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Nuestros héroes de Karmaland, luego de un año repleto de aventuras que los nueve vivieron por separado, reciben una llamada de auxilio por parte del sabio Merlon. Hay una nueva amenaza en el pueblo y nuestros héroes deberán enfrent...
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-- Hola pringados -- saludó una azabache con tiara dorada cuando las chicas ya estuvieron frente a ellos.
-- ¿Y las demás? -- Preguntó Samuel al ver que solo habían tres doncellas.
-- Samuuuu -- canturreó la doncella rubia de ojos violetaspara después ir a colgarse del cuello del mencionado -- Aiñs es que algunes ya son madres, ¿sabes? Si no, pregúntales a Willy y a Luzu. Elles te lo dirán -- le respondió finalmente -- ¡Oh! Samu quiero ser mame, ¿me puedes hacer mame, Samu? -- dijo mientras movía frenéticamente las pestañas.
Samuel miró a Alexby ognorando a su exnovia ya que de él no sabía nada y este le hizo con gestos un corazón con sus manos en el pecho y luego "rompió el corazón" para después hacer gestos de saludo al aire y ponerse del otro lado y saludar a alguien y luego volver a hacer un corazón. Samuel no lo entendió y Alex tubo que gritar. -- ¡Amidala me dejó y luego conocí al amor de mi vida! --. Samuel asintió indicando que ya lo había pillado.
-- Mónica -- susurró una pequeña pelinaranja de ojos azules cual destello de nieve mientras le estiraba un poco de la ropa a la mencionada para que le prestase atención consiguiendolo -- ¿Ese es... él? -- la azabache miró a donde la bajita señalaba y asintió con la cabeza.
-- Vamos, ves con él -- le animó la de tiara pero la pelinaranja negó con la cabeza -- Pues parece que él viene -- dijo mientras veía como el de orejas de oso se acercaba a ellas y la bajita se escondía tras ella.
El castaño, entre tanto alboroto por parte de Akira queriendo ser madre y la vida amorosa de Alexby, pudo diferenciar a una jovencita hablando con la azabache y rápidamente y esquivando a la gente se acercó a ellas -- ¿Nieves? -- dijo al estar frente a ellas. La pelinaranja, al ver el tamaño del mitad oso frente a él, se asustó y se escondió más detrás de su compañera mientras esta la observaba un poco divertida. -- Nieves soy yo -- dijo el castaño agachandose a la altura de la mencionada -- Soy Rubius --
-- Temo decirte que a la pobre se le a olvidado quién eres, literalmente. -- le dijo con pena al de ojos avellana.
-- ¿Que? ¿A qué te refieres? -- preguntó confuso.
-- ¿Estás sordo? Ella no te recuerda. No importa cuántas veces le hable de ti, no se acuerda. Pero eso es bueno. Ha aprendido a hablar bien y a centrarse en sus estudios de heroína. --
-- ¿Soys heroínas? -- la azabache asiente -- ¡Eso es increíble! ¡Cuanto me alegro por vosotras! -- exclamó consuma felicidad el joven.
-- Wow. ¿Mónica? ¿Heroína? Pff si claro. ¿Que tienes de heroico? -- dijo un albino de ojos marrones acercándose a ellos.
Rubén con tan solo oír la voz del de mecha tragó seco y se apartó observando la escena que todos comenzaron a presenciar por el hecho de que incluía al albino.
-- Oh, ¿así que el señorito 'me voy porque tengo de todo" ha decidido venir, eh? -- respondió la azabache mientras se acercaba a él.
-- Mira quién habla, doña "te abandono porque tuayudantede psicólogo está más bueno que tú" -- dijo acercandose a ella hasta el punto de juntar sus frentes de forma retador mientras gruñen mutuamente.
-- Te he echado de demos Raúl -- dijo abrazando al mencionado.
-- Y yo a ti Mónica -- dijo aceptando el abrazo.
Todos allí incluido Merlon quedaron patidifusos ante tal escena con final nada normal en esos dos.
-- Ahora en serio -- susurró la azabache para después separarse de forma brutal -- ¿¡COMO SE TE OCURRE ABANDONAR EL PUEBLO ASÍ?! --
-- Ya decía yo que era un momento demasiado bonito para ser tu --
-- ¡¡Y VOSOTROS!! -- exclamó dirigiéndose a los demás -- Ya sabemos lo que ha hecho, podéis regañarle y todo pero por dios, ¡¡ES VUESTRO COMPAÑERO!! Y estoy segura de que le habéis echado de menos. -- dijo cruzada de brazos mientras los demás se ponían a jugar con sus manos, balancearse sobre los talones, rascarse la nuca y sentirse avergonzados en general. Raúl solo pudo sonreírle a Mónica en señal de agradecimiento.
-- ¡Hola a todos! -- saludó al fin el albino.
Todos se acercaron a él para saludarlo, regañarlo (sobre todo por parte de Samuel y Borja) y charlar con él. Todos menos Rubén, quien quedó un poco apartado y con semblante incómodo, cosa que el albino notó y hizo que el mitad oso se estremeciera.
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