Capítulo 9 - Desayuno

4 1 1
                                    


Adam (punto de vista)


—Perdón, perdón, perdón... —Dije sosteniendo su rostro en mis manos, llorando como nunca. —¿Por qué no me dijiste? ¿¡Por qué!? —Mis lagrimas nublaron mi vista. Y sentí como me halaron y separaron de esa persona.

—Adam, ya... está muer...

—¡No!

—Adam... debes dejarle ir...

—¡No, no, no! ¡Fue mi culpa!

—No Adam, no lo fue.


Me desperté de pronto, sudando, con los latidos del corazón acelerados, la respiración agitada y asustado.


Otra pesadilla...


Siempre es así, siempre hay una pesadilla, nunca puedo dormir tranquilamente. Miré la hora en mi teléfono, 6 am, me levanté, fui al baño, me duché, cepillé mis dientes, limpié la sutura de mi ceja, me peiné con las manos y me vestí: solo con un pantalón de pijama rojo de cuadros negros.

Hoy no voy a ejercitarme, quiero estar en paz, mejor dicho, quiero evitar estar solo con mis pensamientos. Por lo que bajé a hacerme de desayunar, no sé cocinar, pero si tengo que hacerlo para mantener mi mente ocupada, lo haré.

Puse un tutorial de cocina en mi teléfono, "cómo hacer panqueques", y me puse manos a la obra.


---


Después de unos minutos bajó alguien, no vi quién, supuse que Emma, porque al igual que yo, ella siempre sale a caminar o trotar en la mañana, pero no fue hasta que escuché la dulce voz de Amelia, que supe que no fue ella.


—Buenos días. —Dijo. —¿Qué haces? —Se asomó para ver qué hacía, al lado de mi cabeza: ella estaba asomándose sobre mi hombro, solo fue por unos segundos y luego fue a la nevera. —Panqueques... ¿primera vez? —Dijo.

—¿Se nota? —Pregunté.

—No, pero, estás nervioso, y alejado de la sartén, por lo que supuse que no cocinas... ¿por qué hoy?

—Estaba aburrido. —Dije, recordé que ella se da cuenta de cuando miento, es que es igual a...

—Okey... ¿quieres ayuda? Ese tutorial se ve un poco difícil para ti, bueno, hasta para mí.

—Está bien, y así hacemos para Emma.

—Okey... —Fue por unos huevos extras, y preparamos más panqueques.


---


Terminamos los panqueques, e hicimos una limonada, comíamos, mientras esperábamos a Emma, quien al parecer: o se quedó dormida, o salió a trotar más temprano.

—¿Por qué despertaste temprano? —Dije.

—Siempre lo hago. —Dijo ella, estaba con un pijama rosa, era un short rosa y un suéter rosa, muy clarito y medias blancas un poco más arriba de los tobillos.

—Ajá... siempre lo haces, y hoy también. —Dije sarcásticamente.

—Sí, solo que no suelo desayunar, ¿recuerdas que te dije? El día que nos conocimos, bebí café, me preguntaste porqué y dije "por qué no", y que no suelo desayunar.

Un Juego Sucio (Completa)Where stories live. Discover now