Capítulo 9

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Tras unos minutos de besos y caricias, nos apartamos, aun cansados, pero sin sueño. Los dos recostados de lado, frente a frente, solo nos mirábamos y sonreíamos. Nos negábamos a dar fin a ese mágico momento.

- ¿Tú crees que esto es normal?, ya sabes, hacerlo tantas veces en una noche – Se atrevió a preguntar.

- Bueno, creo que al principio es así, uno lo hace como conejo en todos los lugares que puede y en todas las posiciones que puede ¿No te ha pasado antes?

- Eso de estar así tal vez 2 o 3 veces, quizás 4 sea mi récord ¡Pero no 6 veces en una noche! Lo tuyo ya es un abuso – Me dijo medio en broma medio en queja.

- Pero recuerda quien me provoco en la ducha.

- Está bien, pero tú ya pareces el conejito de esas pilas Duracell.

Tal vez se me paso la mano con ella, pero, aunque suene torpe, machista y desatinada la analogía: yo estaba como un niño con un juguete nuevo no me cansaba de ella no la quería soltar estaba embaucado, encantando, extasiado con Mili, con su deliciosa silueta, su candente entrega, su graciosa personalidad. No supe como expresarlo en ese momento.

- Es que tú me pones así – Le explique y nuevamente le bese el cuello, a estas alturas veía que esta caricia no surtía tanto efecto como antes, solo me sonreía cariñosamente.

- No, no te va a funcionar, después de esta noche soy inmune a tus tretas – Me dijo graciosamente.

Bajo esas circunstancias no funcionaba mi maniobra, creo que primero debía incentivarla un poco y luego si aún estaba algo reacia, besándole el cuello podría darle el puntillazo final solo en casos de emergencia, en circunstancias extremas usaría esa táctica, no quería que Mili terminase inmune a esa caricia. En ese momento estaba cansado y con la ingle algo adolorida por el uso continuo. Solo quería bromear con la idea.

- ¿Sabes qué? el numero 6 no me gusta, vamos por el 7 – Le propuse.

- No, llegaras solo al 7 conmigo no cuentes – Respondió con mueca de sorpresa y cansancio.

Después de esa breve platica, decidimos abandonar la cama, testigo de la iniciación anal de Mili, así como de nuestro último encuentro. Aún era temprano, pero el sol ya esparcía su luminosidad y calor con mayor fuerza. Mili pidió ducharse sola, no quería tentar suerte, se conformaba con las 6 veces que lo hicimos ese fin de semana. Además, su ano término enrojecido, algo irritado, era comprensible que quisiera alejarme de la tentación de llegar al séptimo encuentro sexual de ese fin de semana.

Me duché y al regresar a mi habitación vi a Mili vestida con su pantalón blanco, pero con mi camisa, intentaba arreglar su blusa una cosa era ir a mi casa mostrando un sugerente escote y otra era regresar a la suya, a la vista de sus padres, ellos notarían el maltrato en su blusa.

- ¿Tienes aguja, hilo y botones? No creo que a mis padres. Ay ¡Mis padres! Les dije que haría un trabajo, pero no les avise que me quedaría fuera, estarán preocupados – Dijo con aire de culpabilidad.

- Si quieres te presto mi teléfono para que los llames.

- No, es muy temprano, voy a enviarle un mensaje al celular de mi papa. Si me dice algo, pondré de pretexto que fu culpa de la red telefónica que tardo en enviar el mensaje.

Saco de su cartera su celular y al revisarlo, su expresión cambio: primero fue de sorpresa por la cantidad de llamadas perdidas y mensajes, luego fue preocupación al notar que todos eran de sus padres al final algo de decepción al no encontrar ninguno de Javier al parecer su amiguita cariñosa lo había tenido tan ocupado como yo mantuve a Mili. Al principio note su gesto incomodo por esa desatención de Javier, pero después pareció no darle importancia, total con lo sucedido en mi casa creo que ella se había desquitado suficiente.

Rompiéndole El Culo A Mili.حيث تعيش القصص. اكتشف الآن