Corriendo hacia ti (Pierre Gasly)

Capítulo 23 - Pierre

Hola hola 💙 Les traigo este capítulo que espero les haga olvidar la amargura del pasado. Y se los traigo con invitado especial: mi piloto favorito por siempre y para siempre.

Después de diez intentos fallidos me había memorizado a la perfección el mensaje de la contestadora.

Escondí mi cara entre mis manos y suspiré frustrado.

Lo había intentado todo: llamadas, mensajes e incluso le había enviado un correo. Sabía bien que me había pedido que no le hablara, pero su ausencia estaba matándome y no podía evitarlo.

-Sigue sin responderte.

Levanté mi vista y me encontré a Sebastian al otro lado del salón vacío, apoyando su espalda ligeramente contra el marco de la puerta.

-La cagué - murmuré. No quise entrar en detalles sobre lo sucedido porque me sentía como un verdadero imbécil cada que revivía los hechos en mi mente, pero Seb era tan intuitivo que seguramente lo había entendido todo con tan solo verme.

-Pues sí, la cagaste. Y tu primer error fue pelear con una mujer que ya estaba enojada - dijo riéndose mientras cruzaba el salón en mi dirección- Debiste esperar un poco ¿En Francia no enseñan esas cosas?

Se dejó caer en el sofá junto a mí y me dio un par de palmaditas en la espalda.

Me sentía exhausto. Los últimos días habían sido un infierno para mí. Para este punto ya no me importaba tener la razón, incluso estaba dispuesto a disculparme por haber nacido con tal de que Gia me perdonara. Solo quería dejar todo esto en el pasado.

-Creo que va a terminar conmigo - dije sintiendo como crecía el nudo en mi garganta. - En algún momento iba a suceder.

Seb suspiró.

-¿Y tú quieres que termine ahora?

Sacudí la cabeza.

-No, no así. Siempre imaginé que se iría porque alguien más podía hacerla feliz, no porque soy un estúpido que la decepcionó así. Jamás debí permitirlo.Ni siquiera pude pedirle que viniera conmigo. Esto no puede terminar así.- dije peinando mi cabello con fuerza en señal de frustración.

Mierda. Debí habérselo dicho apenas lo supe. Había dejado que todo lo que no dije se convirtiera en una bola de nieve que había terminado creciendo y creciendo hasta aplastarme.

-Tienes que pensar qué es lo que realmente quieres. Qué es realmente lo que ambos quieren.- se corrigió - Piensa bien cómo vas a compensar todos los momentos importantes de su vida que inevitablemente vas a perderte- se detuvo un momento para que yo pudiera procesar lo que acababa de decir - Y no le pidas sacrificios que tú no harías por ella, todo en una relación debe ser mutuo. No le pidas que viva por ti si lo que vas a hacer es vivir por tu sueño. El amor es muchas cosas, pero jamás es egoísta. Y si eres egoísta, no estás listo para amar.

Lo miré fijamente a los ojos y me devolvió la mirada, intentando comprender lo que sentía. Sonreí levemente recordando a Gia decirme que quitara su póster de mi habitación y decidí no hacerlo jamás. Este tipo era increíble.

Voltee mi cabeza y contemplé la pared por un instante.

Gia era para mí, no había duda alguna de ello. Si arruinaba esto por una estupidez iba a lamentarlo por el resto de mis días. Podía vivir sabiendo que jamás sería campeón, pero jamás podría vivir sin ella.

-Maldita fama, la odio.

-Mmmm...coincidimos en eso - contestó encogiéndose de hombros - pero hay maneras de sobrellevarlo. Si yo puedo, tú también - me dijo sonriente.

Sonreí en respuesta porque no había nada más contagioso que su sonrisa.

-Sé cuidadoso, eres guapo y las chicas también lo ven. No te expongas innecesariamente.- dijo golpeándome amistosamente con su codo.

-Te juro que siempre lo soy - me defendí - nunca llevé a esa chica a mi casa, no sé cómo me encontró.

-En ese caso - dijo mirando hacia la puerta como asegurándose que nadie estuviese por entrar - desconfía de cualquiera. Mis sentidos arácnidos me dicen que alguien quiere verte caer.

Me reí ante su broma de señor pero acepté el consejo.

-Estar aquí sin saber de ella me está matando - admití - Siento que no voy a poder correr si no hablo con ella primero.

-Entonces habla con ella primero. - respondió como si nada.

-¿Cómo voy a...?

Se rió divertido.

-¿Nunca te has escapado dos días antes de una carrera por ir a buscar al amor de tu vida? Entonces no estás listo para ser campeón. - se burló.

Lo miré bien sin saber qué decir ¿Cómo iba a volar de vuelta a Europa sin que se dieran cuenta? Guillaume era el encargado de organizar mis viajes e inevitablemente se daría cuenta. Sin mencionar que me perdería el track walk y las otras actividades.

-No tengo cómo volar hasta allá.-respondí frustrado.

-Tú despreocúpate. Estoy seguro de que cierta escudería roja tiene algún jet privado libre listo para volar.

Abrí los ojos como platos. Era una locura.

-¿No vas a meterte en problemas por eso?

-¿Qué van a hacer?¿Echarme? Ah no, espera...ya lo hicieron. - se rió.

No pude evitar reírme nerviosamente.

Levantó su teléfono y envió un par de mensajes.Luego de unos minutos se levantó del sofá y me miró.

-Está hecho, niño. Pero si pasa algo, tú y yo nunca tuvimos esta conversación.- dijo guiñándome un ojo para luego dirigirse a la puerta.

-¡Eres el maldito campeón del mundo Vettel! - le grité antes de que desapareciera.