Our beloved home 【Taekook】

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Taehyung miró por la rendija de la entornada puerta del estudio. Los nobles no lo sabían, mas el omega no era el único sentado en el escritorio. Acompañado de los tres fantasmas, leía el contrato del vizconde Kim.

Se estipulaba que, en situación de que el señorito Kim no pudiera o supiera identificar al progenitor de su hijo, éstos debían elegir la forma más adecuada de disputar la potestad del cachorro. En este caso, los candidatos, entiéndase por ellos, alfas que hubieran mantenido una relación con el omega durante el periodo de finales de verano y principios otoño, habían decidido un duelo en un lugar de libre elección. El alfa que ganara obtendría el derecho sobre el omega y su cría y recibiría la dote acordada, sin excepciones.

- ¿No hay algo que puedas hacer?- le preguntó Namjoon a su esposo.

- Podría maldecirles o envenenarles, pero eso llevaría a que Taehyung o Jungkook fueran acusados de asesinato o se ganaran una fama oscura. El casal Jeon alberga todavía su antigua popularidad de ser un hogar maldito, y hay rumores sobre clientes del señorito Jeon que aseguran ver sucesos extraños- Seokjin se dirigió particularmente a su torpe marido.

- Mea culpa- aceptó sin reparos.

- Hay un fallo en este acuerdo- el señor de la casa atrapó la atención de los invitados no bienvenidos y de sus mayores- Falta un posible progenitor- los hombres fruncieron el ceño recelosos.

- ¿Cómo sabe usted eso?- le cuestionó Jaehyun- Las andanzas de Kim no eran precisamente disimuladas, además, si esa persona existiera ya estaría aquí.

- Es un comentario acertado el suyo... porque está aquí- dejó el papel sobre la mesa- Mi sirviente, Min Yoongi, se involucró con Kim Taehyung en septiembre- el mencionado se giró incrédulo.

- ¿Eso es verdad?- Jimin, al igual que el embarazado, estaba espiando desde el pasillo.

- Claro que no- le respondió de inmediato- No fue hasta que regresó de su viaje que cruzamos palabra, cuando era pequeño ni conocía su existencia.

- ¡¿Por qué me metes a mí en este barrizal?! ¡Me estás imputando haber yacido con un chiquillo!- el abad le discutió injuriado- ¡Yo ni siquiera albergo ya la capacidad de crear vida!

- Consultaré su postura ante esta situación, denme un momento- salió del estudio tranquilo. Al encontrarse a los husmeadores, su rostro serio se convirtió en uno de enojo.

- ¿Jungkookie que estás tratando de hacer?- le susurró el omega preocupado.

- Exacto, ¿qué pretendes?- Yoongi apareció en la nada, indignado.

- Háganse a un lado, por favor~- el pelirrojo cruzó el pasillo portando una bandeja de galletitas.

- Tengo un plan. Primero, Taehyung, regresa a la habitación, no te quiero ver fuera hasta que haya echado a esos indeseables. Jimin, procura que no salga, si lo hace, el castigo recaerá en ti. ¡Hoseok!- el beta volvió con la bandeja vacía- Tráeme unos guantes.

- Sí, señorito Jeon.

- Hyung, mantente así, actúa intimidante- tiró del brazo del fantasma no permitiéndole discutir- Este es Min Yoongi- el alfa hizo una corta reverencia y potenció su aroma de pino provocando a los lobos contrarios- Acepta el duelo.

- ¡Kook sabes que es un terrible tirador!- le advirtió Seokjin agarrándose de las sienes- ¡Termina este teatro.

- Sin embargo, mandará a un representante... Yo seré su sustituto- los nobles alzaron las cejas, no esperando ni en mil años ese giro de eventos.

