa para respirar y limpiarse el supuesto polvo que tenía en el vestido -- A ver a Nieves -- dijo al fin.

-- ¿A Nieves? ¿Por qué? -- preguntaron los dos hombres al unísono.

-- Auron, te lo comenté ayer, agg -- dijo fastidiada mientras se sobaba el entrecejo con sus dedos  -- Voy a visitar a mi novia, que es algo normal. Tu podrías salir de aquí de una vez que no has salido en casi toda una semana --

Los dos quedaron boquiabiertos hasta que el castaño cayó en cuenta de algo -- Pues supongo que vas hacia mi casa así que te acompaño. Si quieres, claro -- rectificó en el último momento para que la mujer no le gritase.

-- Supongo que está bien -- el castaño suspiró aliviado de no recibir un golpe. Ambos se despidieron del albino y se pusieron en marcha -- Rubén... -- llamó al contrarío para que le prestase atención -- Tenemos que hablar... --

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•◇•◇• THE RETURN •◇•◇• [Rubiusplay] [Karmaland]Where stories live. Discover now