Capítulo 27.

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Si nadie habla de las cosas que importan.

Llegué a la planta baja, asomé la cabeza. El hall estaba desierto, ni señales de Trueba.

A toda prisa corrí hasta la puerta. Ya tenía la llave lista para abrir la cerradura.

De la nada, una sombra apareció delante de mí. Di un salto, pero mi corazón se calmó cuando identifiqué el rostro de Vicente. Tironeé de la puerta; no le di tiempo a entrar, desesperada me colgué de su cuello. El corazón me latía desesperado, tanto por su llegada, como a causa del miedo que Trueba había dejado en mí.

Sin apartarme de él, Vicente me hizo entrar en el edificio otra vez. Empujó la puerta para cerrarla y me tocó la cabeza. Yo solamente quería hundirme en su cuello.

- ¿Qué sucede? ¿Estás bien, te lastimaron? ¿Eliza?- puso sus manos sobre mis codos en un amago de apartarme pero yo lo encerré en mi abrazo todavía más-. Me estás asustando-. La voz le tembló tanto como temblaba mi cuerpo en este momento. Yo ya estaba asustada. Sus manos me palparon la cabeza y la espalda, supongo que buscaba alguna herida sangrante, algún hueso roto; las únicas heridas iban por dentro-. Por qué mejor no subimos- propuso-. Necesitas calmarte y yo necesito asegurarme de que no te han hecho daño-. Poniendo un poco más de fuerza logró apartarme lo suficiente para echarme una ojeada-. ¿A dónde ibas?

- A ver a mi madre- contesté casi sin voz. Sentía que el corazón se me iba a salir del pecho, que me iba a dar un ataque.

- No puedes ir a verla en ese estado. ¿Ella está bien, les pasó algo a tus padres?

En respuesta me eché a llorar, la presión y la tensión acabaron saliendo por ahí; como una gran fuga.

No logré calmarme sino hasta que acabé con todo el vaso de agua que Vicente me hizo beber, empujando el vaso a mis labios con una mano mientras que con la otra me rodeaba los hombros.

- Ahora, explícame por qué estás así- dijo quitándome el vaso de las manos, sabía tan bien como yo que la existencia de esa pieza de bajilla corría peligro entre mis dedos.

- Es largo de explicar y ni siquiera estoy segura de haberlo captado bien. Tengo miedo, por primera vez en mucho tiempo tengo miedo. Están por todos lados…o quizá me esté volviendo loca-. Me incliné hacia delante y hundí la cara entre mis propias manos.

- Hey- en un gesto cariñoso y delicado me levantó-. Cálmate y cuéntamelo todo.

Todavía no sé cómo lo logré no obstante lo hice, se lo conté todo sobre mi jefe, sobre la crisis de mi madre, sobre las fotografías y los recortes y sobre las deducciones que saqué después de oír las palabras de Eleazar.

Primero se quedó mirándome como si me desconociese, luego alzó la cabeza e inspiró profundo. Soltó el aire y negó con la cabeza.

"Infierno y Paraíso". Tercer libro de la saga "Todos mis demonios".Where stories live. Discover now