Capítulo 24

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Tras la placentera experiencia, Mili se contrajo por el frio del agua y el frio que recorrió su espina al ver a su viejo acercarse molesto. Como de costumbre en momentos de tensión apretaba las nalgas.

- Suéltame – Le susurre al oído, agazapándome detrás de ella, mientras ella se relajaba.

No sería muy bonita imagen para el militar que me encuentre jugando al trencito con su hija, enganchados por mi verga en su ano, con mi semen flotando alrededor.

- Escóndete – Me murmuro nerviosa.

Sus nalgas habían soltado mi verga, su viejo se acercaba, yo me agache, pase frente a ella para que me cubra con su cuerpo. Por el borde de la piscina y el ángulo en que venía su viejo sería difícil que me vea. Pero Mili al notar que su viejo se acercaba más, tomo mi cabeza y me la zambullo, advirtiendo esto yo ya había tomado aire. Estaba ahora bajo el agua aprisionado entre el cuerpo de Mili y la pared de la piscina.

- ¿Por qué demoras tanto, hija? Hace media hora debiste regresar – Le riño su padre.

- Lo siento papi, es que acá no hay reloj – Dijo la muy sabida.

Intuyendo que su padre le podía pedir que salga de la piscina inmediatamente, note que su bikini estaba ladeado, porque ella lo movió así para permitir que la penetre. Entonces, lentamente le fui acomodando la ropa de baño, lo que le provoco un temblorcillo nervioso.

- ¿Dónde está ese enamorado tuyo? – Pregunto sospechando el viejo.

- Ah él fue a traerme unas toallas, ya hace frio – Dijo justificando sus temblorcillos.

- No te demores – Le advirtió nuevamente su padre, procediendo a retirarse.

- No exageres, deja a los muchachos en paz – Dijo la mamá de Mili viniendo a llevarse a su esposo.

- Si, ya voy papi – Intentaba ahuyentar Mili a su papa.

Mientras yo debajo del agua, me ponía azul aguantando la respiración. Cuando me sumergí aún estaba agitado por la cogida que le di. Resistí lo más que pude, porque conociendo al viejo de Mili, se iría, pero volteando de cuando en cuando para verificar si era cierto lo que le decía su hija. Hasta que al fin salí cuando ya no pude aguantar más. Para mi suerte su viejo había desaparecido, otra vez Mili me llenaba de besos disculpándose por haberme hundido en el agua bueno yo también se la había hundido en el esfínter y no me disculpe, pero esa hundida ella lo disfruto.

Al poco rato salimos de la piscina, ella se limpió y se cubrió con las toallas, mi leche parecía haberse diluido en el agua de la piscina. Ojalá que cambien el agua al día siguiente, el que trague esa agua se llevara un sabor a mí, pensé. El chico de limpieza había dejado gentilmente unas toallas, tras cambiarnos, las tome para secarnos el cabello y disimular el pretexto que Mili dio a su padre y fue buena estrategia. Al poco tiempo y de improviso apareció nuevamente su padre, casi me da un infarto de verlo al lado nuestro.

- Mili, tu madre te llama – Le dijo el militar para alejarla. Me cague pensé, sude frio quizás su viejo escondido nos había visto. – Necesito hablar con este joven, cosas de hombre – Le dijo insistiendo.

- Pero papi – Dijo ella protestando casi con berrinche.

- Entiendo señor. No te preocupes Mili – Le dije resignado, calmándola.

Si me molería a golpes o me gritaría, seria vergonzoso que ella este al lado. Por otro lado, vi a Mili irse como mascota regañada, quizás a quejarse con su madre y esa señora seria mi salvación.

Rompiéndole El Culo A Mili.Where stories live. Discover now