Capítulo 43

610 14 0
                                    

Los últimos días trascurrieron como Mili había pensado, visitando o recibiendo visitas de familiares a manera de despedida la vi un par de veces, pero como era de esperar, no hubo tiempo de intimar y de otro tipo de despedida la oficial seguía siendo la de la graduación.

Procurábamos no hablar del futuro o lo que vendría, para no generar más ansiedad o tristeza sobre el futuro. Compartimos besos y momentos tiernos juntos parecía que la paz había llegado a nosotros, pero a pesar de todo, llego el fatídico momento. Los acompañe al aeropuerto. Bajo la atenta mirada del padre militar, apenas si hubo unos momentos para unos cuantos besos y caricias hasta que llegó el momento de partir.

- Dales unos minutos – Le susurro la madre de Mili a su esposo militar.

- Ok – Dijo de mala gana el viejo, mientras se alejaban de nosotros.

Veía el rostro lloroso de Mili, procurando sonreír ante la fatalidad del momento.

- Vamos, me vas a hacer llorar – Decía secándole sus lágrimas y llorando por dentro.

- ¿Te vas a portar bien? – Me dijo abrumada.

- Como siempre, bueno casi siempre – Le dije.

- Si, casi siempre, aquello siempre será nuestro secreto – Dijo recordando como empezó todo, cuando la desvirgue analmente y me hizo prometer no decírselo a nadie.

- Si, veré la forma de visitarte para hacerte recordar nuestro secreto – Le ofrecí para alegrarla.

- ¿Lo prometes? – Pregunto cómo niña pidiendo regalo de navidad.

- Claro – Dije quizás mintiendo o siendo optimista.

Ella sonrió tiernamente, luego nos besamos y abrazamos, intentando prolongar el momento.

- Es hora – Dijo el viejo militar pegado a la puntualidad.

No había forma de escapar de eso me despegué de su cálido cuerpo, de sus abultadas formas que habían dejado huella en mi cuerpo la vi alejarse abrazando a su madre que también llorosa se alejaba de su esposo nos hicieron una última señal de despedida, antes de desaparecer tras la puerta que dirigía a la zona de embarque internacional. Estuvimos en silencio unos minutos, suspirando e intentando no derramar lágrimas vi a aquel tipo de casi 2 metros a punto de quebrarse, sin embargo, se recompuso.

- ¿Deseas que te lleve?, como voy de regreso – Me dijo el militar.

- No, no se preocupe creo que me quedare un rato más – Dije mirando con tristeza la puerta por donde desaparecieron.

Había visto una zona de ventanales, desde se veían a los aviones partir, recordé haber visto gente ahí viendo partir o llegar a sus seres queridos. Tal vez me detendría ahí unos momentos para asimilar la idea de su perdida, pensando que en alguno de esos aviones iría Mili.

- ¿Quieres un trago? – Insistió el viejo de Mili, sacándome de mi abstracción.

- Bueno, creo que en estos momentos no me caería mal – Le dije, cediendo, a pesar que aquella vez en la piscina me emborracho mal.

Nos sentamos en un restaurante y pedimos un par de cervezas personales. El viejo estaba apenado, dejaba ir a su familia con la que compartió años, mientras yo dejaba ir a la chica que conocía hace años pero que amaba hace unos pocos meses recién en ese momento, me puse en contexto, él debía estar sufriendo más que yo.

- Y ¿Como conoció a su esposa? – Pregunte, buscando hacer conversación.

- Bueno, como parte del entrenamiento militar, fui destacado un tiempo al extranjero, allá la conocí era profesora de español y fue la traductora designada a mi grupo – Dijo con nostalgia.

Rompiéndole El Culo A Mili.Where stories live. Discover now