Capítulo 13.

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13. El tiempo del sueño.

Febrero llegó sigilosamente. Apenas si fui consciente del paso del tiempo, es que había perdido la perspectiva, tenía la sensación de que comenzaba a convertirme en demonio, contaba cada segundo, de cada hora, de cada día, pero aún así, el tiempo parecía no valer absolutamente nada. Las noches cobraban elasticidad, se me hacían de goma a causa del insomnio; empecé a dormir apenas un par de horas por noche, generalmente caía rendida de madrugada y me despertaba temprano, ya sin sueño, pero con un cansancio que no se iba en todo el día. Al principio intenté dormir algunas horas de siesta, pero tirarme en la cama a media tarde, a pesar de que no tenía nada mejor que hacer (ya me había aburrido de sentarme frente a la computadora intentando rastrear la vida de los demonios que se habían convertido en mi presente), y trabajo no tenía: unos días después de haber cumplido mi encargo para Trueba (quien seguía en Europa), su secretaría me llamó para informarme que alguien pasaría a retirar los documentos esa misma tarde; más allá de eso, mis servicios no volvieron a ser requeridos.

En fin, los días pasaron en silencio, el teléfono no sonaba más que cuando mi madre o Susana llamaban; no tuve señales de vida ni de Gaspar ni de Ana, y hasta lo que yo sé, Vicente tampoco volvió a llamar, de Ariel tampoco había novedades.

Tanta calma me molestaba.

Corrí la página y repasé las letras impresas en la hoja con la mirada; en verdad el diario no ofrecía ningún interés para mí, pero en este momento no tenía nada mejor que hacer, Lucas llevaba tres días fuera por causa de un trabajo, esta misma mañana me había llamado, me preguntó qué tal estaba, si las cosas estaban tranquilas, y si me cuidaba tal como me había rogado que lo hiciera; procuré dejarlo tranquilo y la verdad es que no existía razón para perder la calma, era como si hubiésemos entrado en un proceso de letargo, en hibernación o algo así. Lucas me prometió que pretendía regresar a más tardar en dos o tres días; me dijo que me extrañaba, que odiaba los hoteles y que los días sin mi se le hacían eternos, a mí me pasaba lo mismo cuando él no me acompañaba.

Resoplé de tedio y aparté por un momento la mirada del diario para espiar las papas que mi madre había dejado hirviendo sobre la hornilla, ella había salido a comprar el pan para el almuerzo; mi padre se encontraba afuera en el jardín, preparando el fuego para hacer el asado. Todo parecía marchar bien.

- Me olvidé los fósforos- dijo mi papá entrando en al cocina. Tenía las manos negras debido al polvo del carbón y su rostro estaba rojo y brillante, lo primero debido al sol, lo segundo al calor que desde temprano, apretaba sin tregua, es más, la noche había sido sofocante, todo el mundo rogaba porque en el cielo apareciese alguna nube que nos devolviese la esperanza de lluvia y alivio, pero la cobertura nubosa con la que amenazaron los pronosticadores no llegó ni en la noche, ni durante el transcurso de la mañana, había sido una noche estrellada y brillante igual que un zafiro, con una enorme luna llena y ahora el sol brillaba en un cielo celeste turquesa completamente límpido.

- Yo te los paso-. Me levanté de mi silla y en dos trancos llegué hasta la fila de cajones junto a la cocina, en los que mi madre guardaba todas sus armas para el oficio que realizaba con consciencia obsesiva, cuidando cada detalle como el del más fino arte, y por eso sus comidas siempre le salían exquisitas.

Me agradeció y fue directo hacia la pileta a lavarse las manos.

Busqué los fósforos y los sostuve hasta que él terminó de secarse las manos.

El agua de las papas borboteaba, la cocina empezaba a llenarse de vapor.

- Gracias- me dijo al tomar la caja de mis manos-, porqué no vienes un rato afuera conmigo, tienes una cara de aburrimiento fatal; tu viejo no es el más divertido del mundo, pero quedarte aquí sentada frente al diario no suena como el mejor remedio para levantar el ánimo, además estás pálida, no te vendría nada mal un poco de sol.

"Infierno y Paraíso". Tercer libro de la saga "Todos mis demonios".Where stories live. Discover now