Capítulo 29 - Amelia

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Adam


Fuimos a comprar algunos materiales que necesitaba; en todo el camino y transcurso de las compras, Mel estuvo rara, volteaba mucho, estaba mirando a todos lados, en un par de ocasiones la encontré moviendo su pie rápidamente, como si estuviese nerviosa. No le pregunté, porque supuse que estaba así porque estaba aburrida en la tienda.

Pero mis sospechas se descartaron, al llegar a la zona de juegos, seguía igual, muy nerviosa, y no me aguanté más.

—¿Qué tienes? —Pregunté.

—Nada, ¿por? —La pregunta la tomó de sorpresa.

—No me mientas Mel, ¿qué pasa?

—Estoy cansada, solo es eso.

—¿Quieres que te lleve a casa?

—No, no... estoy bien.

—Vamos a casa, estás muy pálida, trotar no es lo tuyo. —Dije, porque al final, llegué a la conclusión de que quizás está tan agotada por el ejercicio que no puede mantenerse de pie tanto tiempo, y que no quiere decirme, porque se comprometió a venir.

—No es eso, solo no dormí bien, es todo.

—Ven, vamos a la plaza, te compraré un café ¿sí?

—Okey... —No se opuso y empezamos a caminar.


Fuimos a la plaza, donde había varias tiendas y establecimientos de comida, compré dos cafés, y me senté al lado de Amelia en una banca.


—Ten. —Le tendí el vaso.

—Gracias. —Dijo después de tomarlo en sus manos, y darle un pequeño sorbo.

—¿Segura que no quieres ir a casa? —Indagué.

—Estoy bien. —Dijo. Tomó del café, otra vez, dando un suspiro pesado después de eso, y habló. —Tengo ganas de vomitar.

—¿Estarás enferma?

—No lo sé... me siento mal Adam.

—Deberíamos ir a casa. —Dije, la empecé a notar un poco pálida, y me empecé a preocupar por eso.

—No quiero... —Negó.

—Vamos al hospital. —Busqué una alternativa, al ver lo poco que accedía a la idea de ir a casa.

—No. —Dijo cortante.

—Amelia... ¿qué tienes? —No respondió, en cambio, revisó su teléfono después de que este sonara, dando señal a que le habían mandado un mensaje. —¿Mel...?

—Vamos a otro lugar, donde sea.

—¿Segura? —Asintió. —¿Dónde? ¿Alguna idea?

—Vamos a... —Lo pensó un rato. —A... —No completó la frase cuando alguien la interrumpió.

—Amelia. —Oímos a alguien, ella se dio la vuelta, y la vimos.

—¿Qué haces aquí? —Dijo Amelia.

—Tenemos que hablar. —Respondió, Flor. 



Un Juego Sucio (Completa)Where stories live. Discover now