Capítulo 6.

586 57 15
                                    

Capítulo 6.

Diciembre, 2027.

"Marzo, 2025.

He escuchado la voz de Gabriel decirme que iba a ir a comprar la cena para los tres, y luego la puerta. Mentiría si dijese que no hace diez minutos que he terminado de ducharme y sigo encerrado en el baño. Puede que saber que estamos Eva y yo solos en el apartamento haga pasar fantasías por mi cabeza que no puedo llevar a cabo, ni siquiera debería pensarlas.
No debería pensar en que me encantaría deslizar lentamente el tirante de su camiseta hasta que caiga por su brazo, recrearme en cada lunar de su cuerpo y hundirme en ella hasta acabar sin fuerzas.
No debería pensar en que puedo tener una noche o un momento con Eva siendo algo más que amigos, más que el mejor amigo de su novio y prometido.
No debería pensar que quiero quitarle ese anillo del dedo y esconderlo para no sentirme mal cuando mis besos no dejen que ella pronuncie otro nombre que no sea el mío.

Abro la puerta despacio, sin hacer ruido por si necesito volver a mi escondite hasta que llegue mi amigo.
Es absurdo que niegue que Eva me gusta, que me atrae, que me tiene loco desde que la vi por primera vez.
También es absurdo que después de dos años sigo sin poder quitármela de la cabeza.
Juego a ser su amigo, juego a que no siento nada por ella delante de todos, pero el juego se acaba cuando me quedo solo.
No he conseguido perderme en la piel de otra chica que me haga olvidar la sonrisa de Eva.
Y esa es mi maldita asignatura pendiente.
Porque no puedo hacerle eso a Gabriel, a él no.

El piso está en silencio, las luces están apagadas, la habitación de mi amigo está abierta, y vacía.
¿Dónde estará Eva?
Camino un poco más y veo que la puerta de mi habitación está medio abierta, y sale desprendida una luz roja bastante suave.
Frunzo el ceño al mirar dentro, al ver a la chica de la que prácticamente estoy huyendo en mi habitación, sentada en mi cama, con sus piernas entrelazadas, haciéndose dueña de mi colchón, como si no lo estuviese siendo ya de mis sueños por las noches.
Retira el pelo que cae hacia delante con tranquilidad, y pulsa una y otra vez un pequeño mando que cambia el color de las luces Led o las apaga.
Sonríe cuando llega al color morado, o se sorprende al llegar al azul, tiene programada una baja intensidad y ese azul amenaza con fundirse con el de sus ojos.

Muerdo mi labio inferior con fuerza y algunos pinchazos de lujuria, porque por mi cabeza pasan miles de ideas y ninguna es decente.
¿Qué probabilidad hay de que entre, cierre la puerta y follemos como locos sin que Gabriel se entere?
No soy de ciencias, ni de letras, no soy de nada pero apostaría a que no son muy altas. No serían altas porque no podría hacerlo rápido, una vez que toque su piel será una droga que no querré ni podré dejar, que voy a querer saborear muy lentamente, grabarla en mi cabeza a fuego para que nunca se me olvide.
Y revivirlo más de una vez.
Dos años esperando y no me sería suficiente con follarla una vez.
Necesito toda una noche en la que no estemos dispuestos a dormir.
O un día que amenace con no acabar nunca.

Cierro los ojos y dejo que mis piernas me lleven dentro de la habitación, cierro muy despacio detrás de mí y los abro para ver como Eva se asusta y se gira hacia mí.
Al momento sonríe y acelera los latidos de mi corazón sin darse cuenta.

-Me gusta tu habitación. -Vuelve a cambiar el color de las luces, ahora son verde. Quizá es porque es el color de la esperanza y por eso avanzo tratando que no note mis piernas tiemblar hasta quedar sentado a su lado. Los dos en la misma cama. En la mía. Y en la que no me importaría compartir con ella. Gira la cabeza para mirarme, dejando su cara a escasos centímetros de la mía.- Es muy tú. -Sonríe y yo sonrío también. Y muerdo mis mejillas por dentro, y suspiro. Y me trago las ganas de inclinarme y besarla. Es ella quien gira de nuevo la cabeza y me señala hacia la puerta de mi habitación, donde tengo colgada una señal de tráfico que advierte del peligro.- ¿Estoy en un lugar peligroso?
-No sabes cuanto. -Sonrío y casi se lo susurro pegando mi boca a su oído. Muerdo de nuevo mi labio porque no puede verme. No puede ver en mis ojos, con la luz tenue que ahora cambia a rojo de nuevo como quiero besarla y hacerla mía. Aquí, ahora y por horas.-
-Idiota.

Frenesí Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon