Our beloved home 【Taekook】

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- ¡Hoseok!- el beta se aproximó cabizbajo- ¡Nos vamos! Un omega así se reduce a una pérdida de tiempo y dinero.

- Disculpe, mi señor- el pelirrojo enderezó la espalda- A partir de este momento trabajaré para el casal Jeon.

- ¿Cómo te atreves a revelarte contra quien te dio techo y comida por más de veinte años?- el beta bufó por la indignación de su señora.

- Yo no les debo nada, ustedes me arruinaron las posibilidades de casarme y me negaron la dote, ¡qué les correspondía! Me ataron a serviles por el resto de mi vida. Esta casa respeta mi individualidad y reconoce mi trabajo.

- ¿Qué respeto merece un sirviente?- se mofó uno de los hermanos.

- ¡Te arrepentirás, Taehyung!- el vizconde le dirigió sus últimas palabras al noble- Un día tu querido amigo se unirá y tú te convertirás en solo un estorbo para el futuro señor Jeon, que dudo bastante que desee hacerse cargo de una bastarda. Disfruta de su favor mientras puedas, porque tu futuro está condenado. No eres nada sin un alfa a tu lado, esta emancipación tuya te saldrá cara.

- Creo que ya hemos escuchado suficientes sandeces- Seokjin se transformó en su forma incorpórea invocando un vendaval dentro de la vivienda, el cielo se oscureció y se hizo la noche, los rayos hicieron temblar el cristal de la ventanas. 

> El torbellino echó a los nobles en estupefacción y terror y los lanzó a cientos de metros de la hacienda, a un estercolero específicamente. Regresó a su cuerpo tangible utilizando la vestimenta propia de los aquelarres, el azul refulgía por sus venas- Que los alevosos que osan denostar a los moradores de nuestro querido hogar sean desterrados de estas tierras- el conjuro se grabó en el marco de la puerta con fuego.

- Que te quede claro, Taehyung- Jungkook le susurró al oído, sacándole de la conmoción- Eres mi omega, y serás el dueño de mi corazón hasta el final de mis días, dedicaré gratamente mi vida a velar por tu felicidad, paso lo que pase. Jamás lo dudes- el rubio se apoyó en su pecho necesitando consuelo.

- Eres mi ángel de la guarda.

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- ¡Sunhee regresa aquí de inmediato!- la niña escapó de la habitación dejando pequeñas y adorables huellas de agua en la madera, debía escapar del feroz Hoseok y para ello necesitaba ir a lugar vacío, pues toda la familia estaba involucrada en el complot. El complot de la hora del baño.

Primero se adentró en el dormitorio contiguo, el que pertenecía al matrimonio Min. Yoongi estaba durmiendo ahí la siesta en su forma intangible, le vio perfectamente, y aunque no era una mala opción, decidió probar mejor suerte en otra parte. Si se despertaba, no dudaría en atraparla, y tampoco tardaría mucho con su facultad de atravesar suelos y paredes.

El siguiente cuarto había sido habitado por la pareja más antigua del casal durante muchos años, tanto el omega como el alfa vivían vidas ocupadas, en teoría nadie se encontraría allí. Sin embargo, ahí estaba Seokjin, bordando un manto distraídamente. El contacto visual fue inmediato.

- ¡¿Sunhee te has escapado de nuevo?!- corrió por su vida a la cocina.

- Mierda- Jimin se atragantó con los pastelillos al advertir su presencia- ¡Tú no has visto nada y yo no he visto nada!- se metió debajo de la mesa al escuchar las pisadas apresuradas del omega mayor.

- ¿La has visto?- el beta negó fehacientemente- ...¿Estabas comiendo los preparativos para la cena de hoy?

- Yo jamás haría algo así- el brujo entrecerró los ojos- A-acabo de regresar del mercado, apenas he tenido tiempo de hacer nada, estoy exhausto de diagnosticar enfermedades y curas heridas- se victimizó llevándose una mano a la frente y otra al corazón.