Capítulo XXIII: No Podía Hacerlo Solo

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-¡Vamos! ¡Todos debajo de la finca!- 

-¡Rápido chicos! ¡No dejen las herramientas fuera!- 

La lluvia arrasaba de nuevo en el área, parecía que el chaparrón de la noche no había hecho diferencia, ya que el agua caía sin par, cómo si no fuera a acabarse. Las gotas chocaban contra la piel de Elizabeth mientras corría, esta vez no había sol que secara su ropa, y si su suéter se mojaba ya no habría vuelta atrás; perdería su armadura. 

Se apresuro a refugiarse debajo del techo como todos los demás, trayendo debajo de su brazo una cubeta con pequeños trozos de carbón que Sartén había rescatado del fuego del almuerzo, específicamente para ella (habían hablado sobre su obra en proceso). Elizabeth planeaba volver al lugar en donde su dibujo a medio empezar de una mariposa se encontraba. Eran cincuenta y dos pasos desde el límite del bosque, o por lo menos eso contó la primera vez (no siempre se dan pasos del mismo largo, obviamente). Pero en cuanto salió de la cocina no pasaron ni dos minutos antes de que las gotas empezaran a caer sobre sus mejillas. Desde su punto de vista, se sentía cómo si sus pecas estuvieran siendo salpicadas sobre su cara. Se preguntó si su madre tenía pecas. ¿De qué color serían los ojos de su padre? ¿De que color eran SUS ojos? Solo una mínima parte de esas preguntas se le revelarían con el tiempo. Tuvo que cuestionarse todo eso en lo que corría, obvio no quería mojarse de nuevo. 

-¡Thomas! ¡Agarra eso!- La muchacha escuchó órdenes y decidió voltearse.- ¡Zart, atrapa!- El rubio lanzó lo que parecía un rastrillo en dirección a su compañero, quien lo atrapó. Perfecta sincronización.

Mientras, el novato y Chuck se alejaban cargando lo más que podían.

Zart ya no podía meter más cosas dentro de la bolsa de tela que usaría para llevar todo bajo techo.-¡Newt! ¿Quién va a llevar la carretilla?- Gritó, haciendo notar al co-líder que dejaban una de las únicas cosas de metal que tenían. 

No estaba seguro de si los creadores enviarían otra (ya que solo habían mandado tres en los últimos tres años), así que subió las cosas que le tocaba llevar y comenzó a empujar.- ¡Deja, yo lo hago!- A duras penas Zart se alejó.- Shuck-. Resulta que no, no podía hacerlo. El suelo ya estaba embarrado y las ruedas habían decidido que era un buen momento para parar a descansar. Su cojera tampoco ayudaba mucho, si buscamos echar culpas, pero lo importante era que no podría mover la vendita cosa solo ni aunque lo tocara un ángel. 

Elizabeth lo veía batallar desde lejos, parada en medio de la lluvia; cómo una tonta. ¿Valía la pena empaparse por un chico que "no quería ayuda"?- Claro que no-. Dijo en voz alta, respondiendo su propia pregunta. Y siguió corriendo, todavía le faltaba un tramo largo para llegar a la finca, y la lluvia caía cada vez con más intensidad.

-¡Auch!- Newt cayó al suelo, resbalándose por el barro y golpeando su rodilla. La buena, por suerte (?). 

<< Voy a arrepentirme de esto >> Pensó, replanteando su destino. Ya no corría en dirección al lugar en el que había despertado. 

Apoyó el balde con lo carbones (ahora mojados) sobre la carretilla y ayudó a Newt, quien tenía el cabello mojado sobre los ojos, a levantarse.- Gracias-- Cuando quitó el pelo de su frente y despejó su vista, se arrepintió.- No-. Dijo, soltando la mano de Elizabeth con brusquedad y volviendo a su labor. 

-¿No? ¿Y eso que quiere decir?- Indignada por su comportamiento hostil, la pelirroja frunció el ceño bajo su enorme melena chorreante.- ¿Vengo a ayudarte y solo me dices que no?-. 

-Sip, lárgate-. Aún forcejeaba, intentando sacar la carretilla del pozo que se había formado en el barro.

Llegó un punto en el que cualquiera que viera a la muchacha en ese momento no sabría distinguir dónde comenzaba su cabello y dónde terminaba su frente. Una vez más, estaba roja de la furia.- Huh-. Bufó calmándose.- Idiota...- Murmuró, pero fue lo suficientemente alto cómo para que el muchacho escuchara. Estaba apunto de tomar el balde e irse cuando él interrumpió.

-Si bueno, a nadie le gustan las metiches tampoco-.

-¿Metiche?- Paró en seco.- ¡Intento ayudarte!- 

-Si, bueno, no ayudas siguiendo a la gente en la noche ¿sabes?- Parecía que estaba testeando su paciencia.

Las palabras brotaron de su boca más rápido que Thomas corriendo al laberinto en su primer día.-Buscaba un poco de luz, estar a oscuras en un lugar lleno de personas que no conoces con el poder para--hacer lo que quieran, tampoco ayuda ¿sabes?- Para cuando dejó de hablar se dio cuanta de que había revelado más de lo que quería.- Ve quién tiene la mirada de pena ahora...- Dijo, quitando la vista de Newt, quien no sabía qué responder, y dándose la vuelta para seguir su trayectoria principal.

-Tú tiras y yo empujo...- Escuchó a sus espaldas.

-¿Qué?-

-Tú tiras, yo empujo. ¿O ya se te fueron las ganas de ayudar?- Le dijo, y juntos empujaron la carretilla hasta la finca. 

◇ • ◇ • ◇ • ◇ • ◇ • ◇ • ◇ • ◇ •

-Te tardaste un poco con la carretilla Newt-. Se quejaba Zart mientras inspeccionaba las herramientas, esperando que ninguna fuera a oxidarse.

Elizabeth tomó sus cosas y encaró hacia su hamaca, el de la cojera ni siquiera le dio las gracias. Solo le dedicó una mirada  y una asentida de cabeza, nada muy especial.

Newt rodó los ojos ante el comentario del encargado de jardinería.-¿Dónde está Alby? Necesitamos determinar en dónde quedará la Novata-. Elizabeth se tragó las palabras, era imposible hacerlos comprender que tenía un nombre. 

-No volvieron aún-. Winston habló con preocupación, en lo que llegaba cargando unas cuchillas. 

-Pero... ya deberían de haber vuelto-. Chuck agregó, haciendo que el resto comenzara a murmurar.

El rubio apretó la mandíbula, buscando en el rincón más remoto de su cerebro algo para decir. Lo cierto es que estaba igual de consternado que el resto, igual de inquieto e igual de ansioso.- Van a volver-.

-¿Lo harán?-

-Van a volver-. Repitió, reafirmando su postura.- Van a volver...- 

¿A Caso Te Conozco? [Newt]Where stories live. Discover now