El gran destello en el cielo ©

Capítulo 14

Alicia

Hace varios días que las auroras boreales nos dejaron atónitos. Todo el país dejó de pelearse solo para voltear al cielo y apreciar la belleza de la naturaleza. Los noticiarios han cambiado de tema por fin, y ahora atribuyen tales manifestaciones naturales a pequeños impactos de rayos cósmicos, que, se supone, estarían siendo lanzados por la supuesta estrella. Los temblores han estado incluidos en estas reacciones, pues estos últimos días también se han sentido muy agitados, literalmente. Pero la escuela no se detiene; tenemos que seguir con nuestros asuntos, y uno que nos ha mantenido en vela a todos son los resultados del PAU, que ya por fin están publicados en el muro oficial de la escuela. Es una idea tonta, dicen muchos, y la comparto: Buenavista bien podría publicar las calificaciones en Cobbernet y ya, adiós. Así no tendría que venir yo a que los demás me hagan sentir mal.

      —Igual tienes que ir hoy con Joan.

      —Es cierto, Luna.

      —¿Cómo te sientes? ¿Tienes nervios?

      —Algo...

      —Yo estoy que me muero. Rutherford acepta para agosto y ya he visto ofertas muy buenas para la carrera de Periodismo. Ojalá pueda entrar.

      No respondo a sus expresiones de ilusión. No dejo de pensar en mí misma. Tal vez soy egoísta, pero la situación me tiene al tope. Cerca del muro oficial veo a los chicos, excepto a Gerardo y Jaqueline. Ellos se ven alegres y, una vez que llegamos, se ponen un tanto tensos y a la expectativa, detalle que me alarma un poco. En la lista de nombres, ahí donde está la de nuestro grupo, mi corazón se destroza al ver la palabra más aterradora que he visto en mi vida, ahí junto a mi nombre: «Insatisfactorio». Este es el resultado global, pero reviso bien las secciones en las que se divide el examen y se empata el número de insatisfactorios por el número de satisfactorios. Justo debajo, en la última línea, se encuentra el desempate, que pertenece a la sección de Matemáticas: «Nada satisfactorio». Mis nervios se convierten muy rápido en tristeza; no, más bien desesperanza, porque tenía grandes ilusiones de irme de una vez a Rutherford.

      Ahora todo se decidirá al siguiente año.

      —Lo siento, Alicia —me dice Luna, y detrás se oyen las risas burlonas de Michael y Quentin—. Lamento mucho que no vayamos juntas a Rutherford.

      La ignoro y camino hasta las áreas verdes de la escuela, donde me siento a lamentar mi triste futuro en la base de un árbol. Había visto bien la lista, y ahora la visualizo, mientras recargo mi cara en las manos: Jaqueline y yo no habíamos pasado la PAU. No era mi consuelo, pero ella había sacado 'nada satisfactorio' en todas las secciones, por lo que su examen tiene la peor puntación de entre todos nosotros. Gerardo era el mejor, que había sacado 'excelente' en todas las secciones. Se había superado a sí mismo y me da alegría por él; pero enseguida lo detesto porque se me hizo como el típico alumno con falsa modestia. Bien que estaba preocupado por el resultado, a sabiendas de que pasaría sin problemas. Y Luna, pues, ella había conseguido un resultado normal y equilibrado en toda la prueba, junto a Michael, cuyos resultados son equiparables. Quentin es un imbécil, lo sé, pero al menos había sacado un 'excelente' en Matemáticas.

      —Tienes mi apoyo para cualquier cosa.

      —Gracias, Luna —digo, sin mirarla—. Pero creo que ahora quiero estar sola.

     —Claro... Por supuesto... —Se le veía sorprendida—. Te veré después. Me mandas mensaje por LinkApp si quieres que venga por ti.

      —Muchas gracias.

      —Adiós.

     —Bye...

      Para mi buena suerte, el sitio en el que estoy me libra de las miradas de los demás, para que así, en pleno y dulce silencio, pueda desahogarme. Sollozo y empiezo a pensar en la hipotética situación en la que le tenga que notificar a mi madre el fracaso tremendo que he tenido hoy. No puedo creer que pierda un año, que me rezague como los demás; y sigo sin saber en qué gastar el resto de mi vida.