Capítulo 26 - Aburri... confesiones

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Adam


Han pasado unas horas, y ha llovido mucho, Amelia se la pasó lavando y secando ropa para ella, duró mucho secando la ropa en la secadora, hasta que quedase lo más seca posible, y la dejo tendida en su habitación. Luego se puso a pintar, en lo que ahora sé qué es, el lienzo, mirando hacia el ventanal.

Yo me quedé en mi cuarto leyendo, porque todo en este momento me aburría. Llegó un punto en el que sentí que mi estomago reclamaba algo. Miré mi teléfono y eran las 2 de la tarde.

Me levanté de la cama y fui a la sala.

—¿No tienes hambre? —Dije.

—Sí... —Contestó distraída. No despegó la mirada del lienzo, y mucho menos parecía estar pendiente a lo que decía.

—¿Quieres comer algo?

—Ajá.

—¿Viste cómo la tortuga voladora aterrizó en el piso de lava e invocó al caballo resplandeciente?

—Sí.... espera ¿qué? —Se volteó mirándome con el ceño fruncido. 

—Nada, ¿terminaste?

—Ya casi ¿por?

—¿Puedo ver?

—Sí. —Volvió a concentrarse en su pintura.

—¿Qué pintas? —Dije mientras me acercaba.

—Intento hacer el mar.... aun no me sale, pero estoy dando mi mayor esfuerzo.

—Te está quedando hermoso. —Asomé mi cabeza por encima de su hombro.

—Gracias... —Carraspeó su garganta.

—¿No puedes dejarlo un rato?

—Sí, sí puedo...

—Pues vamos a comer.

—Ve tú. —¿No era que sí podía dejarlo un momento? No entiendo nada.

—Calentaré la pizza. —Dije. Esto va a funcionar, pensé antes de decirlo, y pues tengo razón, como siempre.

—Vamos. —Soltó el pincel de golpe y me miró.

—Fue fácil convencerte.

—Cállate. —Caminó dándome la espalda y pasando de mí.


Calentamos la pizza, y comimos, todo estuvo tranquilo, hablamos de cosas al azar, y no hubo inconveniente alguno. Luego, la tarde fue tranquila, yo leyendo, ella pintando, lo mismo que hacíamos un rato antes. Después, vimos películas en el celular y así hicimos varias cosas, hasta la noche, es decir, ahora, la noche.


*Llamada entrante*

—¿Hola?

—Voy por ustedes...

—Okey, ¿ya vienes?

—Sí, eso dije, prepárense...

—Okey, yo iré en mi auto, llévate a Me... A Amelia. —Casi la llamo por su apodo.

—Sí. —Dijo Emma. —Nos vemos en 15 minutos.

—Está bien.

*Fin de la llamada*


Vi a Amelia llegar de su cuarto, se sentó a mi lado en el sofá.

—Estoy aburrida, se descargó mi celular, no tengo más lienzos, no hay luz... —Eso es un pequeño dato, a las 6, hace 2 horas, se fue la luz. Por lo que estamos a oscuras, con una lampara de gas alumbrando.

Un Juego Sucio (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora