Capítulo 37.

309 34 3
                                    

Capítulo 37.

Marzo, 2028.

24 de Marzo. Viernes.

Las manos me tiemblan al abrir con la llave que me quedé la puerta del departamento de Hugo.
Necesito entrar una vez más.
Necesito encontrar algo que pueda apoyar mi teoría, algo con lo que pueda demostrarle tanto al rubio como a Eva que el peligro que tienen sobre ellos es más que un simple disparo que fue más de advertencia que con intención de hacer daño en mitad de la calle.

Avisé de las cámaras intentando no revelar que sé más cosas de las que callo.
He estado callada para no ponerme más en peligro, para pasar desapercibida, pero se han metido también con mi padre.
No puedo quedarme con los brazos cruzados.
Tengo que tirar de la manta, tengo que destapar todo esto.

Hacerlo por Hugo, por Eva, por mi padre, por mí.
Solo espero que no sea demasiado tarde.

Camino a oscuras por la casa, rozo con los dedos el sofá donde tantas noches dormí, donde volví a ser una persona de verdad.
Aquí, en esta casa, el nombre de Rúa iba perdiendo sentido, ese nombre que me puse cuando más perdida estaba y no me sentía yo.
Cuando jugué a ser otra persona.

Pongo la mano en el pomo de la puerta de la habitación que lleva años cerrada, donde sé que Hugo nunca más quiso entrar después de que Gabriel muriese.

Trago saliva al escuchar un ruido en mi espalda, me giro con el corazón latiendo a mil y palpitante con fuerza en mi pecho.
No hay nadie, solo la oscuridad de la casa.

Abro la puerta, decidida a buscar todas las respuestas que necesito y las pruebas de que...

Otro ruido me hace volver a girarme y al no ver a nadie entrar sin dudarlo más en la habitación de Gabriel.

Programo mi teléfono para que mande un mensaje a mi padre explicando todo lo que sé y lo que sospecho si no lo cancelo antes de una hora.
Por si acaso.

Un escalofrío me recorre la espalda el estar aquí otra vez, he vivido muy buenos momentos en este piso. He vuelto a ser una persona de verdad aquí.
Es por eso que rebusco con ahínco entre las cosas de esta habitación donde quizá nunca tendría que haber entrado. Ya no hay vuelta atrás.

Abro un cajón, miro hacia atrás para comprobar que sigo sola y se me escapa un suspiro.
Toco el fondo y escucho como suena hueco. Hay un trasfondo.
Vuelco sobre la vieja colcha de la cama el contenido y con más fuerza que maña consigo quitar la tablita de madera que pretendía hacer creer a todos que es el fondo.

Decenas de fotografías se descubren antes mis ojos.
Aparece Gabriel, con una chica. Sonrío al saber de quien se trata y no porque la conociese, sino porque Hugo hablaba de ella borracho, incluso me enseñó una foto.
Ella es el centro de este huracán que a ambos se les va a venir encima y del que yo los quiero ayudar a salir.

Guardo la foto debajo de mi camiseta.

-¿Qué estás haciendo aquí?
-¿Tú...?

Su sonrisa me hace sentir miedo. Es espeluznante y me maldigo por dejar que me vea aquí. No voy a salir de esta, lo sé, lo veo en sus ojos. Escondo una mano en mi espalda, y rezando por hacerlo bien le escribo un mensaje a mi padre.

"-Te quiero. Gabriel est..."

-Has llegado demasiado lejos.

_____________________________________________

El segundo capítulo.
Este y el próximo son cortos.
Pero así tiene que ser.
🖤

Frenesí Where stories live. Discover now