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Estaba en el restaurante más conocido de la ciudad y el lugar más popular del momento, donde los jóvenes se reunían para comer hamburguesas y escuchar música.

A pesar de ser un restaurante de comida rápida, tenían un gran menú natural y fitness que era la única razón por la que mis amigas y yo frecuentábamos el lugar. Sin embargo, ese día decidí optar por el batido de chocolate en lugar del jugo habitual. Eungi arrugó la nariz al verme cometiendo ese pecado.

—Haneul, ¿Qué te pasó? — preguntó.

—¿Por qué? — me reí —¿Necesito una razón para querer un batido?

—¡Eso te engorda, Haneul! — exclamó, sus ojos se agrandaron.

Me encogí de hombros, sonriendo mientras mordía la pajita.

—Solo vivimos una vez — le dije, guiñándole un ojo.

Mi amiga hizo una mueca. El lugar era muy lindo y siempre me gustó ir allí. Además de buena música, todo el mobiliario era vintage, con sillones de cuero y portadas de discos en las paredes. Escuché cuando Ji Ah, que había estado mirando su teléfono celular todo el tiempo, soltó un pequeño chillido de emoción.

¡Oh , tengo una cita el viernes! — dijo, bailando un poco al ritmo de la música y chasqueando los dedos.

Me reí.

—¿Con quién? — preguntó Eungi.

Ji Ah nos mostró la pantalla de su teléfono celular y vimos una foto de un hombre. Era un hombre de aproximadamente cuarenta años.

—Ew, Ji Ah, ¡es casi un abuelo! — exclamó Eungi.

—Tinder es un mal lugar para conocer gente... — murmuré.

—Ahí es donde conociste a Jeon, ¿verdad? — Eungi espetó, con una sonrisa astuta en su rostro.

Puse los ojos en blanco.

—No.

Eungi solo arqueó una ceja y continuó bebiendo su jugo. Volví mi mirada hacia Ji Ah.

—¿Estás segura de que quieres salir con este tipo? — pregunté preocupada —Podría ser peligroso.

—¡Claro que quiero! — dijo sonriendo —¡Él está bueno!

Eungi soltó una risa sarcástica.

—¿No es eso pedofilia, o algo así?

—No, ¡porque yo quiero! — respondió ella, resoplando —Además, a mí me gustan los sujetos con más edad que yo.

—¡Eso es asqueroso! ¡Tiene edad suficiente para ser tu padre! Además... Saliste con Seung durante dos años — dijo Eungi —Y él tiene nuestra edad. ¿Cómo explicas eso?

Eso era cierto, pero la relación de mi amiga con Seung solo duró taaanto tiempo porque el pobre no sabía que ella le clavaba los cuernos cada vez.

—Está bien, pero sólo salí con él por su status y además me daba bonitos regalos — respondió ella, dándonos una sonrisa.

—Ya sabemos cuál de las tres será la primera en tener un sugar daddy — bromeé y Ji Ah me tiró un chip fitness, riendo.

—Hablando de novios — dice Eungi —¿No es ese tu nuevo novio, Haneul?

Miré a la ventana hacia donde apuntaba mi amiga. Jungkook estaba al otro lado de la calle, hablando con una chica de cabello largo y castaño claro. ¿Qué hacía?

—Debe ser una prima... — murmuré nerviosa, mirándolos.

Hablé demasiado pronto, porque los dos se abrazaron como ningún primo lo haría. ¡Lo odio! ¿Qué le sucedía, estaba loco a caso? Jeon tenía sus manos muy cerca del trasero de la chica y ella estaba pasando sus manos por el cabello de él. Mi corazón comenzó a acelerarse cuando pensé que se iban a besar.

polos opuestos » jjkTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon