Capítulo 31

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En el camino Guille y Mili se despertaron un par de veces, más bien Vane, tras dejar sentado su mensaje, mejor dicho, su nuevo chantaje, se durmió nuevamente. No hubo mayores contratiempos, solo en mi mente por lo que dijo Vane. La casa de Mili estaba más cerca, así que la deje ahí y mientras me despedía cariñosamente de ella, volví a sentir la mirada de Vane clavada en mí, deseando ella que me la volviera a clavar seguramente esperaba que Guille no lo notara, luego fuimos a la casa de Guille, pensé quedarme ahí y que el llevara a Vane, pero ella dijo que había descansado y que podía manejar sola a su casa. Guille se acercó a conversar con ella, yo me aleje para darles su espacio, nuevamente algo de discusión y Vane se fue sin más, altiva otra vez, dejando a Guille con expresión sombría en la entrada de su casa, en ese jardín del que salimos días antes yo no sabía que decirle, pero Guille si sabía que decirme.

- Ahora sí, dime la verdad ¿Qué paso en el club? – Me confronto Guille.

Era obvio que sospechaba y que Vane le dejo también la duda estaba enamorado, pero no era tonto.

- Como amigo, dime ¿Quién te amarro? – Insistió Guille, seguro lo había analizado mucho.

- Fue su manera de vengarse – Confesé afligido por el dolor que causaría, no podía ocultarlo más.

- ¿Qué? Y ustedes ¿Lo hicieron? – Pregunto atónito a pesar que en el fondo lo sabía.

- No lo hicimos, ella me lo hizo a mi – Me excuse.

Guille monto en cólera maldijo y pateo los arbustos, cuando se calmó me pidió que le cuente, lo hice sin detalles morbosos para no torturarlo. Claro que obvie lo sucedido la noche anterior y el ultimo pedido de Vane. Creo que con de la amarrada fue suficiente para que la odie y se aleje de ella.

- Esa perra, prostituta de mierda – Bramo febril.

Guille estaba enfurecido, para él debió ser un fin de semana espectacular con la chica de sus sueños y obsesiones, pero todo se enturbio como la mente de Vane. No sabía qué hacer para calmarlo, nunca lo había visto así, al borde de la locura. Se tapó el enrojecido rostro de ira.

- Hey hermano, no lo vale – Le dije para evitar que derrame alguna lagrima por Vane.

- Voy por Vane – Dijo alterado.

- Guille, no hagas tonterías con la cabeza caliente será peor – Le advertí.

- No, no ya paso esperare – Me dijo aun ofuscado.

Me quede un rato, ayudándole a sacar el veneno que tenía en su alma, cuando lo vi más calmado me fui a mi casa, pero aun así me quede preocupado y lo llame después.

- ¿Cómo vas? – Pregunte ante su silencio.

- Debiste decirme en el club – Replico afligido, parecía haber llorado de rabia.

- Hubiera sido un escándalo, además te advertí antes de ir que no la llevemos – Me excuse.

- Es cierto, ahora vera – Replico volviendo a enojarse.

- ¿Qué vas a hacer? – Pregunte preocupado.

- Es mejor que no lo sepas Danny, no quiero involucrarte – Me dijo.

- No hagas una locura, ya viste lo que causo esto y nunca terminara – Le advertí preocupado.

Ya nos habíamos vengado de Vane una vez, para anular sus intenciones y lo único que genero fue un juego de revancha. Por eso deje de lado desquitarme, si lo hiciera, continuaría aquel circulo vicioso de venganzas, cada cual peor que la anterior nadie ganaría, todos perderíamos, por eso quería cortar esa secuencia antes de empeorar las cosas, pero no dependía solo de mí. Guille sabía que me opondría, Guille se sentía traicionado, estaba muy dolido y no me haría caso al menos sospechaba que ese día no haría nada, me dejo en silencio.

Rompiéndole El Culo A Mili.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora