Capítulo XXIV: Escuchar

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Los habitantes esperaban impacientes frente a las puertas abiertas del laberinto. Con sus botas embarradas, y dedos entumecidos. La ansiedad se sentía en el aire, y por más que miraran dentro de las gruesas paredes, nadie aparecía.

-¿No podemos enviar a alguien a que los busquen?- Thomas habló, interrumpiendo el silencio ensordecedor.

Gally, respondió, sin quitar la vista del fondo del enorme pasillo.- Es contra las reglas,- Pero fue la siguiente parte de su frase lo que llamó la atención de Elizabeth.- Si no vuelven, adiós.

-No podemos perder a nadie más-. Agregó Newt.

Nadie pudo decir nada más antes de que un viento proveniente del interior arrastrara un conjunto de hojas a sus ojos. 

<<No... >> La pelirroja sabía lo que significaba esa brisa escalofriante, y el ruido de engranajes girando que retumbó en todo el Claro confirmó su temor.

Las puertas estaban cerrándose. 

Chuck se apretujó contra Elizabeth, Gally tomó un respiro hondo; Newt bajó la cabeza desanimado, y Winston y Zart se miraron con pena. El único que no parecía estar vencido era Thomas.

-¡Ahí!- Señaló el pelinegro, y todos se concentraron en una silueta que doblaba en la esquina.

Newt agudizó la vista.- Esperen, algo anda mal...- 

Era Alby, él estaba aparentemente inconsciente, y era por ello que Minho lo cargaba en su espalda.

-¡TU PUEDES MINHO CORRE!- Gritó la novata, iniciando una serie de gritos y alientos al corredor.

-¡TIENES QUE DEJAR A ALBY!-

-¡SÁLVATE!- Gritaban pero el pelinegro no parecía querer dejar a su amigo.

Newt dejó de gritar para decir algo, nadie supo si era para sí mismo o para todos.- No creo que vaya a lograrlo-. Habló, mientras Minho arrastraba al líder por el suelo, dando su 100 porciento.

-No solo-. Susurró Elizabeth a modo de pensamiento. 

De pronto, la chica empujó a un par de habitantes que estaban en su camino y se direccionó al Laberinto.

-¡NO!¡ALTO!- Newt, quien estaba en la primera fila, la tomó de la cintura, intentando retenerla. 

Desde el fondo de su memoria, Elizabeth rescató un recuerdo. Un tipo de memoria muscular. Usando sus codos, rompió el agarre del rubio, y utilizando esa parte de sus brazos de nuevo, lo empujó hacia atrás. Sin mirar atrás, corrió Laberinto adentró. 

Mientras el de la cojera se recuperaba del golpe, que lo había dejado respirando con dificultad, algunos se acercaron a ver si se encontraba bien. En cuanto a Thomas...

-¡THOMAS, DÉJALA!- Gritó Chuck, viendo cómo el novato se ponía de costado, intentando pasar entre las casi cerradas puertas del laberinto.

-Están locos...- Dijo Sartén una vez que vio las puertas cerrarse finalmente.- Completamente desquiciados-.

◇ • ◇ • ◇ • ◇ • ◇ • ◇ • ◇ • ◇ •

<<No puedo creer que acabo de hacer eso>> Pensaba la pelirroja, aún aturdida por lo que había hecho. No solo tuvo una memoria flash que le recordó cómo zafarse, sino que también lo había ejecutado sin ningún tipo de problema. Y ni hablar de que acababa de meterse en el lugar más peligroso de todo el Área. 

Sus pensamientos se cortaron en cuanto oyó un golpe seco. Se volteó para encontrarse con Thomas, quien se levantaba agitado del piso, y detrás de él, la puerta cerrada del Laberinto.

¿A Caso Te Conozco? [Newt]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora