Capítulo XXXI: Aquí y Ahora

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-Está empeorando...- Elizabeth se volteó hacia Newt, sin quitar el paño mojado de la frente de Alby.

Venas negras cubrían su cuerpo por completo, y se retorcía intentando zafarse de las cuerdas que lo sujetaban a la camilla. Su respiración agitada causaba una tensión tan densa que podía cortarse con una tijera. 

Newt mordía sus uñas, buscando una solución.- N-no, debe haber algo que podamos hacer...-

Jeff y Clint se miraron, sabiendo que curar a alguien con la picadura era imposible, hasta dónde sabían. El silencio carcomía a la pelirroja, pero sabía que dijera lo que dijera no haría una diferencia, así que prefirió quedarse callada.

-¡Newt!- Thomas y Teresa irrumpieron en la enfermería, trayendo con ellos unos contenedores alargados y sellados. El líquido celeste que traían dentro bailaba mientras se acercaban al líder.- Teresa trajo esto con ella,- Le entregó el frasco, mencionando a el nombre de la nueva por primera vez.- Creo que podría serle de ayuda a Alby-.

Elizabeth se paró rápidamente.- ¿Un antídoto?- Dijo, mientras Newt examinaba el tubo.

-No sabemos qué es esta cosa, no sabemos quién lo envió,- Su tono de voz firme tomó a Thomas por sorpresa.- o porqué la trajiste tú-. Señaló a Teresa.

El pelinegro esperó a que terminara de hablar, para poder agregar algo.- Sabemos que C.R.U.E.L lo envió, mira las iniciales-. Señaló el frasco.

Ante la mención de ese nombre, la pelirroja abrió los ojos grandes.- No debemos confiar en C.R.U.E.L. Ellos nos pusieron aquí, ¿recuerdan? Las cosas que le hicieron esto a Alby,- Su mano apuntaba hacia el moreno.- fueron creadas por ellos-.

-Elizabeth tiene razón,- Intervino Newt.- hasta dónde sabemos, esto podría matarlo-. Sostuvo el contenedor frente a Thomas.

-Ya está delirando, mírenlo-. Dijo el corredor amateur, y todos posaron sus miradas en el enfermo.- ¿Cómo podría esta cosa empeorarlo? Tenemos que intentar-.

-No, C.R.U.E.L no es de fiar,- Insistía la pelirroja.- tienen la culpa de que Alby esté así en primer lugar. Newt, diles-. 

Newt continuaba mirando a su amigo sufrir, intentando tomar una decisión.-Hazlo-. Habló finalmente, entregándole el líquido a Thomas.

-¡No!- Elizabeth intentó arrebatárselo, pero falló rotundamente.- ¡Suéltame Jeff! ¡Déjame ir!- Mientras era retenida contra su voluntad, Thomas se acercó a Alby.

-Okey... aquí vamos...- Murmuró antes de apoyar el aparato sobre el pecho del "paciente".

No tuvo oportunidad de apretar el botón para inyectarle el líquido, cuando el líder lo tomó de la camiseta atrayéndolo a él.- ¡No deberías estar aquí! ¡No deberías estar aquí!- Gritaba.- ¡No!- 

-¡Átenlo!- Ordenaba Newt, haciendo que Jeff soltara a Elizabeth y se acercara a ayudar.- ¡Sujétenlo!- La jeringa rodó por el suelo, aterrizando junto al pie de la pelirroja. Pareció pasar en cámara lenta; los tres chicos forcejeaban, intentando atar a Alby una vez más. Ella tenía el poder de salir corriendo, podía huir, evitar que la primera persona en la que confió en el Claro muriera a manos de C.R.U.E.L. Eso pensaba mientras contemplaba el contenedor en su palma. -¡Elizabeth, la jeringa!- La voz de Newt resonó en su cabeza, haciéndola volver al mundo real.- ¡La jeringa Elizabeth, ahora! Por favor...- 

Ni siquiera necesitó pensarlo un segundo.- ¡Háganse a un lado!- Gritó, empuñando el tubo con su mano derecha. La fuerza que utilizó para inyectarle aquella mezcla la hizo dudar de si la aguja había traspasado su pecho, pero cuando levantó el tubo notó que no era así. No había sangre, ni un corte, ni siquiera un pequeño orificio. 

Alby estaba inmóvil, algo que no había sucedido desde que había tomado consciencia. Todos respiraban agitados, aún alerta, por si decidía atacar a alguien más.

-Pues... funcionó...- Dijo Jeff.