- De acuerdo- Taeyong sonrió complaciente- Entiendo su deseo de proteger a su amigo, es conmovedor- tomó su mano en un gesto atrevido- Con una condición aceptaré su capricho- el omega alzó el mentón- Si uno de nosotros cuatro gana, el que quede segundo, excluyendo a su sirviente, le tomará en matrimonio.

- Oh, quizás quiera entonces quedar segundo- murmuró Doyoung divertido, los nobles le rieron la gracia- Éste está de buen ver y no engendrará al posible hijo de un lacayo.

- ¡Ni se te ocurra decir que sí, Jeon Jungkook!- Namjoon le amenazó, preferiría escapar del país usando nuevas identidades que dejar que su hijo se uniera a unos alfas tan ruines.

- Hecho- tomó el guante que le ofreció Hoseok y le dio una fuerte bofetada a Taeyong- Hay que cumplir los formalismos, ¿no?

Las diez principios de los desafíos.

Número uno, el duelo demanda satisfacción. Si se disculpan, no hay necesidad de más acción

Los aristócratas se reunieron para elegir al primero en disputarse la mano de Kim Taehyung.

Número dos. Si no lo hacen, llama a un amigo, ese es tu segundo. Tu lugarteniente cuando haya que hacer cuentas.

Seokjin dio un paso adelante.

Número tres, haz que tus segundos se encuentren cara a cara. Que negocien la paz... o la hora y el lugar. La mayoría de las disputas mueren aquí, nadie dispara.

- Es un doncel- habló el omega fantasma- Un arma de fuego es un abuso de poder.

- Se lo concedo- Doyoung no consentiría que su próximo esposo muriera antes de quitarle la virginidad- ¿Espadas?

- Espadas. Mañana, al amanecer, en el patio. Un asalto, a primera sangre.*

Número cuatro. Si no llegan a la paz, no pasa nada. Es hora de conseguir armas y a un médico. Le pagas por adelantado, lo tratas con civismo, haz que se dé la vuelta para que pueda tener negación plausible.

Jimin ocultó ser un beta doncel y, tomando su papel de aprendiz, se colocó en dirección al casal, dándole la espalda al desafío.

Cinco. Duelo antes de que el sol esté en el cielo, escoge un lugar para morir donde sea alto y seco.

- Te ayudaremos- era una orden- Intentaremos que no sea obvio, concéntrate en protegerte y en nada más.

- No, Namjoon hyung, es un duelo de uno a uno- empuñó la espada- Y yo soy un hombre de honor que cumple su palabra.

Número seis. Deja una nota para tus parientes más cercanos, diles dónde estuviste. Reza para que el infierno o el cielo te permitan entrar.

- ¡Jungkook esto es una locura!- Taehyung se negaba a dejarle ir- ¡Podrían herirte de gravedad! ¡Incluso morir! ¡Estás enfermo, no te puedes permitir que tu cuerpo se exceda! ¡Esta vez Seokjin podría no llegar a tiempo! ¡En el mejor de los casos uno de esos infelices te desposarán!

- En el mejor de los casos- el omega le limpió las lágrimas, confiado- Mi amado me recompensará al volver a casa, abriendo las piernas para el único que tiene el derecho a poseerte, y yo, a cambio, le entregaré mi cuerpo al único que se lo merece.

Siete, confiesa tus pecados. Prepárate para el momento de adrenalina cuando finalmente te enfrentes a tu oponente.

- Recuerda, mantén la calma- Yoongi le dio una cruz de oro- Hazles creer que este es un mundo de alfas, y cuando muestren su debilidad...

- Apuñálala.

Número ocho. Tu última oportunidad de negociar.

 Jungkook y Taeyong fueron al punto de encuentro, las palabras sobraban.

Número nueve. Míralo a los ojos, no apuntes más alto. Reúne todo el valor que necesites.

Juntaron las espaldas.

Número diez. Cuenten. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez pasos. ¡Fuego!**

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*Lo contrario sería un duelo a muerte.

**Versos traducidos del musical histórico Hamilton.