Si la Luna te lo ha dicho, debes creer.

442 33 11
                                    

 Capítulo 26 "Si la Luna te lo ha dicho, debes creer"

-¡Buenos días, Elsa! –saludaron todos al ver a la chica entrar en el comedor.

Elsa seguía risueña, había tenido una noche terrible y no pudo descansar muy bien. Saludó con un  fatigoso “hola” y se sentó al lado de Jack.

-Buenos días, querida. ¿Cómo amaneciste?

-¿Tú qué crees?

-No muy bien, supongo… -Jack se mordió la lengua.

-Seguro no durmió bien por los ronquidos de Jack. – se mofó Anna al acabarse un plato entero de… ¿chocolates? ¿Cómo no le agarraba un ataque al hígado?

-Yo no ronco, es Kristoff que ronca como oso. Lo oigo a través de las paredes.

-¡Ey! – Kristoff se quejó, pero todos acabaron por partirse de risa. Excepto Elsa.

-Si me disculpan, no desayunaré hoy, tengo trabajo que hacer.

-Pero es sábado, Elsa ¿No es tu día libre? – le recordó su hermana.

-Sí, pero… Si no lo hago, nadie lo hará. Buen día.  – así como llegó se fue con un  seco saludo.

Jack fue tras de ella.

-¿Estas bien? – dijo mientras conversaban por los pasillos. Sin duda estaba preocupado. Y lo último que quería ella era simpatía.

-Sí.

-¿Es por lo de anoche?

-No quiero hablar de ello.

-Pero dijiste que hablaríamos.

-No, tú lo dijiste.

-¿Elsa qué fue tan grave como para dejarte así?  Dudo que haya sido solo un sueño.

-No lo entenderías.

-Pruébame.

-Dije que no, Jack. –acotó con seriedad. Un no es un no. Pero eso no servía con Jack, él acabaría por sacarle la información.

-De acuerdo, de acuerdo. Te dejaré en paz, pero sólo hasta el mediodía.

-¿Qué hay el mediodía?

-Ah, sorpresa.

Y fue volando de regreso al comedor dejando a la Reina cual estatua en el pasillo. Sacudió su cabeza y se encerró en el estudio.

Obviamente, no pensaba trabajar. Se pasó el tiempo reflexionando lo de anoche, ¿había sido un sueño? ¿O fue real? Prefería con toda su alma la primera opción.

¿Qué sería peor que ser inmortal? Ella no lo veía como una bendición o un regalo, como por ejemplo su magia. Era un castigo. Imagina perder todo lo que amas, dejarlos atrás…

Alejó los pensamientos de su cabeza que solo lograban atormentarla. Alguien llamó a su puerta. Miró el reloj de la sala, eran las 12 pasadas. Vaya que había pasado mucho tiempo metida en sus pensamientos.

Al abrir la puerta, se encontró con el mismo pasillo vacío. A los alrededores no había nadie tampoco. Dando un paso fuera de la oficina, Elsa resbaló y por poco cae al suelo. Había un extenso rastro de hielo que caminaba por los corredores.

-¿Y esto? – oh, claro. Eso tenía escrito Jack Frost por todas partes.

Elsa caminó siguiendo el rastro helado. Siguió por unos buenos metros hasta llegar al enorme salón de baile, que a esas alturas del año siempre se encontraba vacío.

The cold of your heart | Jelsa Fanfic [Spanish] *En edición*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora