⚘ ⁕ 30 ⁕ ⚘

233 36 3
                                        

Era el séptimo y último día de la fase creciente lunar, brujas y brujos se reunieron en la oscuridad de la noche para el aquelarre.

Una copa de agua fue colocada a su derecha, una vela frente a él, el incienso a su lado y un cuarzo rosa a la izquierda. Su madre formó un círculo de sal entorno a su cuerpo, la vela y el incienso. Su abuela echó lavanda molida en un recipiente vacío.

- Suave y seguro se asienta en el útero- la voz de Seokjin tambaleaba, el huevo cocido fue dejado en la cama de pétalos- Crece fuerte y crece sano, mi amor- el recipiente se colmó de azúcar- A mi vida llegas, mi dulce bebé.

Sin embargo, el cachorro nunca apareció.

- ¿Cariño?- Namjoon se despertó por su llanto, la lluvia golpeaba ferozmente el tejado de la cabaña- ¿Qué ocurre?

- Nada- se limpió la cara bruscamente.

- Ya vendrá, no le apresures- le acarició el vientre esperanzado.

Sin embargo, el cachorro nunca se presentó.

- Es culpa de tu marido- sus hermanos le ofrecieron una infusión lenitiva- Sus manos están manchadas de sangre, de nuestra sangre. Tu lobo no se someterá al enemigo, no le engendrará un descendiente.

- Es un alfa de gran corazón- protestó, su marca ardiendo- Solo está confundido, enredado en el adoctrinamiento y lo que el destino le ha deparado.

- Si supiera lo que haces al anochecer, no dudaría en colgarte en la plaza pública, ¿eres consciente?

En un caluroso verano, una fuerte epidemia azotó a la aldea. Un brote de peste negra. Los pueblerinos que siempre habían detestado a las brujas del bosque, se adentraron en las cuevas que habitaban rogando por una cura.

- ¿Qué haces?- el almirez se escapó de su agarre.

- Son especias, para la cena- el inquisidor no le creyó, mas asintió por el bien de la convivencia.

Cuando el Sol se puso y la Luna se alzó en el cielo, fingiendo dormir en la cama rellena de paja, el omega, como se esperaba, escapó de sus brazos. Le persiguió, negándose a sí mismo la verdad pese a que estuviera ante sus ojos. Seokjin fue recibido en una de las cavernas por su familia, les contó las investigaciones que había emprendido y se reunió con la anciana.

Funcionaba, o al menos, la fiebre y las gangrenas desaparecieron en los menos afectados por la enfermedad. Para algo que se creía incurable, era bastante. Los hechiceros tenían la esperanza de que, una vez todo pasase, serían aceptados por los aldeanos como lo que eran, curanderos inofensivos.

 - Namjoon- dejó la biblia y se centró en su superior- Se podría decir que el pueblo va recuperando la salud.

- Sí, reverendísimo señor.

- Tengo la sospecha- el anciano alzó un dedo trémulo por la avanzada edad- De que esos pecadores de la arboleda, lo crearon en su beneficio... ¿Eres conocedor de alguno de sus nombres? ¿Sabes dónde se esconden?

- No, reverendísimo señor, disculpe mi ignorancia.

El omega sintió su espalda chocar contra la pared de su hogar.

- ¡Debes detenerte! ¡Ahora mismo!- el alfa le enfrentó colérico- ¡No más salidas nocturnas, no más hiervas y semillas extrañas en esta casa! ¡Te lo prohíbo!

- ¡La gente está muriendo!- le contestó atemorizado. ¿Cuándo le había descubierto? ¿Qué planeaba hacerle?

- ¡Obedece a tu marido! ¡No me importa lo que le ocurra a los demás, no voy a permitir que te lleven a la horca!- cerró la puerta de la habitación con llave- ¡A partir de este momento solo saldrás bajo mi permiso!

Las brujas fueron perseguidas y quemadas, algunas se salvaron huyendo al monasterio del abad Min, sin saber que su destino estaba ya sentenciado.

Un día, una mujer irrumpió la misa. ¿Qué sentido alberga matar a quienes salvaron nuestras vidas? ¿Dónde estuvo Dios cuando las calles eran ríos de sangre negra? Su hija fue a la iglesia esa misma tarde, rogando porque no ahorcaran a su madre por impía.

- Se el nombre de un brujo, él me curó, reconocí su rostro- les persuadió- Lo denunciaré si sueltan a mi mamá.

- Debo darle una mala noticia, siéntese por favor- Namjoon hizo caso al fraile- Su esposo es un hechicero.

- Eso es imposible- le respondió de inmediato- Mi omega se queda en casa día y noche, hay cerrojos en las puertas, usted conoce mis celos.

- Es cierto que no se le ha visto por las calles en semanas, no obstante, hay varios testigos que afirman haber sido atendidos por él... es una lástima- le palmeó la espalda en un gesto de fraternidad- ¿Querría hacer el honor de enjuiciarle usted mismo? No me imagino el profundo sentimiento de traición que hay en su pecho ahora.

La cerradura se abrió.

- Guarda toda nuestra ropa, nos vamos- Seokjin no se movió de la cama- ¡Jin! ¡Rápido! Hay que llegar al monasterio antes de que amanezca.

- Asesinaron al abad- el alfa se giró incrédulo- El pregonero pasó por nuestra calle.

- Entonces iremos a otro lugar, ¡apresúrate!- recibió un manotazo al tratar de levantarle.

- ¡Mi familia entera ha muerto, Namjoon! ¿¡Por qué razón querría continuar este sufrimiento al que llaman vida!? ¡Escapa o creerán que eres un cómplice! Yo me quedo aquí, estuve condenado desde el momento en que decidí ayudar a esos cobardes- el inquisidor lloró.

Se sentó en el lecho y apoyó la frente en el hombro de su esposo.

- No soporto más esto- su omega entrelazó sus dedos, acariciándole el brazo- Alargaré el juicio durante meses, haré lo posible y lo imposible por ti, te absolverán y regresaremos a nuestra vida ordinaria.

- El día que te conocí, me había escapado- le confesó mirando la cruz en la pared- Me metí en una taberna cualquiera, sin saber siquiera lo que era una, escabullirme se hizo costumbre, era consciente del peligro, no obstante, te amaba. Te amo. Y me cortejaste, y nos casamos, y mis hermanos tuvieron que aceptarte a la fuerza. En el fondo, les gustaste, porque me querías.

- Y te quiero, desde el fondo de mi alma.

Los inquisidores entraron en la cabaña y se lo llevaron, Seokjin marchó con la cabeza en alto y el resto es historia.

❧﹛✿❃۵❁❀﹜☙

Our beloved home 【Taekook】Where stories live. Discover now