seis

685 131 117
                                    

Levi se dejó caer en la silla de su despacho con un largo, cansado y grave suspiro.  Su bandeja de entrada estaba llena de correos de sus estudiantes a los que seguramente iba a responder con una escueta frase, pero lo peor de todo no era eso: era el email del Decano preguntando por el proyecto con Berkowitz. Tan solo el título, Proyecto Psicología-Cardiología, le hizo querer tirar los butacones de la sala por los ventanales. ¿Por qué narices le estaban dando tanto peso a la disciplina de Berkowitz? ¿No estaba la mayoría del equipo docente en contra del nuevo plan de estudios y, en concreto, contra la nueva profesora? Aunque el Doctor Braun no había escuchado grandes barbaridades sobre Valerie, sí que había notado el descontento general con las nuevas asignaturas de Psicología. Había oído, por algún pasillo y en alguna junta del departamento de cirugía, algunas palabras del estilo de ''no durará ni dos días''. Casi todo el mundo parecía estar de acuerdo: Berkowitz no encajaba en los engranajes de la Escuela de Medicina de Harvard, que funcionaban como un reloj suizo -con precisión, donde cada pieza era en sí misma la más importante de toda la maquinaria-, a pesar de su corta edad y larga lista de méritos. Ella era burbujeante, como una soda al limón; el resto de la plantilla, como un té amargo y aguado, sin azúcar. 

El Doctor se remangó las mangas de la bata y se acercó al escritorio, agarrando la madera y empujando la silla hacia delante. Hizo doble click sobre el correo del Decano para responder.

De: levi.braun@harvard.edu

Para: d.david.harris@harvad.edu

Asunto: RE: PROYECTO PSICOLOGÍA-CARDIOLOGÍA

        Buenas tardes, señor Harris.

        El proyecto está yendo como esperábamos. Todo bien. No tiene por qué preocuparse. 

En cuanto pulsó el botón de enviar, se arrepintió. Levi no era una persona mentirosa, pero prefería salvarse las espaldas y dejar de sentir el peso de las expectativas sobre él durante, al menos, un par de días. Seguía sin entender el interés que tenía el Decano -y su círculo más cercano- con aquel proyecto. Y con Valerie.

Aprovechando que la chica pasó por su mente, Levi clicó en el icono de 'nuevo correo'. 

De: levi.braun@harvard.edu

Para: valerie.berkowitz@harvard.edu 

Asunto: PROYECTO

         Necesito que busques artículos sobre el uso de terapias complementarias en pacientes con síndromes coronarios o patologías crónicas. También quiero que elabores un calendario con fechas de evaluación y una lista de posibles pacientes del hospital que puedas ver a lo largo de este semestre. Conviene que filtres entre los que tienen antecedentes personales sobre depresión, ansiedad y demás.  

        Envíame todo antes del martes a las doce.

De: valerie.berkowitz@harvard.edu

Para: levi.braun@harvard.edu

Asunto: RE: PROYECTO 

      Doctor, no soy tu secretaria. Puedo buscar los artículos, pero creo que es mejor que seas tú quien elabore el calendario y la lista. Al fin y al cabo, son tus pacientes, y parece que solo quieres formar parte del proyecto si tú tienes el mando... Que mejor oportunidad que esta, ¿no?

      Si necesitas una mano, avísame. 

Levi no estaba dispuesto a ceder, y mucho menos a crear una muestra experimental lo suficientemente amplia él solo, así que buscó un fichero que contenía los historiales de algunos de sus pacientes, lo adjuntó en un nuevo correo electrónico y se lo envió a Berkowtiz, sin siquiera poner un mísero ''adjunto varios archivos'' en el cuerpo del email. Simplemente, dio al clic. Apagó el ordenador y las luces del despacho antes de marcharse. 

A matter of heartWhere stories live. Discover now