Capítulo 8 |Sᴇɢᴜɴᴅᴀ Tᴇᴍᴘᴏʀᴀᴅᴀ|

17.4K 719 46
                                    

Me separé de él y lo vi a los ojos. Limpió mis lágrimas con sus dedos. Se acercó a mis labios y me dio otro beso. Le respondí nuevamente. Luego sus manos acariciaron mi cabeza, profundizando más el beso. Su lengua pidió permiso para entrar y yo la recibí. Subí mis manos acariciando sus brazos. Un dulce gemido salió de sus labios. Bajó una de sus manos por mi espalda dándome nuevas sensaciones.

-Matt, tenemos que parar – Susurré entre besos. Él no me escuchó, siguió besándome – Esto no está bien… - Traté de separarme, pero él me tomó de la cintura no dejándome ir.

-Amelia, sabes que quieres esto – Bajó sus besos a mi cuello haciendo que todo mi cuerpo temblara. Volvió a mis labios. – Ahora que te tengo no quiero dejarte ir – Te amo, Amelia – Sonreí. No pensé en nada más, sólo en nosotros y este momento. Lo besé sosteniéndome de su cuello, salté y entrelacé mis piernas en su cintura. Él río y me sostuvo por los muslos. – Te extrañé tanto – Dijo entre besos. Caminó hacia delante y nos fue recostando poco a poco en la cama. Seguimos besándonos sin miedo, sin vergüenzas. Escuchamos abrir la puerta y nos separamos para mirar.

-Ya veo que no hablaron mucho – Dijo sonriendo a medias. Suspiré aliviada.

-Menos mal que eras tú – Dije apenada. Matt se puso de pie, dejándome sentar en la cama.

-Lamento haber dañado su momento, pero ellos ya vienen a la casa. – Asentimos y él salió dejándonos una vez más solos. Me puse de pie y lo miré. No dijimos nada, sólo nos veíamos mutuamente.

- ¿Qué va a pasar entre tú y yo? – Dijo acercándose. Pensé que tenía una respuesta para eso. Abrí mi boca, pero ni una palabra salió de ella. Entonces ahí fue donde volví a pisar en la realidad. Estábamos comprometidos con dos personas diferentes. Bajé mi cabeza y jugué con mis manos. Lo oí suspirar. Me subió la cabeza con su mano en mi mentón. – Olvídalo, no tienes que darme una respuesta. ¿Vale? – Asentí mirándolo a los ojos. Me dio un beso en la cabeza y me dejó ir.

Debería de sentirme como basura, pero no lo hago. Sé que esto no está bien, lo sé. Estoy engañando a mi prometido. Accedí de una manera bastante fácil hacia él, pero no pude evitarlo. Entré a la habitación mía y me acosté en la cama. Recordé todo lo que había pasado hace un momento. Si me siento un poco culpable, no negaré que no tanto como debo sentirme. Quiero sentirme culpable por lo que hice, pero no lo hago. Me quedé dormida mientras trataba de arreglar mis pensamientos. Unas manos acariciaron mi cabeza. Me moví gruñendo y puse mi cabeza debajo de la almohada.

-Amor, despierta – Escuché la voz de Siwon a mi lado. Mis ojos se abrieron de par en par. Me alejé un poco de él. Lo miré con dificultad. – Es hora de ir a cenar, amor – Dijo sonriendo. Asentí y me senté en la cama mirando a un punto muerto. – Amelia, iremos afuera a cenar, todos se están preparando. Es mejor que vayas a bañarte. – Me miró de una forma graciosa. Aún estaba en el proceso en el que estás despierta, pero interiormente sigues dormida. – Amy, levántate – Río y me sacudió suavemente. – Ve, iré a afuera con los demás para que no nos dejen – Dio un beso en mi cabeza y se fue. Me puse de pie y caminé directamente al baño sin decir nada. Abrí la puerta y la figura de Matt desnudo frente a mí hizo que me despertara del trance de sueño que estaba. 
-Mierda, mierda, mierda… - Fue lo único que salió de mis labios mientras lo miraba lentamente. Él no se tapó, estaba esperando alguna otra reacción de mi parte. ¿Cuantos años tenía este hombre? Porque Jesús, estaba mejor que nunca. Definitivamente este hombre era como el vino, entre más años mejor. La última vez que lo vi así, no estaba tan... Así...
-¿Te gusta lo que ves? - Bromeó mientras me miraba divertido. Tragué en seco. Se dio la vuelta y abrió la llave de la ducha. Ese trasero, señores. - ¿Necesitabas algo? 
-Eh... Em... Ah, eh... - No podía completar una oración, él comenzó a reír. 
-Matt, ¿Puedo pasar? -Escuchamos la voz de Alicia detrás de la puerta. Nos miramos con los ojos bien abiertos. Vi por todos los lados pensando en donde esconderme. Él entró a la bañera y me jaló hacia dentro con él. El agua estaba bastante fría. Mordí mis labios tratando de no gritar. Ella volvió a tocar la puerta.
-Está fría - Dije temblando. Él puso su mano en mi boca. 
-Lo lamento, pero no te preocupes en un rato ni siquiera la sentirás. - Susurró y sonrió a medias. Asentí. - ¡Pasa! - Gritó antes de que ella pudiera tocar de nuevo. Escuché la puerta abrirse. Lo miré a los ojos.

-Matt, lamento lo de la pelea de hace rato… - Comenzó a decir. Rodeé mis ojos, alcé una de mi ceja y se me ocurrió morder su mano. Él abrió los ojos y me miró.

-No te preocupes, Alicia – Dijo entre dientes mientras trataba de soltar su mano para que parara.

-No, es que no estuvo bien de mi parte. Sé que no tienes nada que ver con ella, pero me enojó bastante lo que hiciste en el comedor – Paré de hacer lo que estaba haciendo y me propuse a escuchar la conversación.

-Alicia, ya. Ya pasó. – Le cortó la conversación – Ahora, por favor te pido que me dejes tomar un baño tranquilo. – Dijo en un tono recto. Me sentí mal por ella, no puedo negarlo. No escuché una palabra más y la puerta se cerró. Quitó su mano de mi boca. Pero yo aún no estaba del todo confiada, soy muy paranoica. Puse un dedo en su boca para que se callara y le hice seña de que verificara si se había ido. Asintió y se alejó al otro extremo. Abrió un poco la cortina y luego salió. Segundos después volvió. – Estaba asegurando la puerta. - Me miró de arriba abajo sonriendo. Estaba mojada, mi ropa era casi transparente. Tenía frio y todas las mujeres sabemos que nos pasa cuando tenemos frio. Me sonrojé y tapé mis pechos con mis manos. - Hm, esa ropa está muy mojada… Creo que tendremos que quitarla – Río acercandose con una sonrisa traviesa. 

EL SOCIO DE PAPÁDove le storie prendono vita. Scoprilo ora