❛ QUEEN BEE ❜ ❝el síndrome de la abeja reina nunca cobró tanta vida y tuvo tanto sentido hasta que él la conoció a ella.❞
Kim TaeHyung es el Capitán de
la Unidad de Inteligencia del De-
partamento de Policía de Seoul y
a quien se le asigna el...
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queen bee capítulo cinco
TAEHYUNG NOTÓ QUE HANA no había curado el nuevo rasguño que dejó SooYoung en su mejilla, notó que ella ni siquiera se esforzó en limpiar la sangre que se secó en su piel, pensó que ella quería mostrar a las personas lo que SooYoung hizo, para que fueran contra la festejada y sintieran lástima por ella.
Pero lo descartó cuando HaNa despidió sin amabilidad alguna a todas las personas que se le acercaron en la fiesta para ofrecerle limpiar su corte y curarlo.
Así que creyó que a ella simplemente no le importaba lo que le sucediera y probablemente fuera una antisocial que disfrutaba humillando a los demás.
Por lo menos SooYoung estaba disfrutando de su fiesta, parecía animada al lado de sus padres y ChaeYoung, hablando con un grupo de sus amigos, ignorando completamente la presencia de HaNa al otro lado de la habitación.
—Siento pena por la niña, y casi se siente mal tener que proteger a la otra niña rica —TaeHyung escuchó hablar a YuNa, una de los dos detectives que lo acompañaron a la fiesta, a su lado.
DaeHyun, el otro detective que lo acompañó, se encogió de hombros al lado de su compañera.
—Es nuestro trabajo, supongo —él respondió sin muchas ganas—. ¿Deberíamos de irnos? Ya van a hacer las doce, incluso ya partieron el pastel, y no hay señales de JungHoon por ahí. No creo que debamos de pasar el resto de la noche cuidando a la niña Bae.
TaeHyung se burló de la queja de DaeHyun.
—Órdenes de los jefes, Park, sabes que no se pueden contradecir —TaeHyung miró a su detective con gracia.
DaeHyun chasqueó la lengua contra su mejilla con fastidio y YuNa se burló de su compañero, mientras TaeHyung los miraba sin expresión alguna en su rostro.
Sin darse cuenta de que HaNa lo miraba fijamente desde el otro lado del salón de fiesta.
—HaNa, déjame curar el maldito rasguño que tienes en la mejilla y deja de ser tan orgullosa. —la madre de la pelinegra había perdido la cuenta de cuántas veces intentó limpiar el corte en la mejilla de su hija, pero ésta no la dejaba siquiera tocar su rostro.
—Mamá, estoy bien, deja de ser tan exagerada, apuesto a que ni siquiera dejará cicatriz —HaNa soltó un bufido, comenzando a cansarse de la exageración de su madre a su lado.
