Tú Eres Exactamente Igual

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CAPÍTULO : 37.

Un sujeto de camisa azul claro con los botones del pecho descubiertos, sostenía del brazo a una chica rubia, ambos viendo como Regina lloraba en el suelo alfombrado fuera de la habitación, la miraron con lástima.

-Quierete reina -le dijo él pasando de ella.

Inmediatamente se puso de pie avanzando al elevador, picó el botón y se metió en el espacioso cubo de metal, escuchando el click de la puerta de una de las habitaciones. Su cuerpo se elevó en el aire mientras era sostenida con fuerza por la cintura fuera del elevador.

Sus ojos miel se abrieron sin que dejaran de saltar lágrimas de ellos.
Izuna tras sacarla del elevador le dijo -Creí que habías venido a arreglar las cosas conmigo.

La separó un poco de él, viéndola estupefacta y sin pizca de esa arrogancia que la caracterizaba.

Del otro lado del ascensor salió un hombre con porte elegante pero gentil, era el gerente del hotel quién amablemente les pidió retirarse.

Argumentó que las personas de ese lugar eran ridículamente delicadas y se habían quejado en manada de "un escándalo" en el pasillo. Aunque Regina sabía que realmente se trataba del hermano menor del gobernador de Nuevo León, abusando del poder.

Izuna accedió sin problema a retirarse pero pidió que se enviara su maleta de vuelta a casa.

Bajaron juntos en el elevador, caminaron hasta el estacionamiento, entonces Izuna buscó su auto, tras encontrarlo abrió la puerta para ella. Regina le dio una mirada dubitativa.

-No tienes que venir conmigo si no quieres. -le dijo él.

-Me sacaste de la habitación-Izuna volvió la vista a ella-empujaste la puerta en mi espalda.

-Creí que la puerta se abría hacia afuera.

Ella tomó aire mirándolo, él parecía hablar en serio, pero sus palabras sonaron tan absurdas. Entonces él se dio vuelta hacia su auto de nuevo.

Regina tomó su mano con fuerza presionandole el reloj contra la piel, aunque ella estaba lastimandolo no hubo un solo gesto en su cara, tras esto la mujer exigió autoritariamente - Sin rodeos Izuna, necesito que me digas aquí y ahora si me quieres o no.

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Sasuke respiró profundamente -Eres más impresionable de lo que imaginé, ¿no estás a favor del ikigai (propósito en la vida o trabajar de lo que te gusta)?.

-Tú mismo dijiste que tienes mucha capacidad para hacer cualquier cosa, ¿por qué conformarse con poco?.

-No es conformismo, es vocación...

-Ves como siempre piensas egoístamente.

Sasuke se quedó callado, pensando en si ella realmente hablaba en serio, recién casados hablando de las cosas que debieron quedar claras desde un inicio.

-Eres incapaz de sacrificar nada por mí. -terminó de recriminar seria.

Él asintió avanzando hasta ella, cruzó los brazos y dijo-Si es lo que quieres lo haré, de todos modos asumo que tienes razón, igual que Izuna, ya no puedo enseñar ética porque al casarme contigo fui en contra del código, sería tan hipócrita.

-Es bueno que entiendas -cerró los ojos- aunque te siento un poco dramático, siendo que odias que te llame sensei y te empeñes tanto en seguir siéndolo. ¿Qué lógica tiene eso?.

Sakura siempre había sido así ¿cierto?, él había aceptado todos sus defectos y su poca empatía por los demás, además seguía siendo una niña, más adelante al madurar cambiaría su mentalidad.

Call me Sensei (Terminada)Where stories live. Discover now