-Oigan, a partir de hoy, alguien se quedará vigilándolo aquí día y noche-. Daba órdenes el rubio, sin siquiera darles tiempo para un respiro.

Elizabeth miraba perpleja el tubo en su palma.- ¿Por qué lo hice?- Habló por lo bajo, aún atónita por ir completamente en contra de su moral.- Qué hice...- Dejó caer el aparato en el suelo.

-Hey, novatos...- Gally entró en la habitación, confundido por el estado agitado de todos.- Está anocheciendo, vámonos-. Thomas se movió rápidamente hacia la puerta, pero la muchacha no quitó la vista del suelo.

-Dijo que es hora, niña-. Alex la empujó del hombro hacia la salida, pero esta no tuvo reacción. Por más que hubiese golpeado al imbécil en la cara en otras circunstancias, ahí, y en ese momento, no lo hizo. Apenas le importó.

◇ • ◇ • ◇ • ◇ • ◇ • ◇ • ◇ • ◇ •

-Toc, toc...- Se escuchó, haciendo que Elizabeth levantara la cabeza de entre sus rodillas. Alex anunciaba su llegada.- ¿Qué tal el pozo, eh? ¿Cómodo?- Habló con sarcasmo. Se sentó enfrente de la puerta, dejando el farol y una bolsa de tela junto a él.

La pelirroja quitó los cabellos de su cara.- Oscuro...- Respondió cabizbaja.

-Ah, si, y húmedo, ¿No es así?- Continuaba, con una sonrisa.- Si... recuerdo el sentimiento de tener que dormir con gusanos, no es nada placentero-.

La muchacha apretó la mandíbula.- ¿Qué quieres Alex?- Se paró de golpe, tomando los barrotes de la "prisión" con fuerza, y sacando su cabeza por uno de los agujeros.- ¿Vienes a cumplir con tu amenaza?-. 

Los ojos miel del chico se llenaron de resentimiento, pero la sonrisa perversa estaba intacta.- No... eres capaz de matarte sola-. Dijo, acercándose a ella.- Solo quería verte de esta forma, débil-. Tomó el farol para ver mejor su cara, pero una vez que estuvo lo suficientemente cerca, recibió un escupitajo.

-Basura...-Dijo entre dientes la pelirroja.- Cuando salga de aquí vas a desear no haberme visto jamás-.

Arrastrando su mano por su mejilla, limpiándose, Alex dejó la luz en el suelo. -Créeme, ya deseo jamás haberte conocido, niña-. Limpió su mano en el costado del pantalón.- ¿Y sabes de quién es la culpa?-

-Déjame adivinar... mía-. Respondió con obviedad Elizabeth.

-Precisamente. ¡Me hiciste el chiste del Claro!- Exclamó, tomándola por sorpresa.- "Oye Alex, avísame si ves algún unicornio", "Hey Alex, dime si encuentras un cerdo volador, tengo varias apuestas que quiero ganar"-. Imitaba diferentes tonos y timbres de voz, citando a personas en el Área.- Te vi UNA vez en el bosque, con tus rizos anaranjados de porquería, y de repente estaba mintiendo para no trabajar-. Hablaba entre dientes.- ¿Y sabes cuál es la peor parte? No hubo ningún "Lo siento, Alex", o "Tenías razón Alex", cuando finalmente apareciste-.

-Es gracioso, porque.. ya escuché esta historia antes-. Se acercó a la reja una vez más.- Y sigue sin importarme una mier-- Una roca golpeó su cabeza, tirándola hacia atrás.- ¡Shuck!- Pronunció su primer insulto (de los inventados por los habitantes).

Claramente, el muchacho se había quedado resentido por la lluvia de piedras, y no podía perderse la oportunidad de devolver el favor.

Alex reía, disfrutando esa experiencia a más no poder.- Oh, Elizabeth... No estás en posición alguna para insultarme. El poder, aquí, y ahora... Lo tengo yo-. Él apagó el fuego que flameaba en cuanto vio que alguien se acercaba.- Y ni siquiera pienses en contarle al niño,- Habló, refiriéndose a Chuck, que se acercaba al pozo.- o tu amiguita Teresa va a pasarla mal-.

La oscuridad había consumido todo, pero Elizabeth no necesitaba ver la cara de ese imbécil para que la amenaza diera miedo. Un escalofrío la recorrió, y con una mano aún en su frente, pudo sentir cómo caía la lágrima que había estado aguantando.


¿A Caso Te Conozco? [Newt]Where stories live. Discover now