Capítulo XI: Un Zoológico

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-No puede ser, si es una chica...- 

-Alex no bromeaba-. 

-¡ME LA PIDO!- Con murmuros y gritos fue con lo que Elizabeth se despertó. Desagradable.

Al terminar de abrir los ojos, se dio cuenta de la situación en la que estaba. Se arrastró por el suelo polvoriento hacia una esquina, apenas notando el golpe que había causado que quedara inconsciente. Pudo ver entre los espacios de la reja que la contenía, a todos los chicos que la miraban.- ¡Miren! ¡Ya despertó!- Gritó uno de ellos, y entonces más se acercaron a contemplarla. Como si fuera... un zoológico. Aunque ninguno recordara lo que eso era. 

Apenas un rayo de sol traspasó la entrada, ya que todos cubrían la luz para ella, quien se encontraba completamente desorientada.- Ven aquí linda-. Un muchacho con muchos lunares extendía la mano a través de la puerta. Envolvió sus intenciones lujuriosas con palabras y un tono amigable, pero Elizabeth no era tonta, solo se apretujó más a la pared.- No voy a hacerte daño preciosa...- Le dijo inclinándose despacio hacia adentro. En un intento de lograr su objetivo, bruscamente se inclinó hacia adelante, haciendo que la pelirroja reaccionara rápidamente, y sin pensarlo antes. Al hacerse hacia atrás, golpeó la parte trasera de su cabeza contra la piedra, y rápidamente llevó la mano a su herida al sentir un dolor agudo. Luego de que sus dedos se hicieran paso entre sus rizos, llegó al cuero cabelludo, dónde el núcleo de su molestia yacía. Quitó la mano sabiendo con lo que se encontraría, y ahí estaba, sangre. Sus dedos estaban cubiertos en el líquido color rojo intenso y opaco.- ¿Estás lastimada? Yo puedo ayudarte...- Comenzó a abrir la celda, causando que los ojos verde brillante de la muchacha se apagaran.

-¡Aléjate!- De una patada, la mano del chico desapareció de la vista de la herida, al igual que el resto. Los regaños continuaron hasta que el último chico se había ido.- ¡Fuera todos! No hay nada que ver aquí...- El volumen de la voz bajó en lo que la multitud se disipaba. Elizabeth comenzó a entrar en pánico cuando la silueta se puso en cuclillas. Desesperada buscaba algo, cualquier cosa que le sirviera para golpearlo.- Hola... Soy Minho ¿Me recuerdas?- En cuanto escuchó su nombre dejó de buscar. Era aquel imbécil que la había distraído mientras su compañero buscaba algo con lo que hacerle daño. Ella lo miró, sin decir nada, y logró hacerlo sentir mal en solo segundos. Logró que él bajara la vista con decepción en sí mismo, algo que nadie nunca lograba.- Los docs vendrán en un rato... a revisarte-. Señaló su nuca y al no recibir respuesta se levantó y comenzó a irse.

-¿Van a dejarme aquí?- Se oyó desde adentro.

-Por ahora, hasta que decidan qué haremos contigo-. Le confesó, aunque se suponía que no dijera eso.

Ella soltó un resoplido. Le convenía cerrar la boca, ya que cualquier paso en falso y todo podía salir mal, pero simplemente no pudo.- "Hasta que decidan qué haremos contigo", ridículo-. Dijo, sin tener claro si quería o no que el otro la escuchara.

-¿Tú qué propones? ¿Que te dejemos en el bosque para que puedas volver a robarnos?- Se acercó, defendiendo su caso.

-No lo sé, podrían dejarme salir y...- Paró, ya que no sabía lo que iba a decir, pero era obstinada, así que continuó.- Y luego yo voy a arreglármelas... sola-. 

Minho se carcajeó.- Ay claro, tú solita, sin nuestra ayuda. Agradece que no te han enviado al laberinto aún-. 

-Déjenme en ese laberinto, y veremos-. Continuaba hablando, sin saber a lo que estaba arriesgándose en lo ABSOLUTO. El corredor volvió a reírse en su cara, diciéndole que nadie sobrevivía una noche ahí, "y menos con un golpe cómo ese". Su burla la obligó a buscar otra alternativa, pues no quería que la dejaran pudrirse ahí, siendo exhibida cual trofeo.- Háganme parte de su sociedad entonces, ser una de ustedes. Subí por la caja igual que todos, e-es lo justo-. Aunque tartamudeó, se notó su actitud segura, haciendo que él lo pensara.

-Eso es lo que discuten en la reunión, podremos no ser iguales a ti, pero no somos monstruos-. Habló, dándole esperanzas. 

-Sácame de aquí. Déjame defender mi posición, prometo que no voy a irme-. Se acercó a la salida.- Por favor Minho, yo confié en ti en el bosque... y tu amigo me golpeó en la cabeza. M-me lo debes-. 

◇ ○ ◇ ○ ◇ ○ ◇ ○ ◇ ○ ◇ ○

-Yo digo que nos la quedemos, puede ser de ayuda-. Cada uno daba su opinión. Habían tanto buenas como malas.

Winston comenzó a exponer su idea.-¿Y si los creadores la enviaron para despistarnos? Tal vez algo más está por suceder-. 

-Déjate de conspiraciones shank, si los creadores la enviaron está claro que fue con el fin de reproducirnos-. Dijo Zart.

Esa idea se hizo popular rápido, generando que otros estuvieran de acuerdo.-¡ESO ES!- 

-Zart sí entiende Alby-. Continuaban concordando.

-¿Es por turnos o cómo?- Se escuchaba preguntar.

Newt rodó los ojos.- No me intriga el por qué se mantuvo alejada de nosotros...- Dijo, cruzado de brazos.

-Estoy con Newt en esta chicos,- Ben habló desde su asiento, con la voz cada vez más debilitada.- Estaba genuinamente asustada cuando la encontramos. No es esta la imagen que queremos darle-. 

-¿Y qué? Es una ladrona, ¡Y le hizo daño a Newt!- Alex se paró.- ¿No es por eso que la encerraron? "No hacer daño a ningún habitante", tus reglas Alby, deberíamos respetarlas-. Señaló al líder, quien con una mano en su barbilla meditaba lo que todos decían.

-¿No vas a creerle a este shank, cierto?- Gally levantó la ceja, mirando al moreno.- Ella es como nosotros, subió en la caja, está confundida y--

-¿Cómo sabes que subió por la caja? ¿Y si está mintiendo?- Lo interrumpió el castaño una vez más.

Gally apretó la mandíbula, y lo miró, lo miró con una de esas miradas que son aptas para el dicho "Si las miradas mataran, ya estaría a seis metros bajo el suelo, dentro de un ataúd".- Minho me lo dijo, garlopo miertero-. Entornó la cabeza, haciendo que Alex tragara saliva preocupado. En su lugar, yo ya hubiese hecho pis en mis pantalones. 

-Hablando de Minho,- Newt se paró, por orden muda de Alby, para detener la posible situación de violencia que ocurriría entre ambos constructores.- ¿Él no debería estar aquí?-

-Aquí estoy... - Se hizo presente el pelinegro, traspasando la puerta.- Y traje compañía-. 


¿A Caso Te Conozco? [Newt]Where stories live. Discover now