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Levanté mis caderas para encajar íntimamente su miembro en mí, gruñendo astutamente ante el contacto totalmente sexual. Me moví y rodé cerca de sus duras piernas, rebotando de forma sensual. Jungkook tiró de mi cuerpo hacia adelante, tomando mi boca en un incómodo pero envolvente beso ardiente. Estaba tan cerca, podía sentir el clímax queriendo venir, dejándome jadeando y muriendo por correrme en su polla, por tercera vez en la noche. Me senté con fuerza, rebotando ágil y rápidamente. El hombre extendió ambas manos en mi cintura y cadera, ayudándome con los movimientos.

—S-Sí, ¡ahhh! — jadeé, subiendo y bajando rápidamente. —Voy a correrme, Dios mío... — le informé, rasgando su abdomen.

—V-vente, vente para mí de nuevo — respondió el, moviendo sus caderas hacia arriba, follándome duro.

—¡J-Jeon! — rugí, alcanzando el ápice de una manera rigurosa, contrayendo mi coño en su polla, él me estaba penetrando con rudeza, sintiendo mis músculos contraerse. —Uhmmm... — murmuré.

—Mierda, Haneul — me dio una palmada en el trasero. —Sigue, sigue.

Seguí moviéndome encima de él, aumentando el sonido de nuestras pieles chocando mientras lo montaba. Sus manos que se agarraban a mí fuertemente, tal vez dejarían marcas.

Antes de que se viniera dentro de mí, Jungkook se puso de pie haciéndome acostar y retirando el preservativo soltó dos chorros calientes de semen en mis pechos y boca, masturbándose rápidamente, liberando todo el líquido caliente en mí y gruñendo como un animal. Sin la fuerza para decir una sola palabra, colapsé y aspiré aire a mis pulmones, toda jadeante y exhausta.

El pelinegro, a su vez, se levantó y caminó hacia el baño, regresando segundos después con papel. Procedió a limpiarme suavemente y pasé uno de mis dedos en mi regazo para luego llevarlo a mi lengua, saboreando una pequeña cantidad de semen y tragando su sabor. Lo escuché reír y lo miré sonriente, contemplando la visión de verlo desnudo.

Nunca olvidaría esa intensa noche. Siempre estaría grabada en mí.

—¿Quieres tomar una ducha? — preguntó, empujando sus mechones hacia atrás.

—¿Puedo? — arqueé la ceja derecha y luego bostecé.

—Obvio — él se rió entre dientes, lamiendo sus labios. —Conseguiré uno de mis calzoncillos y una camiseta para que te pongas — informó y se envolvió la cintura con una toalla negra, ocultando su desnudez.

Asentí con la cabeza, amando ese lado "cariñoso" de él.

●●●

Estábamos acostados en el sofá cama y sus dedos rozaron mi hombro.

—¿No te parece gracioso? — digo y le sonrío levemente, mirando a otro lado. —Digo, por el hecho de que toda nuestra relación se basa en la simulación. Y el que haya pasado esto, es... no lo sé... Aún no me lo creo.

Jeon se quedó callado por un momento y me obligué a mirarlo. Sus ojos brillaban más con la iluminación y tuve que sonreír al verlo. Él también sonrió.

—Bueno, ya no necesitamos fingirlo todo — dijo, todavía con una pequeña sonrisa en su rostro.

—Estoy de acuerdo — estuve más que de acuerdo.

Me acercó más a él, como si fuera posible.

—Entonces dime algo cierto sobre ti. Algo que nadie conoce.

Sabía que no iba a decirle la respuesta que estaba sintiendo justo ahora, porque la verdad era que nunca me había sentido tan real excepto cuando estaba con él.

polos opuestos » jjkحيث تعيش القصص. اكتشف الآن