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Nuestros héroes de Karmaland, luego de un año repleto de aventuras que los nueve vivieron por separado, reciben una llamada de auxilio por parte del sabio Merlon. Hay una nueva amenaza en el pueblo y nuestros héroes deberán enfrent...
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-- Está cerrada...que extraño. Siempre está abierta por si hay alguna emergencia -- lograron escuchar el albino y el castaño al llegar junto a los demás.
-- Entremos a la fuerza -- propuso Alexby.
-- No, no podemos. Es una propiedad de alguien a quien debemos respe- -- el amante de morado fue interrumpido por una patada que su compañero pelirrojo le dió a la puerta de la casa, derribandola -- tar... -- terminó de decir.
El de flequillo y ropajes oscuros entró seguido de la azabache de tiara, quienes registraron el lugar para después salir de allí -- No hay nadie -- anuncio el castaño.
-- A lo mejor le ha pasado algo -- aportó el albino de boina verde.
Rubén pudo percatarse de que Guillermo y David volvían a ser ellos pues los ojos los tenían de su color y ahí supo que algo iba mal.
-- Yo digo que vayamos al portal del nether -- se atrevió a decir el mitad oso recibiendo las miradas de sus compañeros.
-- ¿Y como, Doblas? Merlon tenía la llave -- dijo obvio el musculoso.
-- Habrá que crear otro portal -- apoyó el de mecha rubia mientras miraba decido en forma de apoyo al más alto y esté sonrió y asintió -- Todo el mundo a por obsidiana --.
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El mitad oso estaba nervioso. No iba al nether desde hacía años. No sabía si habían nuevos peligros de los que recordaba y tampoco tenía muchas esperanzas en sobrevivir.
Cuando sus zapatos sintieron la arena roja del netherack y respiró el aire caliente se relajó. Sus compañeros pasaban por el portal sin problemas. Lo habían construido a un lado del que hizo Merlon años atrás para estar familiarizados con los alrededores y cuanto se movían.
-- Oye -- le susurró el albino de ojos marrones al mitad oso llamado su atención y separándose un poco del grupo -- Me vas a decir que te pasa -- no era una pregunta, se lo estaba ordenando.
Rubén lo pensó bien. Si iban a terminar ahora con el Dios oscuro seguramente saldría a la luz que él era miembro de la hermandad, no tenía excusa, así que asintió y el albino le sujetó la mano en apoyo y le sonrió.