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Nuestros héroes de Karmaland, luego de un año repleto de aventuras que los nueve vivieron por separado, reciben una llamada de auxilio por parte del sabio Merlon. Hay una nueva amenaza en el pueblo y nuestros héroes deberán enfrent...
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-- Yo... bueno... -- intentó responder incómodo y con el corazón a mil.
-- Auron, creo que ne he dejado mi espad- -- entró interrumpiendo el azabache de ojos morados -- ¡Doblas! -- exclamó al ver al mencionado despierto y corrió a abrazarlo haciéndole daño en el acto causando gemidos de dolor leves por parte del afectado -- ¡Ten más cuidado la próxima vez, tontito! -- le regañó para después salir de allí ya con lo que venía a buscar incluido.
-- Escena corta pero intensa. Ahora por culpa suya te tendrás que quedar un día más para recuperarte de lo que te acaba de hacer al abrazarte --
-- ¡¿Me tendré que quedar más tiempo contigo?! -- preguntó incrédulo.
-- ¡Oye, que soy un calvo tóxico pero que al menos te he salvado de un posible coma! -- dijo acercandose al mitad oso y sentarse en la camilla -- Siéntate con cuidado. Tu espalda está fatal porque te caíste al perder sangre y desmayarte -- el contrario le hizo caso y con sumo cuidado se sentó en la cama para después recibir una pastilla y agua de golpe -- Si no era por la fuerza fijo que no te lo tomabas -- explicó con una ligera risa dado a la cara de indignación del de ojos avellana -- Eso te aliviará el dolor -- dijo finalizando la conversación para después marcharse de allí.
Rubén agradecía el acto de presencia que hizo Samuel porque sinó tendría que haber hablado y gracias a eso el albino teñido no se acordaba de la conversación o, por lo menos, eso creía él pues Raúl, por su lado, al salir de allí solo apoyó la espalda contra la puerta donde se encontraba el castaño y se cruzó de brazos hundido en sus pensamientos.
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-- ¡Rubiuuus! -- canturreó alegre el mitad búho abriendo la puerta de la habitación de par en par.
-- Dios, Fargan, son las -- dijo el mitad oso entre bostezos para seguidamente mirar su teléfono móvil y ver la hora -- ¿Las dos de la tarde? Joder -- dijo sorprendido.
-- ¿Como estás hoy? Willy y yo tenemos algo planeado que te incluye a ti -- dijo muy entusiasmado.
-- Si tiene algo que ver con la hermandad ahora mismo no estoy operativo --
-- Lo sabemos pero será cuando te recuperes. Queremos comenzar otra vez con la hermandad y explotar cosas por ahí. ¿Te apuntarás? --
-- Claro. Pero ahora déjamedormir -- dijo para después taparse con las sábanas hasta arriba.
Rubén pido oír sin problemas como el búho se iba del lugar y como se despidió del de mecha rubia y la azabache. El mitad oso solo llevaba en casa de esos dos dos días y tenía un recuento de las veces en las que discutían y no le dejaban dormir muy bien. Y a pesar de escucharlo, casi no veía al albino ya que este solo le llevaba la comida y le daba las pastillas, no hacía nada más que eso ni comenzaba conversaciones más que para obligarme a tomar los medicamentos. Eso el castaño lo agradecería pues no debía enfrentarse a hablar de aquel tema y ya se estaba acostumbrado a la presencia del albino así que sus nervios ya eran casi nulos a excepción de cuando se le acercaba mucho pues cuando lo hacía no podía parar de recibir flashbacks mentales respecto a lo que sucedió aquel día antes de que el albino se fuera del pueblo.
Pasados unos minutos picaron a la puerta de la habitación, el castaño ya sabía quien era así que le indicó que podía pasar. El albino entró con la misma bandeja que usó esos dos días para llevarle la comida al de ojos avellana.
-- ¿Por qué picas siempre? -- preguntó el castaño.
-- Porque no te quiero pillar haciéndote una paja -- respondió simple pero con un aura divertida mientras le colocaba al mitad oso la bandeja en su regazo.
-- ¿Por qué no hablas conmigo y solo vienes para darme la comida? --
-- ¿Acaso quieres que hable contigo? La última vez casi te desmayas otra vez por los nervios -- el oso tragó en seco y se arrepintió de preguntar -- En serio, ¿que te pasa conmigo? --
-- No me pasa nada contigo --
-- ¿A, no? -- preguntó amenazante para luego acercarse peligrosamente al castaño haciéndolo estremecer y colocarse mucho. Raúl sonrió ante eso.
-- Vale, si me pasa algo -- el albino se apartó y se sentó en la cama dándole a entender que continuara hablando -- Es que... --cogió mucgo aire -- Antes de que te fueras del pueblo yo fui a buscarte porque necesitaba tu ayuda para algo y...bueno... sin querer nos cruzamos, chocamos y cualescena cliché de película caímos y por NADA casi nos besamos y luego ti te levantaste de golpe como si nada hubiera pasado, me inslultaste por estar en medio y te fuiste hecho una furia... Luego me di cuenta que habíadeseado besarte en ese momento y cuando te fuiste comencé a pensar que al extrañarte y aquellos pensamientos que me gustabas y luego todo fue peor porque me iba a casar con Vegetta y al final le pedíel divorcio con una tonta excusa. -- explicó lo más rápido que pudo por la vergüenza para después hiperventilar al haber soltado tanto aire de golpe.
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